2.

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Jaemin luchó por abrir los ojos esa mañana, después de todo se había quedado despierto hasta quién sabe qué hora, sólo recordaba que los malditos pajaritos habían comenzado a cantar cuando por fin decidió dormir, pero entre decidir dormir y dormir definitivamente hay una pequeña eternidad que nadie cuantifica... y ahora Jaemin maldecía tener que ser un humano, levantarse para vivir y pretender que era normal.

Pero lo hizo.

Salió de su habitación para servirse un tazón de cereal, mientras seguía pensando en las ideas que había tenido la noche anterior.

—Miau.

—Buenos días, sí.

Ni bien se sirvió el platón, comenzó a comer una cuchara tras otra, el gatito lo miraba, curioso.

—Oie—aún tenía la boca llena—, ¿no quiereh zer mi modelo?

Jaemin se acercó al minino mientras se limpiaba un pequeño chorro de leche que resbalaba por su boca, pero en cuanto extendió su mano el animalito corrió lejos de él.

Jaemin se quedó parado en su lugar, indignado.

—De verdad que no te entiendo, ¿ahora decides alejarte?

Salió de la cocina mientras terminaba su tazón de cereal, lo dejó en la mesa del comedor y decidió buscar a Haechan por la casa, tenía que negociar con él. Dio unos pasos hasta la sala y buscó debajo de su preciado sillón, pero tampoco estaba. Se paró en medio de la habitación y miró a su alrededor, la sala-comedor no mostraba evidencia de que el minino estuviera ahí; en la cocina obviamente no porque acababa de salir de ahí, fue hacia el pasillo, que daba acceso al resto de las habitaciones, pasó por el baño y asomó la cabeza, olía fuertemente a limpiador, probablemente Donghyuck había tirado un bote entero en el cuartito, pero Haechan tampoco estaba ahí.

Su habitación y su estudio estaban cerrados, así que sólo quedaba la habitación de Donghyuck, pero no podía entrar así como así, pese a que la puerta estaba entreabierta desde el momento en que firmó ese contrato esa habitación ya no era suya... pero necesitaba al gato... pero no podía violar propiedad privada, seguro había una ley al respecto... algo así.

Entonces escuchó cómo la puerta principal se abría y también cómo la pequeña bola de pelos salía disparada en esa dirección.

—¡Oye! ¡No puedes rechazar mi oferta de trabajo!

Donghyuck apareció, con el gato en brazos, mirando a Jaemin, quien estaba arrodillado en el piso, justo en la puerta de su cuarto.

—Eh... ¿qué haces?

—Miau.

Jaemin se levantó lentamente y vio cómo el chico lo estaba mirando, su rostro era indescifrable.

—Bueno, lo que pasa es que... Haechan y yo estábamos discutiendo.

—...

—Sí, y él no sabe cómo perder una discusión así que se metió en tu cuarto. Obviamente yo no entré, pero estaba tratando de convencerlo para salir... ya sabes, práctica de hablar idioma gato.

Donghyuck no sonrió, pero su expresión se suavizó notoriamente después de la "explicación".

—Bueno... eh... ¿puedo pasar? Tengo que estudiar.

—Ah, sí, claro, claro. Lo siento—Jaemin se levantó y se encaminó a la cocina, pero se detuvo de repente—. Eh, Donghyuck.

—¿Sí?

—Iré a preparar mi almuerzo... ¿quieres algo?

Ahora sí Donghyuck soltó una fuerte carcajada.

i (h)ate myself . nahyuck / hyuckminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora