Capítulo 11: ¡...Y lo pierdas todo!

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{Narrador Omnisciente}
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El timbre se escuchó, era muy tarde para que alguien viniera. Pensó que era una broma pero no pasaba nada por comprobarlo ¿Verdad?. Izaya se levantó y se dirigió a la puerta. La sorpresa que se llevó fue grande al ver a su secretaria empapada, con la cabeza agachada, temblando y la mirada perdida. Desde Shibuya a Shinjuku había una buena distancia.
Izaya(con un aire burlón): ¿Qué horas son estas para venir? Son las 1:15 de la mañana ¿No podías esperar hasta mañana para verme? ¿Tanto me extrañabas?
Yumi: Lo he perdido todo.
Izaya: ¿De qué estas...?

No pudo terminar la frase, Yumi le abrazaba fuertemente buscando consuelo. Las lágrimas brotaban de sus ojos y descendían hasta precipitar en el suelo. Los ojos de la pelicobre se cristalizaron formando hermosos y brillantes destellos que enamoraban a la vista, su iris se aclararon un poco dejando un lindo color azul royal.

(Este es el color de sus ojos al llorar)

Izaya al ver esos ojos no pudo evitar sonrojarse, a su parecer eran muy bellos y sintió una punzada cuando ella clavó su mirada vulnerable en sus ojos carmín

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Izaya al ver esos ojos no pudo evitar sonrojarse, a su parecer eran muy bellos y sintió una punzada cuando ella clavó su mirada vulnerable en sus ojos carmín.
-—Yumi: Eres la única persona que me ha abierto la puerta. Ya no tengo a nadie, ni siquiera Tageshi me contesta...
Izaya(desvía la mirada): Yumi... me estás empapando.

Yumi se aparta enseguida y empieza a temblar. El frío de la lluvia le calaba en los huesos y la ocasionaba escalofríos. Sintió como todo daba vueltas y cómo sus fuerzas la abandonaban. Antes de que se cayera el pelinegro la cogió y enredó sus brazos en su espalda, sujetándola. La llevó dentro y la ayudó a sentarse en el sillón. Preparó té y se lo ofreció, se sentó a su lado.
Izaya: ¿Qué se supone que ha pasado?
-—Yumi(mirada perdida y con lágrimas cayendo): Scorpio... Mi bloque se ha incendiado, la casa que con tanto esfuerzo y trabajo conseguí se ha quemado. Scorpio ha mandado a quemar mi edificio porque sabe que no tengo nada más y quiere que elija la segunda opción...

Izaya no pudo preguntar sobre la segunda opción, estaba demasiado vulnerable y dolida para explicárselo. No necesitaba que le odiara, necesitaba que estuviera agradecida. La suerte estaba de su parte y se lo había dado en bandeja, y obviamente las oportunidades no se tienen que desaprovechar.
-—Yumi: ¡Todo lo que tenía lo he perdido en una noche!. Tenía que haber estado más atenta,soy idiota , no pude evitar que ese maldito sueño se cumpliera. Muchas personas han muerto, lo quemó en plena noche.
Izaya: ¡¡Mis humanos!!
-—Yumi: Todas mis pertenencias se han quemado, solo tengo lo que llevaba en mi maletín. Nada más-(estornuda)
Izaya: ¿Has venido desde Shibuya a aquí cuando estaba lloviendo?
-—Yumi: Si, no tenía más remedio. Hace frío... ¿O soy yo? Creo que soy yo.
Izaya: A estas horas y encima lloviendo no me extraña que estés enferma.

Se va a por una manta azul marino y se la pone en la espalda para taparla, aunque eso no evitaba que las gotas gotearan y formaran un charco en el suelo y mojaran el sillón. Eso no pareció importarle al pelinegro, lo único que le importaba era poder volver a ver esos ojos hechiceros.
-—Yumi: No quiero abusar de tu hospitalidad...
Izaya: Yumi-san ¿Qué les pasó a tus padres?
-—Yumi: Mi madre está en el manicomio por bipolaridad 1. No quiero hablar de eso, por favor...
Izaya: ¿Ya estás mejor?
Yumi: Si, gracias por haberme vuelto a ayudar.
Izaya: ¿De qué hablas?
-—Yumi: Izaya... sé que es mucho pedir pero, ¿Puedo quedarme en tu casa hasta que me recupere un poco? No tengo casi nada y ...
Izaya: Está bien, quédate todo el tiempo que necesites . Será divertido jugar un poco con tus emociones. Además tú me prestaste tu casa cuando estaba mal así que te devuelvo el favor.
-—Yumi(sonríe): Gracias. Nunca te lo voy a poder pagar Izaya.

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