La nieve cubría las calles, había niños y adultos jugando con ella. El parque estaba abarrotado de muñecos de nieve y niños, yo solamente caminaba y observaba a detalle como los pequeños jugaban. Me sentía sola, muy sola y no sabía porque. No había razón aparentepara ese sentimiento de soledad. A lo lejos vi a un pequeño de cabellos rizados, estaba solo, el lloraba. Me levanté de la fría banca cubierta de nieve y me puse en cuclillas.
-¿Necesitas ayuda?-Le pregunté suave. El pequeño levanó la cabeza y me miró, tenía unos bellos ojos azules.
-Me perdí.-Fue lo unico que dijo antes de romper en llanto nuevamente.
-¿Cuál es tu nombre?-Le dije sentandome a su lado.
-Harry. Mi nombre es Harry ¿y el tuyo?-Preguntó.
-Me llamo Winnie.-Le dije y el rió.
-¿Cómo el oso?-Dijo sonriente y yo negué.
-No, sólo Winnie.-Le aclaré.
-¿Cuántos años tienes?-Preguntó después de un rato.
-18 ¿y tú?-El sonrió y contestó.
-10.-Asentí y nos inundó un silencio.
-¿Y por qué te has perdido?-Le dije mientras miraba su carita empapada en lágrimas.
-Vine a jugar al parque con uno de los mejores amigos de mi hermano, pero ha visto a una tal "Trina" y se ha ido detrás de ella.-Me explico haciendo movimientos raros con sus manitas .
-¿En serio?¿Te dejó por ir trás una chica?-El asintió y yo lo abrace.
-Ahora no se cómo regresar a casa.-Dijo aferrandose a mi abrazo y llorando de nuevo.
-No te preoupes, yo te llevaré a casa, solamente necesito que recuerdes bien tu dirección.-El pequeño asintió. Nos levantamos del ahora blanco césped y empezamos a caminar.
Harry veía atentamente a las personas pasar, la mayoría de ella iban tomadas de las manos, jugando o simplemente pasandola bien, yo sólo veía al frente examinando las calles y recordando la dirección del pequeño rubio. Entonces pasaron a nuestro lado una pequeña y un chico mayor, de unos 16 años tomados de la mano, el chico llevaba muchos regalos y una gran sonrisa en su rostro mientras que la peueña iba sinriente y repitiéndole a el que por fin era Navidad.
Mi mano derecha se sintió invadida, era Harry, me habíia tomado de la mano. Baje la cabeza y lo miré.
-¿Por qué estas sola si es Navidad?-Preguntó y yo paré en seco.
-¿Por qué quieres saberlo?-Le pregunté de vuelta.
-No lo sé, es extraño que una chica tan joven este sola en navidad.-Hizo una pausa y seguimos caminando.-¿Nunca sonries en Navidad?-Lo miré de uevo.
-¿No te parece que eres muy prguntón?-Le dije y seguimos caminando.
-¡Mi hermanio dice lo mismo!-Gritó con alegría.-¡Dobla aquí!-Gritó de nuevo y sin querer reí.-¡Ja! Te hice reir, me debes un chocolate.-Dijo celebrando su gran logro.
-Bien, te lo daré luego. ¿Ahora hacia dónde?-Pregunté.
-Debemos seguir derecho y luego cuando encontremos la única casa sin adornos doblamos a la izquierda, después cuando veamos la pequeña fuente congelada doblamos a la derecha y seguimos derecho hasta llegar a mi casa, confía en mi, yo sé cual es.-Dijo con aire dde grandeza y reí. Este chico estaba loco.
Hicimos el recorrido que me había advertido el pequeño, realmente estaba alejado de casa. Miré mi reloj, al parecer el tiempo vuela, ya eran las ocho en punto.
