Laurent llega al pequeño pueblo de Seattle para hacer de las suyas ya que su madre la manda a vivir con su padre Marcus Higgins.
Al ingresar a la escuela se gana muchas enemigas y entre esas esta Donna Lamonsoff por la cual compite por el amor de K...
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Todos regresaron a sus casas después de ese gran fin de semana en la casa del lago. Todas las familias sabían que Keith y Donna habían roto, pero nadie sabía que Keith y Laurent se gustaban, bueno, solo Braden pero creía que a Laurent ya se le había pasado su "amor" hacía el pecoso.
Laurent y Keith no se han hablado desde aquella noche que Keith le dijo que entre ellos nunca hubo nada, el niño Hollywood trato de hablar con ella durante su visita al parque acuático pero la chica lo ignoraba o se la pasaba junto a Braden.
Laurent ya no se sentía tan mal por no estar con Keith, se dio cuenta que un niño así no vale la pena y no debe de estar perdiendo su tiempo con el; su relación con Higgins (su padre) iba mejorando cada vez más, ya se les podía ver a padre e hija pasar tiempos en la plaza jugando fútbol americano.
Conforme paso el mes una visita sorprendió a la familia Higgins.
— hola papá— saludo Laurent a su padre a la primer hora del día.
Higgins se había vuelto todo un padre responsable, llevaba a su hija a la escuela todas las mañanas y se despertaba temprano para hacerle su almuerzo y desayuno.
— hola cariño, ¿Pancakes?— pregunto estirándole un plato de los ya mencionados recién hechos.
— claro, gracias— Laurent tomo el plato y se sentó en una silla junto a la mesa. Higgins se sirvió un vaso de jugo de naranja que había hecho el mismo.
La comida de Higgins no era la mejor pero, al menos intentaba mejorar y eso era bueno, también valía la pena ver cómo Higgins portaba un mandil de flores al cocinar y eso hacia que Laurent disfrutará su desayuno.
— termina con todo, deja me doy una ducha rápida para llevarte a la escuela. ¡Oh, ya se! Tomaremos el autobús como todos.— Higgins salió corriendo.
Laurent se dispuso a comer lo que su padre le había hecho con tanto esfuerzo, apenas iba a meterse el primer bocado a la boca cuando el sonido de la puerta la interrumpió.
¿Quién podrá ser tan temprano?- pensó.
— Laurent, ¿Puedes abrir?— pregunto Higgins desde su habitación.
Dejó el tenerdor sobre el plato y se puso de pie en dirección a la puerta.
Abrió la puerta y se llevó una gran sorpresa al ver quién era su visita.
— ¿Mamá?— pregunto ella sin creerlo— ¿Estás aquí?— se abalanzó sobre su madre y la abrazo fuertemente.— ¿Que haces aquí mamá?— pregunto cuando se separó de ella.
— hola cariño— saludo su madre con una sonrisa muy grande.— solo vine por unos dias, quería verte y asegurarme que estés bien.
— ¿Quién es Laurent?— pregunto Higgins llegando a la sala.
— Marcus Higgins— dijo su madre dando dentro de la casa.
— ¿Si?— pregunto el sin poder reconocer a la señora con la cual alguna vez tuvo una aventura.
