cap 20

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Dos...y... —ella abrió la puerta y él la abrazó.

—Quítame tus sucias manos de encima, desgraciado —se alejó de él.

—¿Por qué lo haces tan difícil? —dijo en forma de susurro pero ella lo seguía alejando bruscamente.

—Ahora yo. ¡Yo no te fui a gritar mientras casi te golpeo!

—Ahora lo haces. Y además; lo que hice fue un impulso —error.

—Vaya, no quiero conocer tus otros impulsos, imbécil.

—lau, basta. Creo que ya usaste todas la groserías que conoces.

—Y créeme que en mi mente hasta las que no conozco.

—Amor, ya te expliq...

—Basta de amor, basta de cariño. LARGO.

—No me iré de aquí hasta que me perdones —dijo sentándose en la cama de brazos cruzados.

—Espero que cumplas esa promesa —se miraron por bastante tiempo sin decir nada. De los ojos de ambos caían insesantes lágrimas. Hasta que por fin se escuchó la puerta de abajo abrirse aunado con un: "Llegamos" por parte de Diego. lau se limpió bruscamente las lágrimas y bajó a recibirlos. Atrás de ella, ross—. Dijiste que te quedarías ahí —él la miró mal—. ¡Hola, Cecilia! —la abrazó— Qué oportuna su llegada —miró a ross.

—Hola lau, ¿por qué lo dices? —preguntó confundida.

—Por nada, mami —la estrechó en sus brazos—. Estabamos discutiendo.

—¿Por qué? —ambos se helaron.

—Cosas sin sentido —respondió el joven.

—A ver, ross. Cuéntale qué estuviste a punto de hacer —él la miró seriamente—. No tengas vergüenza y dile —él negó tirandola a loca y respondió.

—Ya conocen a lau; dice puras tonterías... —la chica se retiró de ahí.

—Entonces no les ha ido muy bien... —dedujo su madre.

—Para nada —suspiró largamente.

—Ese suspiro lo dice todo —él hizo una mueca.

—Hola, Diego —saludó a su hermano.

—Hola, bro. Mejor deberías ir a ver a lau —aconsejó.

—No quiere verme ni en pintura —Cecilia se retiró silenciosamente.

—Pues mira... —se sentó en el sofá—. Aprovecha a tu esposa. Hoy está aquí para ti pero un día no será más así —ross bufó.

—Dices lo mismo que ella me dijo —se tomó la cabeza—. No sé qué hacer —dijo desesperado.

—¿Pero qué fue lo que hizo que se enojara?

—¡Mis idioteces!

—Vale, pero no grites. ¿Qué clase de idiotez?

—Yo...yo casi la...golpeo —Diego se paró de repente.

—¡¿Qué?!

—¡Casi la golpeo!

—Eres un imbécil. Los problemas que tengas con tu maldita vida no los desquites con ella —eso era. Su vida no era fácil y siempre llegaba a desquitarse con ella—. Dime... ¿Qué fue lo que hizo?

—Es que...me engaña —suspiró dejando libre una lágrima.

—¿Cómo? —preguntó sorprendido.

—Me engaña con...Finker —su hermano abrió los ojos de par en par.

—¿Finker? ¿Charles Finker? —él asintió— Imposible... ¿Y de dónde se conocieron?

—No sé. Y tampoco sé si quiero saber.

—Hombre, relájate. Tal vez solo estas malinterpretando las cosas —él negó moviendo la cabeza de derecha a izquierda.

—No, ella acaba de confesarmelo...por eso —un nudo se formó en su garganta— por eso la iba a golpear.

—¡¿Cómo que lo confesó?!

—Lo soltó así como así, sin importar qué tanto me dolieran sus palabras —se escudó.

—Algo habrás hecho...y no quiero comenzar a discutir contigo mejor voy a dejar esto en mi habitación —ross solo hizo un sonido en signo de aprobación y Diego se retiró. Pasó por la habitación de lau y escuchó un sollozo. No dudo más en entrar.

—lau, ¿estás bien? —dijo pasando; ella no respondió— ross ya me dijo algo... —ella siguió sin responder— Bien, lo diré de una vez porque la duda me mata —por fin logró captar su atención—. ¿Es cierto que engañas a mi hermano?

—¡Tú igual! No sé por qué ross se emperra en esa estúpida idea, NO lo engaño —escondió su rostro en el almohadón blanco que se encontraba ahí.

—¡Oh, perdona! Solo no me mates.

—Lo siento, Diego. Pero es tan terco...

—Ni me lo digas...

—No lo engaño —concluyó.

—Pero me dijo que tú se lo confesaste —ella abrió los ojos como dos grandes platos—. ¿Es cierto?

—No, bueno sí le dije algo pero solo era para fastidiarlo —se defendió.

—¿Es que no conoces a ross? Sabes cómo es él. Y más aún si juegan con sus celos.

—¿Celos? —mencionó burlonamente— Ese preferiría morir asfixiado antes de tener celos.

—Imposible pero cierto —rieron—. lau, piénsalo. Es tu esposo, te ama y trata de afrontar los problemas como tú.

—¿A base de golpes?

—Sé que eso no estuvo bien.

—¡Vaya que no!

—Pero mientras se trate de Charles él no tiene control; medítalo —se iba a retirar.

—Espera —lo detuvo.

—Dime.

—¿Quién es ese tal "Charles"? —preguntó confundida.

—¿En serio quieres saber? —ella asintió— Bien, él es...

perdon por no subir esque nose no tenia ganas pero tratare de subir mas seguido gracias por sus comentarios y votos :) 

EL NIÑERO 2DA TEMPORADA RAURAWhere stories live. Discover now