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Maratón 3/3

Como todos los días, después de terminar su labor en la casa imperial, se dirigió al hanok de su hermano menor.

Estaba realmente preocupado por el chico que había llevado hace algunos días ahí, y que no mostraba signos de mejoría. Se mentiría a sí mismo, si negara que la curiosidad lo carcomía.

Necesitaba saber porque un chico tan joven, con apariencia sublime, por su belleza, estaba en aquellas condiciones.

Y aunque su hermano lo negará, sabía que él también se moría de curiosidad.

Antes de entrar y ver como se encontraba, se dirigió a la parte trasera, para llevarle alimento a los animales, sin esperar que un chico rubio y delicado, ahora también formaba parte del pequeño ganado de su hermano.

-Lloré muchísimo. -contó-. Jamás me había dando una infección así. ¿Se imaginan tener que estar en el baño todo el santo día? -les cuestiono a ambos animales, sentados junto a él, que lo rodeaban y lo miraban atentos, como si entendieran cada una de sus palabras, como la crisis más grande que pudo haber tenido a lo largo de su vida.

Nunca antes había escuchado esa voz tan fina y angelical, por lo que, apresuró sus pasos para ver de quién se trataba.

-Una vez, Amber me dijo que....

-¡AHHHH! -Jin gritó, al encontrarse con el dueño de la voz.

Jimin lo miro desde abajo, ladeando la cabeza al no comprender la mirada temerosa que el castaño le dirigía.

-¡Tú! -lo señaló.

-¡Yo! -se señaló a sí mismo.

Ambos se miraron, analizando al otro. Jin lo había visto dormido durante tres días seguidos y aunque estaba de sobra decir que era bello, nada se comparaba al poder apreciarlo cuando estaba vívido y sus ojos marrones lo observaban con detenimiento.

Se agacho a su altura, sin poder salir de la conmoción.

Tomó sus mejillas y las estrujo, asegurándose de que era real.

-¿Qué haces aquí afuera? -cuestionó, ignorando las quejas de Jimin, para que lo soltará-. ¿Te encuentras mejor? ¿Ya has comido?

-¿Podría soltarme, por favor? -pidió, apartándose lentamente de él.

Cuando Jin finalmente lo soltó, sobo sus mejillas rojizas, por el trato exagerado que el mayor de los Jeon le había proporcionado.

-Soy parte del ganado ahora. -contestó-. C-creo que estoy mejor y no, no he comido nada. El señor ladrón, me sacó hace un rato y ni agua me ofreció. -se quejó.

«Mi hermano tan sensible como siempre»

Le hubiera sorprendido bastante que Jimin se encontrará dentro estando despierto y aunque si le sorprendía el hecho de que estuviera en la parte trasera de su hanok, no dejaba de pensar en lo insensible que era su hermano.

Jungkook había cuidado del chico durante tres días, en los que él mismo se había encargado de cambiarlo, limpiarlo y estar al tanto de cualquier signo que mostrará, que Jin no comprendía cómo había dedicado tanto, solo para dejarlo afuera de su casa una vez despertó.

Su hermano sin duda era una incógnita que nunca entendería, pero que sí lo haría entrar en razón.

-Quédate aquí, ¿sí? Hablaré con mi hermano y le reclamare por ti acerca de su trato.

Park asintió dubitativo.

Había estado durante toda la mañana afuera, con el calor quemando su maltratada piel, esperar un poco más en lo que el chico amable hablaba con su supuesto hermano, no le quitaba nada.

Emperador Min - KookminWhere stories live. Discover now