Soft cake and melted chocolate

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—¡Por fin aparecéis!— exclamó Mimi cuando los vio llegar — Llegáis a tardar un minuto más y me voy a bailar yo sola.

—Qué dramática, si vinimos enseguida— respondió el moreno rodando los ojos. Seguía algo molesto por que le rompieran su momento con Raoul, aunque en el fondo sabía que no había sido a propósito.

—Ago, Ago ¡Mira!— Nerea se acercó corriendo hacia ellos con el cartón del bingo en la mano — ¡He hecho línea!

—Si, ha hecho línea de su quinto cartón...— puntualizó la malagueña

—Pero he hecho y tu no, envidiosa— le sacó la lengua mientras su amigo miraba los números marcados

—Que guay pequeña— felicitó revolviéndole el pelo liso antes de devolverle la prueba de su éxito— ¿Y te van a dar algo?

—Sip, un par de entradas para el cine— dijo feliz – Me han dicho que vaya mañana al ayuntamiento a recogerlas.

—¿Y a quien vas a invitar?— intercedió el rubio metiéndose entre ambos para hacerle cejitas a la niña.

—Pues aún no lo sé, pero ya sé que a ti no— respondió infantil sin darse cuenta de la dirección que iba a tomar su amigo con aquello.

—No, si no me refería a mi— sonrió malicioso y ese fue el momento en el que Nerea se dio cuenta de que la había cagado – Me refería a cierta castaña con flequillo a la que vas a ver la semana que viene si no me equivoco.

—Me han dicho que las puedo usar hasta diciembre— le dijo al moreno cambiando de tema rápidamente, toda colorada— Madre mía la safaera, temazo, vamos a bailar venga.


Se giró hacia Amaia y Marta que hablaban solas en una esquina y salió corriendo hacia ellas estirándoles del brazo para que la siguieran y movilizar así a todo el grupo. Ambos chicos se rieron al verla tan acalorada intentando escapar de ellos como fuese mientras todos los demás los miraban sin entender muy bien que estaba pasando.

El rubio negó con la cabeza para que se despreocuparan y les hizo una seña antes de empezar a andar hacia donde se habían ido y así no perderlas. Agoney lo siguió, sintiéndose extrañamente apegado al chico.

—Oye Raoul— preguntó poco después — ¿Te referías a tu compañera de piso?

—¿Con lo de Nere? Sí— asintió riéndose— A principios de Mayo, antes de los exámenes finales, nos fuimos de fiesta y entre copa y copa me confesó que Aitana es su crush pero que no se lo puede decir porque solo la ve como una amiga.

—¿Y tú qué opinas sobre eso?— pregunto curioso por aquella narrativa.

—Yo creo que las dos se gustan pero les da vergüenza decírselo a la otra.

—Madre mía que dos— se rio imaginándose a la pequeña siendo vergonzosa con alguien— Me recuerdan a alguien...— le dijo sabiendo que el chico lo entendería.

—¿Ah sí? ¿A quién? A mí no se me ocurre nadie...— se hizo el tonto rascándose la barbilla aunque la sonrisita le delataba.

—¡Eh ustedes dos! – exclamó Ana, que no les había quitado el ojo de encima por si acaso— Aligeren, que a este paso los volvemos a perder.

—Venga, vamos antes de que la señora nos ate con correa como a los perros— bromeó el rubio cogiéndolo de la muñeca para estirar de él y llevarlo hasta sus amigos.


Las dudas que había estado teniendo durante el camino hasta sus amigas se disiparon al notar como Raoul bajaba la mano hasta la suya y entrelazaba sus dedos, asegurándose que no se le escapaba. Bajo la mirada para confirmar que no era su imaginación y no, no lo era, el chico lo llevaba bien sujeto para mantenerlo cerquita de él.

Esta nocheWhere stories live. Discover now