Alterados

Capítulo XXVIII: Fantasmas del pasado

Una hora después...

Jerome se estaba levantando en un lugar desconocido, al parecer había quedado inconsciente y eso explica el dolor de cabeza fuerte y lo mareado que estaba. Se tomó la cabeza para tratar de calmar un poco la sensación perdida que tenía mientras que con la otra se ayudaba a levantar el torso del suelo. Su primer instinto fue ver su entorno, se encontraba en una casa muy limpia y ordenada, parecía tan delicada como la porcelana, una casa de juguete. Había muchas flores y plantas por todo el lugar, sin duda alguna el dueño era una persona amante de la naturaleza y el orden y también del color rosado y verde pues, la mayor parte de las cosas poseían este color. Jerome supuso que le pertenecía a una chica y así era, pero la única chica que le era cercana era Miranda y Jerome estaba algo seguro de que sus gustos no eran para nada así, aunque no podía asegurarlo, no la conocía muy bien y la mayor parte del tiempo estaba reprimiendo sus sentimientos y sensaciones con su habilidad, por lo que siempre se mantuvo un misterio para él. Podría no aparentarlo, pero era una persona que se interesaba en conocer bien a sus amigos, y más aún a sus enemigos.

Luego de darle una buena ojeada a todo el lugar, Jerome se percató que lo más interesante se encontraba justo en frente de él, agachada en cuclillas, viéndolo directamente con una ligera sonrisa marcada en su rostro, unos ojos de un verde intenso y una cabellera castaña clara bastante larga

—Al fin despertaste —añadió la chica al silencio

—¿Quién eres? —preguntó directamente —¿Dónde estamos?

—Soy Rocío —contestó mientras sonreía aún más —y estamos en mi casa, te traje aquí para resguardarte y hacer que te recuperes.

Jerome trató de recordar lo último que pasó, pero no podía. La última imagen que tenía en su cabeza era un montón de madera y plantas por todo el lugar que lo golpearon fuertemente, suponía que ha eso se debía la perdida de conciencia. Pero más que recordar lo último que pasó, recordó lo que le contó Miranda acerca de aquella chica que siempre le estuvo cercana desde pequeño, ese nombre lo recordaba bien a pesar de no tener tan buena memoria como su hermano, y ahora esta chica se presenta ante él reclamando que ese nombre le pertenece, no tenía ninguna duda de que era ella, pero necesitaba confirmarlo.

—Tu, eres parte de los jugadores, ¿No es así?

—Sí, al igual que tú, aparentemente —contestó

—La pregunta que te haré será algo rara, pero ¿Mantienes tus recuerdos del pasado?

—No, solo recuerdo muy poco. De hecho, solo recuerdo las cosas relacionadas a una persona llamada Jerome. Es decir, tú. Tenía mucho tiempo buscándote con la esperanza de poder entender muchas.

—Entonces, solamente recuerdas una parte, y todo esto tiene que ver conmigo —contestó pensando en que Rocío era como él, después de todo el solamente lograba recordar a su hermano y nada más —Bien, te explicaré a detalle toda la verdad detrás de esto.

Jerome le explicó a detalle a Rocío todo el trasfondo que había, asegurándose de lo que haya entendido. Le mencionó también que normalmente lo poco que se recuerda del pasado es debido a un fuerte lazo y un gran sentimiento de por medio, dando como ejemplo su hermano Heródoto, aprovechando de invitarla indirectamente a explicarle porque es que lograba recordarlo solamente a él, aunque la respuesta es más que obvio.

—Ya veo, entonces mi amor por ti es lo que me hizo tener recuerdos sobre ti, al igual que tu odio por tu hermano.

—¿amor? —preguntó haciéndose el confundido

—Sí, desde pequeña siempre he estado enamorada de ti, al parecer me correspondías pero nunca lo demostraste, por lo que se quedó como un misterio para mí. Durante todo este tiempo siempre he soñado contigo, como un fantasma del pasado. Al inicio pensaba que no eras más que una creación de mi imaginación o algo, una representación tangible de lo que sería la persona que más amo en este mundo, pero tenía la esperanza de que no fuese solamente un sueño, que fueses real, por lo que decidí empezar a buscarte sin tener algún tipo de éxito, hasta que llegó Nevada y me mostró una foto tuya, mencionando que se había cruzado contigo y que te estaba buscando