Parte 5 - Recuerdo

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Está en un hospital y no le hicieron ni un solo tratamiento. Varios exámenes en dónde demostraban que Jonathan estaba más que perfecto donde solo se le veía agotado y cansado: Cosa que creyeron los doctores fue anemia a causa de Dio por estar alimentandose del pobre hombre.

Lo que si nadie se pudo explicar era cómo demonios tenía sangre Joestar corriendo por sus venas. No era lógico y Jonathan no cooperaba a dar respuesta puesto que aún no podía articular palabra.

De sus la labios apenas salía el nombre de Dio, ni una frase completa y los médicos creían que se hallaba en un estado de shock.

¿Quizá Dio experimento con el cuerpo del antepasado de Jotaro y lo creo a él? No lo sabían y nadie conseguía hallar respuesta.

Joseph parecía ido después de haber visto la cara del hombre pues juraba haberlo visto antes en alguna parte que no recordaba. Ese hombre existía en sus recuerdos, recordaba haberlo visto en más de una ocasión en las fotos que le mostraba su abuela, Erina.

—¡Oh my god! —Exclamó —¡Conozco a ese hombre! ¡Es mi abuelo!

—¿Abuelo? —Preguntó uno de los doctores. Todos los profesionales de la salud que estaban allí eran de la fundación de Speedwagon y sabían parte de la historia de los Joestar —No tiene la marca de nacimiento.

—¡Pero esa es su cabeza! —Grito espantado —¡Dio tiene que haber...! ¡Oh my god! ¿¡Dónde esta Jotaro!?

Jonathan podía escuchar desde dentro de la habitación los gritos paranoicos de su nieto y rió: Se le escuchaba lleno de vida. Miró nuevamente al techo y se centro en respirar y retomar su compostura. Habían momentos en los que sentía a Dio que luego desaparecían sin dejar evidencia, como un mal sabor de boca: Supo que estaba ahí y al pasar el tiempo lo olvidó como si fuera un sueño del que recién despiertas.

Estaba seguro de que Joseph también podía sentirlo, el aparecer y desaparecer de aquella sensación tan extraña llamada Dio. Lo sentía vivo a ratos y muerto a otros.

Sentía esperanza a ratos y muerte al otro. ¿Si se matará otra vez podría encontrar a Dio?

Se levanta y camina hasta una ventana, ya han pasado dos días desde que lo encontraron y puede mantenerse erguido por bastante tiempo aunque siente que no podrá irse demasiado lejos.

—Señor, ¿puede escribir? — Pregunta uno de los doctores que recién entra en la habitación, el mismo que anteriormente hablaba con Joseph, traía una hoja apoyada en un cuaderno en una mano y un bolígrafo en la otra —. Nos gustaría conocer su nombre.

Jonathan se le acerca al hombre lentamente que es más bajito que él y parece intimidado pero se mantiene firme aguantando el aire. Jojo toma la hoja y antes de poder escribir nada se detiene.

Se escucha una voz distante que no logra distinguir, lo que sí distingue es la puerta abriéndose de golpe y a Joseph agitado saltando sobre él con Jotaro detrás.

Su garganta no sabe articular otra cosa que no sea el nombre de Dio, cosa que pone en alerta a sus dos descendientes.

—¡Él! ¡Él debe saber dónde está! —Grita Joseph a Jotaro para luego voltear hacia Jonathan —¡Confiesa! ¡Dónde y cómo es que Dio esta vivo!

Jotaro solo los ve desde la puerta, con el ceño fruncido, como su cara era usualmente o quizá pensando que su abuelo terminó de perder la cabeza pero con bastante desconfianza a Jonathan.

El doctor saca a Joseph a regañadientes y Jonathan se queda tosiendo en el suelo. Le había dolido la caída y mucho más el cuello.

Y en lo que esos dos discuten y Jotaro le inspecciona con la mirada, Jonathan escribe en la hoja de papel para luego mostrarsela al más joven.

"Mi nombre es Jonathan Joestar."

—¿Cómo demonios es que está vivo? —Le pregunta Jotaro.

—Dio.

Jotaro se voltea para llamar la atención de Joseph que aún discutía con el médico de lo serio que era el asunto pero Jonathan lo tomó con fuerza del brazo: Intenta abrir la boca y las palabras no le salen por lo que Jotaro le devuelve la hoja.

“Gracias por permitirme acompañarlos, dice Noriaki."

Jotaro miró a los ojos a Jonathan que brillaban con pura inocencia en ese azul brillante.

—¿Kakyoin? —Jonathan asiente y le sonríe para volver a escribir.

"Está detrás de ti."

Jotaro volteó instantáneamente para toparse con la cara confundida de Joseph que le miraba extrañado.

—¿Me estas jodiendo? —Le pregunta, molesto. ¿Cómo demonios ese hombre podría saber cualquier cosa de alguien que estaba muerto?

Star Platinum apareció a sus espaldas y supo que algo andaba terriblemente mal en el momento en que Jonathan adoptó una pose defensiva.

—¿Quién demonios eres?

Jonathan tomó aire y habló lo mejor que pudo.

Una pena que su garganta no ayudara para nada.

—Dio...

Los golpes de Star Platinum dolían. Dolían muchísimo... Al menos los doctores al fin podrían hacer algo por él.

—Un stand es manifestacion física del alma de una persona —. La voz de Dio resonó distante en su cabeza. Una charla que tuvieron en un corto periodo de tiempo en el que el rubio detuvo el tiempo. —El espíritu de lucha.

—La psique de un individuo hasta cierto punto —Recordaba haber contestado Jonathan mientras se paseaba por la biblioteca del rubio.

—Estás muerto Jojo. No eres ninguna manifestación, eres el alma misma.

—Y eso nos lleva a... —. No pudo terminar la frase puesto que el tiempo volvió a su curso y él dejó de ser visible a los ojos del rubio.

—Terminaré la frase por ti —Dijo. —Nos lleva a más preguntas de las que me gustaría. ¿Por qué yo, Dio, puedo verte al usar el poder de The World?

Jonathan se mantuvo en silencio y se acercó a Dio y tocó con suavidad su mejilla.

—Incluso puedo sentirte, Jojo.

El tiempo se detuvo a nueva cuenta y Dio sostuvo su mano rápidamente para que no la quitase.

—Sólo puedes ver parte del alma. No el alma completa. Quizá puedes verme al hacerte más fuerte: The World utiliza mucha energía, ¿no?

Dio apretó su mano con fuerza al insinuar su debilidad pero no le dijo nada. Dio era fuerte contra todo el mundo menos contra el tonto que tenía al frente quien fue el que le enseñó su primer derrota.

—Me haré más fuerte.

En el MundoWhere stories live. Discover now