Prólogo

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No lo podía creer.

Pero era verdad, no estaba soñando en lo absoluto. ¿O tal vez sí lo estaba? No claro que no, la prueba estaba entre sus manos. Ese papel contenía todos sus sueños y esperanzas. Todo por lo que había luchado desde que era un pequeño niño. 

Cuando envió la solicitud nunca creyó que obtendría una respuesta, pensando que sería ignorado entre las tantas miles de aplicaciones que debía haber. Pero tenía la contestación en sus manos, un sobre al blanco inmaculado. Algo raro, a decir verdad, esperaba un correo electrónico, pero no se iba a quejar ahora que lo tenía.

No había tenido las agallas de abrirlo desde que lo vio sobre la mesa de la cocina entre las facturas de luz y agua. Lo había tomado rápidamente y huido hacia su habitación, donde se encontraba en ese preciso momento. Si todo había salido mal, no quería entristecer a sus padres con su dolor, siempre lo habían apoyado, simplemente llevaría su luto por dentro. 

Pero primero debía saber el resultado.

Así que se armó de valor, tomó una gran bocanada de aire y rompió la parte superior del sobre. El sonido del papel rasgándose bajo sus dedos. Luego, extrajo otro papel de dentro de este, era igual de blanco, tan blanco que pensaba se quedaría ciego al leer lo que contenía. Ahora solo quedaba eso, leerlo. Las palabras expuestas ante sus ojos, palabras que su cerebro trataba de procesar lo más rápido posible para llegar hacia el final. 

"Nos alegramos en informarle que usted ha logrado adquirir una vacante para la carrera de danza."

El aire abandonó sus pulmones en ese momento, sus piernas ya no pudiendo sostenerlo. Cayó sobre sus rodillas en medio de su humilde habitación, la habitación que lo había visto llorar y hacerse bolita cada vez que todo parecía que iba de mal en peor. Y es que su sueño, el sueño de bailar todo lo que le quedaba de vida, era todo por lo que había vivido y luchado desde que tenía memoria.

Y ahora, ahora estaba comenzando a materializarse frente a sus ojos, el fruto de todas esas tarde en la sala de prácticas. Todo lo invertido en las academias de baile, las horas interminables de entrenamiemto, las lágrimas. Todo para este momento, para estos resultados.

Las lágrimas no se hicieron esperar, lágrimas de alegría y de alivio. Porque sinceramente no sabría que sería de su vida sin el baile, la única de las cosas que había sido su escape de una vida monótoma. No había podido dormir bien desde la mañana de las audiciones en vivo en la Universidad Nacional de Seúl, mas ahora era capaz hasta de gritar de pura euforia.

¡Tenía que contarles a sus padres! ¡Debía compartir su felicidad con ellos!

Aún con el papel en sus manos, se puso en pié y tembloroso se dirigió hacia las escaleras. Seguro los encontraria en la sala disfrutando de su café de la tarde, moría por ver sus expresiones de orgullo al ver que todo lo invertido había dado frutos. ¡Moría por contarle también a su hermano! Ya no tardaría en llegar.

- Mamá, papá, tengo algo importante que decirles.

Pudo escuchar la voz de su hermano al acercarse a la cocina, ya todos estaban presentes y estaba ansioso por contarles que lo había logrado, había ingresado a la carrera de sus sueños. Corrió hasta la puerta, solo una vuelta más.

- Ya no quiero estudiar administración.

Quedó helado al lado de la puerta abierta, cubierto por las sombras del pasillo. ¿Moonbin ya no quería estudiar administración? Pero ¿porqué?

- ¿De qué estas hablando, hijo?

- Papá, he estado viviendo un infierno estudiando esa carrera. En algún momento creí que podría ser feliz, que con el tiempo me acostumbraría. - Escuchó un gran resoplido; no podía verlo, pero sabía que estaba a punto de echarse a llorar.-  Ya no puedo seguir así.

- Pero... pero ya solo te queda un año de estudios, Moonbin, ¡¿cómo puedes hacernos esto?!

- ¡No es algo que planeara!

- Si no estabas seguro de tu elección no debiste habernos hecho pagar esa universidad, sabes lo costosa que es.

- ¡Lo sé! - Eso había sonado más como un sollozo. - Lo siento, por favor, perdónenme por ser un mal hijo.

- ¿Acaso tienes idea de qué es lo que en realidad quieres hacer con tu vida?

Aun escondido en las sombras le era casi imposible respirar y procesar toda la información adquirida. Su hermano estaba sufriendo, al parecer, llevaba sufriendo más de lo que el o huiese notado. Y lo hería, había fallado como hermano menor.

- ¡Contéstanos, Moonbin! - Escuchó gritar a su madre. - ¡¿Tienes idea de lo que quieres hacer con tu vida eh?!

- ¡Quiero ser chef! - Dijo y pudo oír el alivio en su voz. - ¡Siempre pensé que nunca podría llegar a ser alguien en la vida con esa profesión! ¡Por eso nunca se los conté, por eso nunca pensé en eso como una opción! - Lo escuchó soltar un pequeño sollozo y continuar. - ¡Pensé que una carrera de negocios los haría mas orgullosos!

- Hijo, nosotros ya estamos orgullosos de ti, ¡no había necesidad! - Contestó su padre. - ¡Pero ya no podemos hacer nada por ti! Tú bien sabes que no nos sobra el dinero para pagar una nueva carrera.

- Tu hermano está a punto de ingresar y sabes que su carrera es bastante costosa. Pero tenemos ahorrado lo suficiente para él. - Respondió firme su madre. - Sin embargo, tú has gastado lo que correspondía para tu universidad.

- Lo entiendo, papá. - Agregó, sonaba cansado. - Sé que ustedes llevan ahorrando casi toda su vida para que nosotros podamos ir a una universidad.

- Así es, y la carrera a la que ahora aspiras también es muy costosa. No podemos costear ambas. - Suspiró. - Lo sentimos mucho.

No podía quedarse así, no podía quedarse escondido ante todo esto. Era su hermano, Dios santo. Lo amaba demasiado como para dejarlo sufrir así. Y en parte se sentía culpable, por no haber advertido lo que pasaba con su hermano antes, por escoger una carrera de artes tan costosa y difícil de llevar sin apoyo económico.

- Papá, mamá, - comenzó al girar y entrar, finalmente, en la cocina - usen parte del dinero de mi universidad en Bin-hyung.

- Hijo, como le decía a tu hermano, ese dinero es tuyo.

- No lo necesito. - Miró hacia el suelo, arrugando el papel en una bolita y metiendolo en uno de los bolsillos de su pantalón. - Yo... yo no logré... yo no conseguí la vacante para danza.

- ¿Qué? - Dijo su madre poniéndose en pie y tratando de alcanzarlo, él solo retrocedió.

- Estoy bien... estaré bien. Aún tengo tiempo de conseguir vacante... en otra carrera... una no tan costosa. - Sentía que estaba a punto de llorar nuevamente, pero esta vez no sería de felicidad. - Usen el dinero en Bin, que al menos... que al menos uno de los dos cumpla su sueño.

Y no aguanto más, salió corriendo hacia su habitación, donde se refugió bajo las mantas como cuando era un pequeño. ¿Pero qué había hecho? No tenía ni idea, solo esperaba con todas sus fuerzas que haya valido la maldita pena. Que todas las lágrimas que derramaría esa noche valieran la maldita pena.

Llevó su mano hacia el bolsillo trasero, donde había guardado ese papel blanco. Lo que le había causado la mayor felicidad y dicha, ahora era la única evidencia de su gran mentira y condena.

Nadie vino a ver cómo se encontraba, ni sus padres o su hermano. Se quedó allí solo, hundiéndose en una profunda oscuridad. Todos los colores que antes lo rodeaban comenzando a drenarse, dejando una escala de grises detrás. ¿Pero qué había hecho?

¿Pero que has hecho, Park Minhyuk?



























[cinder🌻]

Y comenzamoooos con una nueva historia, espero ver nuevos lectores por aquí muy pronto.

Este es solo el inicio de la historia, anticipen más.

aclaración: Moonbin es el hermano mayor de Minhyuk en esta historia.

Ya vendrán los próximos personjes wuju~

Las actualizaciones serán los lunes, lov u all

P A I N T《 Y.S.H. + P.M.H.》Where stories live. Discover now