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Luego de aquella noche de revelaciones y de que todo se haya visto aclarado, ambos muchachos comenzaron a salir oficialmente, no era menos, después de todo habían estado años ocultando su verdadero sentir por el otro. Pronto se fue generando situaciones tensionales de índole sexual, Sasara estaba esperando la iniciativa por parte de Rosho para poder tener su primer encuentro sexual, pero este no sabía cómo hacerlo, le daba vergüenza, pues era inexperto en ese tipo de cosas y sabía que Sasara ya tenía experiencia, había estado con otros chicos, de seguro estos ya habían dejado la bara muy alta, pero Sasara quería hacerlo, lo había anhelado durante tanto tiempo y ahora que podía ocurrir, ¡Nada pasaba! Era como si Rosho lo evitara a toda costa y cuando comenzaba a insinuarse, ¡Nada pasaba! Eso impacientaba mucho al comediante, por lo que tendría que iniciar él.

Sabía que esa noche Rosho había salido con algunos compañeros de trabajo a beber, por lo que era el momento perfecto para llevar a cabo su plan, pues su chico llegaría un poco mareado y eso ayudaría a que el pelimorado se desenvolviese más rápido y no le diese vergüenza, Sasara tenía muy claro que esa sería la primera vez del chico, por lo mismo quería darle una buena experiencia, lo que menos quería era que estuviese incómodo.

A eso de las diez de la noche llegó al departamento de Rosho, tenía una llave que el profesor le había dado de su hogar por lo que entró sin problemas a este, obviamente no le había dicho nada a Rosho, era una sorpresa. Traía consigo una bolsita con algunas velas aromáticas que colocaría en la habitación, también se iba a dar un buen baño para esperarle desnudo en su habitación. Su plan era ese, estar ahí mostrando su cuerpo y despertar el instinto sexual de su pareja, era algo muy simple, pero estaba seguro de que provocaría muchas cosas en el profesor. Llevó a cabo lo que tenía en mente, primero se dio un buen baño con agua caliente, demorándose lo que quiso, pues sabía que aún faltaba tiempo para que Rosho volviese a casa. Salió envolviéndose en una manta y abrió una botella de vino que había comprado, debía entrar en calor también, después encendió las velas que había acomodado en la habitación, ahora solo le quedaba esperar a que el pelimorado llegase a la casa.

A eso de las una de la mañana la puerta del departamento se abrió, dando aviso de que Rosho había regresado. Sasara se acomodó a orillas de la cama aún con su bata puesta, solo quería verlo entrar a la habitación y ver la expresión de su chico. Pasaron unos cuantos minutos y Rosho entró en su habitación, quedándose parado ahí al ver al peliverde en su cama.

- ¿Sasara? – Cuestionó un poco confundido - ¿Qué estás haciendo aquí? Pensé que sabias que iba a salir hoy.

- Lo sé, vine hasta acá para poder darte una sorpresa – dicho esto se colocó de pie, abriendo su bata y dejándola caer al piso con una sonrisa juguetona en su rostro - ¿te sorprendí?

Los ojos del más alto se abrieron con sorpresa ante tal belleza que estaba viendo, dios, en verdad que no se esperaba algo como eso. Se mordió suavemente el labio en tanto recorría con su mirada el cuerpo de Sasara.

- Mucho más que eso – ah, no podía dejar de mirar al muchacho – eres tan bello.

Una pequeña risita escapó de los labios del peliverde quien caminó hasta quedar enfrente del recién llegado, había adorado su reacción y quería seguir disfrutando de ellas por toda la noche. Le rodeó el cuello con sus brazos apegándose a su cuerpo.

- Entonces prepárate, porque mi sorpresa no acaba aquí – dicho aquello comenzó a besar apasionadamente a Rosho, sentía el sabor a cerveza en la boca del contrario. Se sentía rico.

Las manos de Rosho se posaron en las caderas de su pareja atrayéndole más a él siguiendo el ritmo del beso. Poco a poco y por el calor del momento bajó sus manos hasta los glúteos de su pareja, masajeándolos a su gusto y antojo mientras le devoraba la boca. El ambiente se fue calentando de a poco y las prendas de Rosho fueron desapareciendo de a poco, la primera en irse fue aquella camiseta que ocultaba el bonito cuerpo del profesor, le siguió el pantalón. El peliverde sentía perfectamente la erección que el contrario se guardaba bajo la ropa interior.

love's confession || RoSasaWhere stories live. Discover now