LEGACY I: YOUNG AVENGERS [1]

14. ¿Una pijamada?

Las puertas de la sala de armamentos se abrieron y Jason entro. Trae una bandeja de comida en las manos, llegó hasta dónde está Morgan, la castaña trae puestos los audífonos y está soldando algo en una placa con un cautín.

Jason deja la bandeja en una mesa junto a la de Morgan, toma un banco y se sienta frente a la castaña, quién aún no ha reparado en su presencia por estar tan concentrada, además de que seguramente tiene la música muy alta. El chico desconecta el cautín y Morgan por fin lo ve. Le sonríe y se quita los audífonos.

La sonrisa de Morgan hace que la felicidad de Jason crezca.

— Hola, Jay — dice la castaña con emoción, poniendo el cautín en su base.

— ¿Jay? — le cuestiona divertido.

— Oh, por Jason, ya sabes — las mejillas de Morgan se tornan color carmesí y comienza a trabarse — Sólo... yo...creí

Jason se ríe por ello, se ve tierna cuando sus mejillas se ponen rojas y no sabe que decir — Me gusta, pocas personas me llaman así — Morgan le sonríe y asiente sintiéndose menos apenada por llamarlo de esa manera de una forma tan natural — ¿Ya comiste?

— Planeaba subir al comedor... — la castaña se mira el reloj en su muñeca y abre los ojos con sorpresa — ¡¿las tres de la tarde?!

Estaba tan concentrada en su proyecto que no reparó en el paso del tiempo.

— Te la has pasado la mayor parte del día aquí, cuando no te vi en el comedor pensé que se te había olvidado, así que te traje algo.

Jason se pasa a la mesa contigua y le hace una seña a Morgan para que se acerque, la chica toma su banco y lo pone frente a Jason, cuando ve la bandeja con comida sonríe.

— No estaba seguro de que traerte, así que traje un poco de todo. Carne, verduras, arroz, sandía en cubitos y agua de limón — le dice Jason, señalando cada cosa.

El rostro de Morgan no deja de sonreír, es lindo que el castaño se haya preocupado por ella y le haya traído comida. Un hermoso gesto de su parte.

— No debiste, pero muchas gracias — sus ojos se conectan con los grises de Jason y puede jurar que tienen un brillo especial — De no ser por ti, seguro no comía hasta la cena.

Jason le sonríe. Mientras ella come, Jason le cuenta sobre cosas triviales que le sucedieron en la mañana y de cómo sus hermanas casi logran sacarle canas verdes, cuando irrumpieron en su habitación muy temprano sólo para hacer videollamada con su madre y de cómo Janus ni siquiera se despertó ante el escándalo. Entre risas y comentarios burlistas, Morgan terminó de comer.

La castaña mira el reloj en su muñeca, las cinco de la tarde. Había pasado dos horas hablando con Jason y ella siente que fueron solo fueron un par minutos. Limpia el área que usó y vuelve a su mesa de trabajo con el castaño poniéndose frente a ella.