TERCERA PARTE: VERANO

667 36 2
                                    

16.

El último mes había sido una renovación total. Nate y yo habíamos pasado las últimas clases riéndonos juntos y haciendo estupideces. Había recuperado a mi mejor amigo...pero algo era diferente en él.

Me trataba aún más amable, dulce y a veces sujetaba mi mano en el medio de la clase. Yo sonreía como una idiota y fingía que no me afectaba. No sabía qué juego estaba jugando Nate, pero sí sabía que iba a doler y era confuso. Pero no importaba; sabía que soportaría todo esto con tal de tenerlo cerca, a mi lado.

El último día de clases fue un verdadero desastre. Hicieron bromas por toda la escuela, los profesores no podían controlar a los adolescentes exaltados y fue necesario llamar a la policía para bajar del techo a uno de último curso que se había pasado del límite.

Nate y yo salimos corriendo apenas el timbre sonó, riéndonos entre la multitud de jóvenes y papeles que todos simultáneamente habían tirado y ahora caía como lluvia sobre nuestras cabezas. Seguimos corriendo hasta la esquina y una vez que doblamos por ella, frenamos nuestros pasos.

Nate aún reía, ilusionado por las miles de promesas que traía el verano, mientras en las calles la mayoría de los autos hacían un escándalo de bocinazos debido a la avalancha de chicos que cruzaban las calles sin mirar y corriendo en todas direcciones.

-Este sí que fue un verdadero espirítu de fin de clases.- comentó él, riendo.

-Creo que este año se pasaron.- seguí yo, disfrutando del placer de ver a Nate O'donell reír.

Él me sonrió y tomó mi mano antes de empezar a caminar.

-Así que, ¿qué harás estas vacaciones?- preguntó.

-A ver, déjame pensarlo...-dije, con cara y voz de estar pensando algo muy importante.- ¡Ah, cierto! Trabajar, trabajar, ver mis películas favoritas y...trabajar.

Nate rió negando con la cabeza, en total desacuerdo.

-Esas películas...por dios Amy, si dejo que veas una más de esas películas me consideraré el peor amigo del mundo.

Reí un poco, con la palabra "amigo" aún sonando en mi cabeza.

-Pero hoy me tocaba "500 días con ella", una de...

-¿mis favoritas?- completó mi oración Nate.

-¿Cómo lo sabes?- dije sarcásticamente.

Ambos reímos un poco juntos.

-Dices eso de todas las películas que ves.

-¿Qué otra cosa puedo hacer O'donell? Prometo no dejar de escuchar The 1975.

Él sonrió, complacido, pero luego se puso un poco nervioso y serio. Fijó su mirada en el suelo mientra se ponía a acariciar mi mano con su pulgar, sin dejar de soltarla.

-Bueno, estaba pensando en algo de hecho.- confesó.

Yo me lo quedé mirando mientras miraba su reacción: estaba realmente nervioso o incómodo, tal vez asustado por algo, no sabía qué.

-¿Nate?- le obligué a seguir hablando.

-Bueno ya sabes, todos los años voy con mi familia a Long Island. Algo así como recorrer toda la costa...

-Claro que lo sé Nate, es una tradición familiar, todos los años lo hacen.- contesté, intrigada a donde iba a parar todo esto.

-Sí, y bueno yo pensaba...que tal vez...si tú quieres...podrías, ya sabes, venir con nosotros...conmigo.- balbuceó.

Él, ella y yoWhere stories live. Discover now