Purpura

802 86 20
                                    

—Que tenga buen día

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Que tenga buen día. —Movi mi cabeza levemente, en forma de reverencia. Suspiré y sacudi un poco mi cabello, me dolia el cuello y tenía hambre. El acuario no había dejado de tener visitas durante todo el día, mientras que unos salian otros entraban, y no me atrevía a dejar al pobre Jisung solo, no sabía si Taemin tenía plena confianza en el menor o simplemente era muy descuidado.

—¡Y con ustedes! —Y ahí estaba mi jefe, moviendo sus manos con emoción, mientras que su celular sonaba con algún audio extraño. —¡El mejor tío y jefe de todo Seúl!

—Si tu lo dices. —Jisung por otro lado no parecía impresionado por los actos de mayor.

—Para que veas que no miento, hoy les he traído el especial de la casa. —Y tal cual como madre comenzó a sacar lo que parecian ser emparedados de su bolsa. —¡Emparedados!—Mire a Jisung y este parecía querer salir corriendo. —La combinación perfecta, en tres niveles.

—No otra vez...

—¿Qué es la combinación perfecta?—Pregunte sin entender, mientras que Taemin parecía estar más que emocionado.

—Omelet de huevos, ensalada de repollo y por último. —Y con un movimiento exagerado de manos, soltó. —Mantequilla de maní con mermelada de fresa, ¿A que es perfecto?

Claramente era perfecto.

Si quisiera morir por una intoxicación o una indigestión crónica.

—Incluso les traje batidos nutritivos. —Jisung y yo intercambiamos miradas, y antes de que pudiera decir algo, la campaña sonó, indicando que habían nuevos clientes.

—Bienvenidos a Aquasoul, ¿En qué le puedo ayudar? —Recite de memoria, antes de girarme en dirección a la puerta. Pero al ver quienes entraban por esa puerta, me hizo sentir peor que los dichosos emparedados de Taemin. —¿Yo soy una broma para ustedes? — La sonora carcajada de JaeHyun no tardó en aparecer y mi hermana frunció el ceño.

—En nuestra defensa, no sabíamos que trabajabas aquí. —Respondió Haruka, haciendo que frunciera mi ceño. —Y ya estamos aquí, ¿Me haces un descuento?

—No, en realidad van a pagar el doble.

—Eso va en contra de nuestras políticas, Yuta. —Taemin llamó mi atención. —¿Quienes son?

—Nadie.—Hable rápidamente, ganandome un golpe de parte de Haruka. Nunca me respeto. —Ella es mi hermana, y él...

—Su mejor amigo. —JaeHyun interrumpio mi explicación, antes que dijera algo que lo avergonzara.

Y aunque les hice aquel drama, los dejé pasar sin más, y cuando por fin pensé que podría irme a almorzar.
Los dioses decidieron apostar a ver cual me ponía la peor situación. Porque la puerta volvió a sonar.

—¡Yuta! —Allí estaba ella tan alegre como siempre, y verdaderamente me alegraba verla, pero no me hacía feliz verla acompañada.—Dos entradas, por favor. Esta vez pago yo, Sammy.

¿Sammy?

—Como quieras . —Asintió y luego pasó su brazo por los hombros de la chica. —Yo pago la comida Sunnie.

¡¿Sunnie?!

—¿Yuta? —Sunhee movió su mano frente a mí rostro, llamando mi atención, mientras que Woosung me miraba con una ceja alzada.

—Disculpa.—Busque los aparatos del recorrido y se los entregue, mientras que explicaba como funcionaban. —Que tengan un buen recorrido. —Sunhee me sonrio, y caminaron hacia la entrada de las peceras, pero antes de entrar se dio la vuelta y camino nuevamente hacia mi. —¿Estas libre esta noche?, Woosung dará un concierto en Itaewon de nuevo, y me gustaría pasar un rato contigo. — Bien, definitivamente no me esperaba eso. Claramente estaba libre, pero yo no quería ir a ver a su novio o amigo, cantar y mucho menos con ella.

—Lo siento, tengo planes con los chicos.

—Oh, esta bien. —Una mueca apareció en su rostro.

—¡¿Te puedes apresurar por favor?! —Woosung grito desde su lugar.

—Te veo el lunes en la universidad, supongo. —Volvió a sonreír y yo asentí en silencio. Para verla caminar con el chico, mientras este le decía algo y ella sonreia de vuelta.

Después de todo, aquel emparedado no parecía ser tan mala idea.

(...)

—¿Te estás escondiendo de mi?

Si.

—Claro que no, ¿A que se debe esta agresividad? —Pregunte, pues ella había arrojado su bolso sobre la mesa donde yo estaba disfrutando de mi café.

—Lo siento, es que no te vi en el campus ninguno de estos días. —Se quejo, y luego tomo mi café de mis manos, para beber como si fuese de ella. —Aún no entiendo cómo te puede gustar el café frío. —Una mueca de disgusto se formó en su rostro pero siguió tomando.

—Claro Sunhee, puedes tomar mi café. —Ella sonrió apenada y yo le sonreí de vuelta. —¿Estás libre?

—Si, en realidad solo estoy esperando a que Woosung me pase a buscar.

—Entiendo. —Asentí un tanto incómodo, y es que siempre que lo mencionaba, una sensación no muy agradable se instalaba en mi pecho.

—Por cierto, ¿A ti te gusta su música? —Moví mi cabeza esperando a que me explicara a que se debía su pregunta. —La de Woosung, ya sabes, esa vez en Itaewon...

—No realmente, estábamos celebrando el cumpleaños de una amiga. —Mentí, aunque no del todo, si era cierto que estaba allí por una amiga. —¿Y tu como sabes que yo estaba en Itaewon? —Fruncí el ceño, se supone que ella no me había visto aquel día.

—Ah... Yo los vi a lo lejos, pero estabas con los chicos y no me pareció correcto interrumpirlo. —Una risa un tanto nerviosa salió de los labios de esta. —Y me encontré con Johnny de casualidad, así que supe que estaban allí.

—Uhm, ¿Así que saludaste a Johnny pero no a mi? —Era un total hipócrita por reclamarle, porque yo tampoco me había atrevido a saludarla, pero igual me hacía sentir molesto.

—N-no es así.

—Olvídalo. —Me encogí de hombros y revise la hora. —Creo que ya me debo ir, mi próxima clase está por iniciar. —Y sin más me levanté de la mesa y salí del local.

Pero al salir jalaron mi mano hacia atrás.

—¿Estas molesto?

—¿Y por qué lo estaría?

—No lo sé, Yo... —Y antes de que terminara de hablar, note el coche de Woosung estacionado justo en frente de nosotros.

—Anda, se me hace tarde para clases y tu novio ya te está esperando. —Señale el carro estacionado y Sunhee frunció el ceño un tanto molesta.

—¿De qué estás hablando? —Me encogí de hombros y comencé a caminar.

—Adiós SunHee.

Mono no Aware | Nakamoto Yuta|Where stories live. Discover now