El adiós

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Narra Camila

La casa quedó hecha pedazos, era imposible que alguien hubiera sobrevivido. Por supuesto no esperamos a que apareciese la policía, nadie era de confiar en ese odioso lugar. Corrimos hasta la tienda de mi madre, ocultándonos como siempre.

-MAMÁ. -entré corriendo. Lauren y Bea me siguieron a un paso más lento.

-CAMILA, HIJA MÍA, DÓNDE ESTABAS. DENUNCIÉ TU TARDANZA A LA POLICÍA PERO NADIE ME HACÍA CASO. -nos abrazamos llorando.

-Me secuestraron, mamá... ella me salvó. -señalé a Lauren.

-Tú... eres la hermana de Drew, ¿cierto?

-No, ese cabrón no tiene nada que ver conmigo.

-Fueron ellos, mamá. Sus hermanos. Tenían prostitutas en sótanos.

-Oh, Dios mío... ¿te han...?

-No, no. Ella lo evitó a toda costa. Y ella es Bea, también estaba secuestrada...

Mi madre se separó de mí y corrió hasta ella, dándoles un fuerte abrazo. Me uní a él, apretando contra mí a Lauren hasta dejarla sin aire.

-Nos vamos inmediátamente, compraremos los primeros billetes de avión baratos que haya y nos marcharemos bien lejos. -dijo mi madre. -Y si no los hay nos iremos nadando.

-Pero... no tenemos pasaportes. Se han quemado. -comentó Lauren preocupada.

-Menos mal que tenemos a una lista en el grupo. -le constesté sacando los pasaportes de mi bolsillo.

Narra Lauren

Diez minutos fueron suficientes para Sinu para coger dinero de su casa y nada más. Ahora nos encontrábamos sentadas en el aeropuerto, tratando de no hacer siquiera contacto visual con la policía.

-Bien, chicas. -se acercó la señora. -Aquí están, 4 billetes a Madrid en 20 minutos.

-Amo España. -dijo Bea emocionada.

-Yo amo cualquier lugar excepto éste. -todas soltaron pequeñas risitas ante mi comentario. Aún estábamos algo tensas, la seguridad no era plena aún.

Media hora después el avión estaba realizando su despegue, Camila y yo estábamos sentadas juntas, con nuestras manos sostenidas. Sinu nos miró sonriente.

-¿Estás bien? -me preguntó Camila.

-Ahora sí. -le sonreí.

-¿Qué haremos cuando lleguemos a España? -preguntó Bea.

-¿Y tu familia, Bea? -Sinu.

-Bueno... cuando me secuestraron mi tía, quien se hacía cargo de mí tras la muerte repentina de mis padres estaba enferma, muy enferma. Apenas le daban 1 mes de vida. Así que supongo que mi familia ya no existe.

-Yo soy tu familia. -le contesté sin pensarlo.

-Somos. -añadió Camila.

-Lauren, ¿y en tu caso? -la mujer ahora se dirigía a mí.

-Lo que por un tiempo llamé familia está ahora hecha cenizas, y me alegro de ello. -Camila apretó su agarre.

-En ese caso... que tal si pasamos Nochebuena en Madrid. Y luego vemos dónde nos lleva el viento.

-Pero, ¿y su familia? ¿No las esperan en Cuba? -pregunté.

-Nosotras dos somos nuestra familia. El padre de Camila no es especialmente un padre ejemplar. El resto son buenas personas, pero no quiero que mi hija siga soportando la situación de mi país, ni yo tampoco.

-Podemos ser una familia... nosotras... -dijo Bea con lágrimas en los ojos.

-Eso, cariño, -Sinu la abrazó tiernamente. -es lo que trato de insinuar. Tengo ahorros, bastantes, los llevo todos conmigo, pediremos un préstamo si es necesario y nos estableceremos en un lugar bonito, rodeado de flores y donde no haya sol siempre. Y allí empezaremos de cero.

-¿Qué te parece, amor? -me preguntó Camila con lágrimas también brotando de sus ojos.

-Me parece que ahora si sé de verdad a qué llaman felicidad.

FIN

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Espero que os haya gustado leer esta historia tanto como a mí escribirla. ❤❤❤

Dejadme vuestras opiniones buenas o malas (no me ataquéis mucho tampoco, que es Navidad).

SED FELICES :))

No puedo salvarte (Camren)Where stories live. Discover now