Capítulo 24 - Nervios

78 12 0
                                    

Nicolae se lleva de la mano a Lorie, y nosotras nos quedamos a solas. Yo me recuesto en la tumbona y Sarah hace lo mismo.

_Venga, suéltalo, ¿qué te preocupa? _me dice y yo me echo a reir.

_Eres horrorosa...

_Lo sé _dice con una sonrisa.

_Por un lado, mañana comenzaré mi nuevo trabajo.

_¿Lo de los niños vampiros?

_Sí, y quería preguntarte si ves bien que ocultases mi olor mientras estoy con ellos. Parece ser que huelo mucho a Sebastian, y que puede ser molesto. Además, Damon también me va a ayudar.

_¿Ese traidor? No jodas Ana.

_Pues sí, será todo lo traidor que quieras, pero es brillante en su trabajo.

_Entonces necesitas que la casa no huela a chucho... _dice pensativa.

_Sí.

_La verdad, creo que eso también puede ser un problema, si te huele dentro y fuera, el niño te verá como una persona diferente en las terapias.

_Eres brillante, ¿te lo han dicho alguna vez?

_Es evidente que lo soy _dice riendo. _¿Vienen muchos vampiros?

_Sólo el niño y su hermano mayor.

_Al menos estará Drogo contigo.

_Sí... _digo con un suspiro.

_¿Qué te ocurre Ana?

_ Es Sebastian. Lleva varios días que se va todo el día, no me dice a dónde, y encima me miente cuando le pregunto.

_Él no te engañaría con otra.

_Lo sé, no es eso lo que me preocupa. Es el hecho de que me oculte cosas, yo estoy para ayudarlo a él igual que él me ayuda a mí. Debería tener confianza en mí.

_¿Por qué no lo hablas?

_Quiero darle tiempo, si a final de semana no me lo dice, le preguntaré directamente.

_Seguro que todo tiene una explicación.

_No lo dudo. En fin, ¿te apetece jugar a las cartas o algo?

_Claro.

Pasamos el resto de la tarde jugando y ya se hace tarde. Había quedado con Sebastian en que vendría, pero tengo que llevar a Sarah a su casa, así que le mando un mensaje a Sebastian diciéndole que lo veré en casa.

Una vez dejo a Sarah, me voy a casa de Sebastian. No ha llegado aun, pero en mi móvil veo un mensaje pidiéndome disculpas y diciéndome que viene para casa. Yo mientras tanto preparo la cena. Al poco llega Sebastian, y tiene su ropa sucia.

_Hola cariño _me dice dándome un beso.

_¿Por qué vienes tan sucio?

_Hemos estado escavando en una cueva _ya... claro...

_¿Habéis encontrado algo?

_No, pero esperemos que pronto sí.

Nosotros nos ponemos a hablar y me pregunta que tal Sarah con los Bartholy, y parece sorprenderse de que se lleven bien. Tras la cena me voy al cuarto, preparo mi pijama y me voy a la ducha.

_Mi amor, ¿quieres compañía? _me dice entrando en el cuarto de baño.

_Estoy muy cansada lobito, así que no, no me fío de ti, seguro que me quieres devorar.

_Eso siempre...pero prometo ser bueno.

Sebastian se mete en la ducha y yo me abrazo a él. Él empieza a acariciar mi cabeza mientras el agua recorre nuestros cuerpos. Se está realmente bien así.

_Te he echado mucho de menos, ¿sabes?

_Y yo a ti cariño, eres lo mejor que me ha pasado nunca _me dice apretando mi abrazo. _Creo que necesitas una sesión de mimos.

_La verdad es que sí, no te voy a mentir.

_Pues déjate mimar entonces, prometo ser un lobito bueno.

Sebastian me da la vuelta y coge el champú y empieza a enjabonar mi pelo mientras masajea mi cabeza. La verdad es que se está realmente bien así. Luego pasa a enjabonar mi espalda mientras que me le masajea. Yo me dejo caer sobre su pecho y sus manos empiezan a enjabonar los míos, y como no podía ser de otra forma, noto su creciente excitación.

_¿No dijiste que no me ibas a devorar?

_Si lo fuera a hacer ya lo estaría haciendo... _me dice con voz sensual.

_M... Quizás puede que haya cambiado de opinión...

_Pues si sólo es quizás... tendré que ser más convincente...

Sebastian baja una mano a mi feminidad mientras que el otro brazo lo pasa por delante de mi pecho agarrando el hombro contrario y pegándome a su cuerpo. Yo empiezo a gemir, y él se que está cada vez más excitado.

_Sebastian...

_¿Si, mi amor? _me dice en el oído para luego darme un beso en mi nuca.

_Hazme tuya...

_Aun no amor... Antes quiero que grite mi nombre...

Tras la ducha en la que me hizo suya tras hacerme gemir, nos fuimos a la cama, donde siguió haciéndome retorcerme de placer. Al final acabamos cayendo rendidos en la cama.

Por la mañana noto como sus besos recorren mi espalda al igual que sus caricias. Yo me despierto y me desperezo para pegarme a su cuerpo. Adoro estar con mi lobito.

_Buenos días preciosa.

_Buenos días mi lobito hermoso.

_¿Has descansado bien?

_Podría haber descansado más, pero un lobito salvaje no me dejó...

_No tengo culpa de que mi Luna se me haya puesto delante desnuda...

_Técnicamente viniste tú a buscarme.

_Tienes razón... y por llevarme la contraria pienso castigarte...

Tras otro momento de pasión, por fin me deja levantarme y nos ponemos a desayunar. Yo estoy un poco nerviosa, y creo que Sebastian se da cuenta.

_Tranquila Ana, lo vas a hacer genial, seguro que la pequeña sanguijuela te va a adorar.

Yo no puedo evitar reirme, no va a cambiar nunca...

_No seas malo... Lorie contigo es encantadora.

_Es la excepción mi amor.

_Cómo cambias de tema cuando te conviene...

_Lo he aprendido de ti... _dice dándome un beso mientras se levanta y empieza a vestirse.

_¿Tienes que irte ya?

_Sí amor, pero prometo compensártelo luego.

_Más te vale lobito...

_Oye Ana _me dice mirándome serio y cogiendo mi cabeza entre sus manos, _ten mucho cuidado por favor, y si lo necesitas, sólo tienes que llamarme y sabes que me apareceré donde sea.

_Lo sé mi amor, pero no tienes que preocuparte, va a estar Drogo y Damon conmigo. Además, sólo son dos vampiros.

_Aun así, necesitaba decírtelo.

_Está bien, descuida. Te quiero mucho.

_Y yo a ti mi vida.

Sebastian me da un beso apasionado y tierno mientras me pega a él, y yo le correspondo encantada. Tras ese maravilloso momento, se marcha y mis nervios empiezan a crecer.






























Sebastián Jones. Unida a mi guardián.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora