La tarde siguiente nuestro tren llegó a Denver. Aquel día era 14 de junio, una semana antes del solsticio. Me di cuenta de que no teníamos comida, ya que ellos se habían dejado las mochilas en aquel autobús, y la mía se había quemado con el fuego de la Quimera.
Annabeth quería hablar con Quirón sobre la charla con la ninfa de Percy.
- No podemos usar el teléfono, ¿verdad?
- No estoy hablando de teléfonos.
Mientras caminábamos tuve que preguntarle a Annabeth que era un teléfono, puesto que no lo sabía.
- Son aparatos electrónicos que reciben y emiten comunicaciones a larga distancia. Algo así como los mensajes Iris, pero sin las ofrendas y sin ver a la persona con la que hablas.
Llegamos a un lavacoches vacío. Nos metimos en la cabina más alejada de la calle.
- ¿Qué estamos haciendo exactamente?– preguntó Percy.
- Son setenta y cinco centavos. A mí me quedan dos cuartos de dólar. ¿Annabeth? ¿Emily?
- A mí no me mires. Se me ha quemado todo, lo tenía en la mochila- respondí, levantando un poco los brazos.
- A mí tampoco. El coche restaurante me ha desplumado.
Nos volvimos hacia Percy, que estaba rebuscando en su bolsillo. Acabó sacando un cuarto de dólar, que le entregó a Grover.
- Fenomenal. Podríamos hacerlo con un espray pero la conexión no es tan buena, y me canso de apretar.
- ¿De qué estás hablando?
Grover metió las monedas y puso el selector en la posición «LLUVIA FINA».
- Mensajería I.
- ¿Mensajería instantánea?
- Mensajería Iris. La diosa del arco iris, Iris, transporta los mensajes para los dioses. Si sabes cómo pedírselo, y no está muy ocupada, también lo hace para los mestizos– le corregí.
- ¿Invocas a una diosa con una manguera?
Me reí y Annabeth nos miró mal a los dos. En serio, hay veces que no la entiendo.
- Al menos que conozcas una manera más fácil de hacer una arco íris– respondió, de mala manera.
- El dracma, por favor– aquél era el último que nos quedaba, pero teníamos que llamar a Quirón.
- Oh, diosa, acepta nuestra ofrenda– lanzó el dracma dentro del arco íris, haciéndolo desaparecer–. Colina Mestiza.
Se empezó a formar la imagen del campamento mestizo, con los campos de fresa y el canal de Long Island Sound en la distancia. De pie, dándonos la espalda, estaba Luke.
- ¡Luke!
Se volvió, sorprendido.
- ¡Percy!– dijo, esbozando una sonrisa-. ¿Y esa es Annabeth? ¿Y Emily? ¡Alabados sean los dioses! Eh, chicos, ¿estáis bien?
- ¡Hola Luke! Sí, estamos bien, ¿verdad, Annie?– respondí yo, al ver que Annabeth no reaccionaba.
- Estamos... bueno... Sí, bien- Annabeth no hacía más que alistarse la camiseta sucia y se peinaba para apartarse el pelo de la cara–. Pensábamos que Quirón... bueno...
- Está abajo en las cabañas. –La sonrisa de Luke desapareció–. Estamos teniendo algunos problemas con los campistas. Escuchad, ¿va todo bien? ¿Le ha pasado algo a Grover?
Me empezé a preocupar. ¿Qué había pasado? ¿Estaban Connor y Travis bien? ¿Y Katie?
- ¡Estoy aquí! –gritó Grover. Apartó el pitorro y entró en su campo de visión.
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La hija de Hestia- PJO
FanfictionDespués de que Hestia encontrará a una niña en la puerta de un orfanato, decide hacerla su hija. Ya iremos descubriendo como hizo eso. Hasta los tres años se criara en el Olimpo. Después de eso llega al campamento mestizo, donde entrenará duro, tan...