Boda- Final

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El gran día llegó, la pareja se levantó temprano, para desayunar juntos y de ahí que Emilio se fuera a casa de su tía, donde se arreglaría; mientras que el castaño solo espero a su madre.

La ceremonia será en un jardín, las sillas de los invitados son blancas,  todo está decorado con margaritas, y algunos tulipanes, que son las favoritas del menor. A tan solo unos metros de la ceremonia, esta el salón donde será la fiesta.

A cada momento que pasaba ambos se ponían aún más nerviosos. Joaquín estaba terminando de acomodar el moño de su smoking, cuando entró su madre ya con su vestido azul puesto, que por cierto le quedaba precioso.

— Cariño, cálmate —pidió la progenitora del castaño.

— Eso intento, pero sigo muy nervioso  y no dejo de temblar, ¿qué tal si a Emilio no le gusta mi traje? ¿O cómo me veo? —preguntó temeroso.

— Aunque fueras con la peor ropa que hay, estoy segura que Emilio le encantará; cariño él te ama, jamás tengas duda de eso —susurró.

A unos cuantos minutos de ahí, se encontraba el rizado, también ya estaba listo, solo esperaba que su tía lo estuviera para irse al salón.

— ¿Nervioso? —intrigó julia.

— Solo un poco —admitió— ¿Nos vamos? —dijo, cuando ella asintió ambos salieron de la casa.

Emilio llegó al jardín licuendo su smokin color negro, unos diez minutos antes de que comenzará la ceremonia, saludo a los invitados que ya habían llegado, aunque no pudo terminar debido a que su tía llegó a decirle que el castaño ya había llegado, que era momento de que el entrará como debía ser. El rizado hizo el recorrido del brazo de su tía, quien lo dejo justo en el altar, no sin antes darle la bendición.

Momentos después, bajo la misma melodía de piano, Joaquín apareció luciendo un smoking gris satinado, Emilio se quedó impactado con lo lindo que se veía. Ambos se sonrieron ampliamente al verse, aún un poco nerviosos, cuando estuvieron frente a frente, soltaron un pequeño suspiro.

— Cuidalo mucho —pidió la madre del menor.

— Cuente con ello, él es mi vida —susurró el rizado.

El castaño se sintió aún más nervioso cuando Emilio lo tomó de la mano, debido a que estaba un poco sudada y eso que ya la había limpiado muchas veces, sabía que era por el nerviosismo,  pero nunca lo soltó, al contrario reforzó el agarre, mientras le sonreía.

Se colocaron justo enfrente del juez, para comenzar con la ceremonia. La pareja se dedicaban algunas miradas o sonrisas, en algunas ocasiones; más pronto de lo esperado, estaban en lo ultimo.

— Mi bonito, eres todo lo que necesito para ser feliz esta en ti, tu preciosa sonrisa, la manera en la que frunces el ceño cuando estás molesto, tus pequeños pucheros, los berrinches que haces cuando no te doy lo que quieres, aquella ternura que te caracteriza, el carácter fuerte que tienes, todo absolutamente todo me encanta. Se que no será fácil, pero el amor que nos tenemos hará que superemos cualquier cosa, te amo y eso jamás va a cambiar —dijo, el castaño estaba con algunas lágrimas en sus ojos, mientras sonreía.

— Mi Emi, agradezco que aquel día en la universidad me escucharas gritándole a ese idiota. Nuestra historia no ha sido fácil y sabemos que jamás lo será; pero te amo y tú a mí con ello es mas que suficiente para luchar contra todos; te amo.

Se colocaron los anillos, unos momentos después el juez los declara esposos, sin esperar más Emilio toma a su marido de la cintura para besarlo, mientras escucha los aplausos de los presentes.

Nuestra Vida Sexual ~Emiliaco~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora