𝐏𝐑𝐈𝐍𝐂𝐄𝐒𝐒 | 𝐂𝐄𝐕𝐀𝐍𝐒

CHAPTER TWENTY.

—Te voy a extrañar mucho —Amelia abrazó a su novio.

La semana paso tan rápido que ninguno de los dos creía que ya tenían que separarse nuevamente.

—Nos veremos pronto, amor —la abrazo por la cintura—. La premiere es en unas semanas y después viajaremos a Inglaterra para la cena con tu familia.

Amelia sintió como su estómago se revolvía.

—Cuídate, ¿sí? —lo beso.

Chris sonrió en medio del beso acercándola más a el.

—Te amo —dejo otro corto beso.

—Ya tortolitos, perderemos el vuelo si no se apuran —habló Sebastian desde la camioneta.

Scarlett le dio un golpe en la cabeza—. Déjalos.

Amelia regresó la mirada a Chris—. Te amo más —acarició con su mano el cabello de su novio mirándolo directamente a los ojos.

—Nos vemos en un mes —sonrío el actor dejando unas leves caricias en la mejilla de su novia.

—Un mes —lo abrazo fuertemente.

Una pequeña lágrima cayó por su mejilla al verlo subir a la camioneta y alejarse del hotel.

—Amy —antes de que alguna de sus damas pudiera decirle algo esta salió corriendo hasta el baño más cercano. Estando ahí se permitió devolver el almuerzo de esa mañana.

—Estoy bien —murmuró saliendo del cubículo, enjuago su boca y lavó su cara.

—No puede ser que en tu primera vez hayas quedado embarazada —se burló la pelirroja.

—No estoy embarazada —explicó—. Tenía nervios y ansiedad.

—Claro que sí.

Las cinco salieron del baño.

—Amelia, espera —una delgada mano la tomo del brazo.

—Antoinette —sonrió.

—Por dios, ¿estás bien? Luces demasiado pálida —explicó tocándole la frente—. No tienes temperatura.

—Estoy bien, solo... comí algo que no me cayó bien —explico—. ¿Qué necesitabas?

—Oh claro —suspiró—. Mañana Artemis y yo tomaremos el té juntas y quería saber si quieres ir con nosotras.

— ¿Nosotras tres?

—Claro, pensaba decirle a Andrew también pero quería saber tu opinión... sé que tu y el no se llevan tan bien —hizo una mueca.

—No, no —la chica la miro—. Invitalo, no tengo ningún problema.

— ¿Estás segura? —preguntó.

—Totalmente —sonrío pasando su cabello hacía atrás—. Ahí estaré.

—Nos vemos mañana a las tres.

—Bien, adiós —sonrío caminando al elevador.

Antoinette la miraba fijamente, le regalo una sonrisa antes de que el elevador por fin se cerrara. Si todo salía bien mañana, entonces su plan iba a funcionar a la perfección.