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Las hojas caen de aquellos árboles que alguna vez fueron testigos de los encuentros más hermosos, de los abrazos más sentidos, de los susurros más queridos. Ellos presos de una danza embriagadora, impulsan los recuerdos que gobiernan el pensar e impregnan la verdad de una feroz realidad, sin saber que ésta y aquél, fueron tal vez, pertenecientes a otros tiempos, a otra vida, sin llegar nunca a estrecharse la mano.

Deslizándose, bajando y subiendo, allí se las puede apreciar, queriendo no querer, viviendo su propia existencia, allí están. Verlas en su danza, crea en el veedor sentimiento de entendimiento, a la simple creación de su compleja presencia. Decenas, cientos o quizás miles, acompañan el frenético andar, que le da a la propia vida la dicha de poder estar ante esto, ante ellas.

Es que si el entendimiento fuese la virtud de la propia existencia, tal vez, el simple murmullo de los aires futuros pudiesen decirle al incrédulo observador, cuál es el destino de una historia que al comienzo, los escritos fueron difusos, pero que con el surcar vívido, las letras en el papel del destino se fueron formando de manera por momentos inentendible. A veces, y sólo a veces, en ciertos pasajes los escritos de puño y letra, eran continuos, entendibles y exactos, en una simple y común prosa, pero en otros, los versos abundaban con una rima desentonada, en esos instantes el ensayo sin tener sentido enrarecía el sonido de la voz parlante. Es que allí estaba la estructura madre que gobernaba el andar del firme caminante.

Pues velo, este aquí, con la claridad que la vida les da, las hojas pintan de colores diversos la estructura cruda del sendero, que su propia existencia les ha impuesto. Sus matices tiñen el cielo rasante, rojizos, amarillos y aloques perfuman el aire e inundan de las más bonitas sensaciones del existir instantáneo. Cada una de ellas juega en un particular sentido, con los suaves rayos de luz que atraviesan las ramas, una y otra entrelazadas, de difusa forma, confeccionan una interesante red que deja sin entender el origen o el fin existente, en cada una de ellas.

Bruscamente muevo mi sien en busca de entender el acontecer, de deducir el existir, de vivir el hoy y dejar el ayer en el mundo de la esclavitud eterna. Una a una en la danza se van iniciando, primero las hojas más grandes cortejan a otras de menor tamaño, y éstas, a las que le siguen y así sucesivamente, de esta forma se va conjugando un espectáculo digno de la perfección. Las veo llamarme en un suave susurro de libertad, con la impetuosidad que sólo la madre naturaleza les puede dar a tan pequeños seres, a tan hermosos seres. Ven, parecen decir al agitarse con el suave andar de la brisa del silencioso meridional.

- Ven, -las hermosas hojas dicen- recuerda nuevamente a aquellas distantes vivencias, en donde tu ser era uno, en danza sigilosa de amantes privados, intentando perpetuar el segundo en el que las almas se unen.

- Ven nuevamente, - profesan las hojas- Aleja todo aquello que alguna vez te ha distanciado de la verdadera felicidad. Ven y acompáñanos nuevamente por este sendero que hemos preparado para ti. Deja de mirar atrás y revélate al pasado que te ata.  Quítate eso que tienes allí, que mantiene apresada tu extremidad. Quítate lo que ahoga tu delgado tobillo, aléjalo de una vez por todas, deshazte de él que ya ha dejado muchos surcos en el sobrio suelo, donde habitan los sentimientos y en donde estas marcas le han dejado heridas al alma del pleno existir.

- ¿Cómo puedo acompañarte si no sé quién eres, no sé quiénes son? – le digo despreciándolas -

            -¿Por qué tendría que hacerles caso? ¿Díganme por qué, yo que en tantos andares no he necesitado de nada ni de nadie? ¿Díganme porqué, debería escuchar a unas simples… hojas? ¿Por qué? Si ustedes no saben qué es lo que me mueve, qué es lo que llevo atado a mí. Entiendan y alejen sus pensamientos erróneos de mi estar, de mi sin sentir, les repito, y entiéndanlo, no puedo desprenderme de lo que no tengo interés de perder, es tan simple de entender, no puedo dejar aquello que nunca he querido olvidar.

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⏰ Last updated: Dec 31, 2014 ⏰

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Las hojasWhere stories live. Discover now