Prólogo

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¡Hola a todos!

Bienvenidos a esta historia :)

Aviso: Esta novela contiene escenas +18 y escenas de violencia. También tratará sobre el tema de la muerte, así que a quién le afecte, que no continúe leyendo.

Es una novela llena de secretos que se irán descubriendo poco a poco.

¿Preparados para esta nueva aventura?

Bella

Los secretos nos destruyen, pero también pueden ser los que nos protejan de la realidad. No todo es siempre lo que parece y es por ello que podemos encontrar tantas falsas sonrisas en ojos tristes.

Acababa de rechazar una de las mejores cosas que me pasarían jamás, y todavía no tenía claro si había sido por miedo a que me rechazasen al conocer mis secretos o por el hecho de que mi vida estuviese en manos de la suerte.

<<No había tenido opción>>, esas eran las palabras que me repetía una y otra vez, pero aún así, podía encontrar un atisbo de duda en un rincón de mi corazón.

Me bajé de la moto y abrí la puerta de casa de Mila, esperando encontrármela haciendo la cena. Dejé las llaves sobre el mueble de la entrada y me saqué el casco, depositándolo en el suelo.

-¿Mila? - la llamé caminando hacia la cocina de su casa. 

-¡Hola! - exclamó ella al verme.

Se giró con las manos llenas de jabón, el pelo rubio le caía por encima de los hombros y sus ojos azul claro se quedaron mirándome, expectantes.

-Te lo ha preguntado, ¿verdad? - preguntó acercándose hacia mi con los brazos abiertos.

Asentí con la cabeza y la rodeé, era un poco más alta que yo, aunque yo midiese metro setenta. Los ojos se me llenaron de lágrimas y me senté en el taburete de la isla tras apartarme de ella.

-No he podido decirle que sí. - admití - No sabe quién soy en realidad.

-Tranquila, ya verás cómo explicán-

-No. - la interrumpí. Me llevé las manos a la cara, apoyando los codos encima de la encimera.

-Bella... - susurró ella.

Mis ojos se conectaron con los suyos, esperando a que continuase hablando, pero en vez de eso, se dio la vuelta y volvió al fregadero.

-Tus secretos te destruirán, tarde o temprano acabarán contigo. - soltó dándome la espalda.

-Ya lo sé. - susurré secándome las lágrimas que caían por mis mejillas.

Mi vida no había sido fácil, más bien todo lo contrario. Había momentos en los que me encontraba absolutamente perdida, mientras que en otros tenía claro mi objetivo y sabía que no luchaba en vano. Pero, ¿cuál era el precio que debía pagar?

Mila, mi mejor amiga, era uno de los pilares más importantes de mi vida. Su ayuda me había mantenido a flote, sin duda haberla tenido a mi lado había hecho que en muchos momentos yo no me derrumbase o me rindiese.

Hacía once meses desde la peor semana de mi vida, desde el momento en el que mi vida había dado un giro de 360° y me convertí en quién soy ahora.

Me quedé con los ojos fijados en el plato de comida que tenía delante, sabía que esta no era la vida que quería pero era la que tenía. Al final, el amor y el tiempo no lo curaban todo.

-Come. - me ordenó Mila sacándome de mis pensamientos.

-No creo que quiera saber nada más de mi. - comenté cogiendo la cuchara y removiendo el puré.

-No sé Bella, acabas de decirle que no quieres casarte con él, le has destrozado el corazón. Entiendo por qué lo has hecho pero él seguramente no.

-No puedo contárselo Mila. - contesté tras meterme una cucharada de puré.

-¿Le quieres? - preguntó mientras se servía más agua en su vaso.

-Creo que sí. - bufé. - Se que me gusta estar con él, me hace sentir especial, hace que me olvide un poco de todo. Estoy echa un desastre, pero de lo único que estoy segura es de que no me queda tiempo para amarle de la manera que se merece.

-Yo creo que sí le quieres, pero que estás muerta de miedo. - añadió ella. - Tienes que empezar a confiar en la gente, no apartarlas cuando creas que se están acercando demasiado. De todas formas tienes veintidós años, no creo que estés lista para el matrimonio.

-Bruno es un buen hombre, se merece alguien mejor que yo Mila, se merece que alguien le preste toda su atención y eso es algo que yo no puedo hacer. - expliqué cabizbaja, se me partía el alma al decir estas palabras en voz alta.

Terminamos de cenar, subí a la planta de arriba para darme una ducha fría y cuando hube terminado, me despedí de Mila y volví a subirme en la moto, de camino a uno de mis muchos secretos.

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¡Hola! ¿Cómo estáis?

Gracias por haber empezado a leer esta historia. Deseo de todo corazón que os guste.

Este prólogo es cortito, para poner en contexto sobre lo que está pasando en la vida de nuestra protagonista Bella.

- Bruno, su novio desde hace dos años le ha pedido matrimonio pero ella le ha rechazado.

Poco a poco iremos descubriendo por qué ha dicho que no, qué más oculta y si la suerte se pone de su lado.

Así es como me imagino yo a la protagonista, pero vosotros no tenéis porque verla así :)

Así es como me imagino yo a la protagonista, pero vosotros no tenéis porque verla así :)

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(Bella Índigo)

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