El incidente. Parte 1

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El incidente se reportó en una de las fabricas a la orilla de la ciudad de Yunmeng. Se encontraba en un barrio solitario en las zonas más bajas de la entidad. Si bien se podría suponer abandonada, era un secreto a voces de que ahí se llevaba a cabo la destilación de Energía Verde, propiedad de la familia Xiao. Energía muy codiciada por todos los interesados en potenciar las habilidades individuales, por lo cual ésta fabrica era prácticamente intocable. La familia Xiao operaba en los limites de la legalidad con la protección de las autoridades ya que, aun siendo poco clara su marco laboral, esta familia proveía de Energía Verde a las tropas del ejército por debajo del agua. No había registro alguno de los lazos entre los Xiao y el gobierno, pero era algo totalmente conocido y por lo tanto intocable. Hasta ahora.

Eran las 4 de la madrugada. La llamada notificando a CangSe SanRen había sido realizada directamente por el general Jiang Cheng a cargo de la jurisdicción oriente de la ciudad donde se encontraba la fabrica conocida con el nombre de El Embarcadero, ya que muy cerca de ahí se encontraban los muelles donde entraba la mercancía que no tenía porqué pasar por la aduana de la ciudad.

CangSe tardó en entender lo que el general Cheng le informaba, el aturdimiento del sueño no se disipaba por completo y en su mente El Embarcadero era imposible de penetrar simplemente así. La instalación contaba con un equipo de seguridad entrenado y elegido directamente por ella y, claro, tenían el acceso a la Energía Verde lo que los convertía en un equipo de élite el cual nunca había tenido oportunidad de entrar en acción ya que la reputación del lugar era la primer defensa.

-¿Está seguro?- preguntó CangSe, aunque para entonces sabía que la respuesta era afirmativa. El general Cheng tenía una reputación intachable y seria. Imposible que notificara si la información podría ser falsa.

-Estoy en El Embarcadero, señora SanRen- contestó Cheng algo molesto con la pregunta, su temperamento era volátil por naturaleza. -Los guardias están muertos. Todo el personal está en condiciones graves o muertos -enfatizó está última palabra de una forma ruda-, aunque afortunadamente hay un testigo en condiciones de declarar -concluyó cambiando de tono temiendo haber sido demasiado brusco, pues CangSe también tenía una fama temible por muchos.

-Voy en camino. -Sin nada más que decir, CangSe cortó la comunicación y se preparó para salir.

CangSe SanRen se encontraba al frente de la familia Xiao, heredando el título desde muy joven no sólo por su unión con Xiao Changze, heredero de la misma, sino también por su inteligencia, destrezas y habilidades que había llevado en alto a la familia Xiao, sin contar que ella había sido la creadora de la fórmula para procesar y destilar la Energía Verde.

Consideró llamar a su personal de seguridad para que la escoltara a El Embarcadero, pero pensando que era mejor mantener la situación lo más discreta posible, optó por ir sola.

Al pasar por la sala encontró a un delgado joven de cabellos negros y alborotados tumbado en el sillón boca abajo con las ropas y zapatos aún puestos y en la mano que colgaba sobre la alfombra, una botella de licor. Sus ronquidos apenas eran audibles. Al principio suspiró moviendo ligeramente su cabeza negativamente, pero pensándolo mejor fue a él y lo despertó para que fuera su escolta. Su intención era hacer que su hijo menor, Zhan, mostrara un poco más de responsabilidad para con los negocios de la familia y no todo cayera sobre los hombros de Yanli, su hija mayor.

Zhan se despertó trabajosamente, pero al percatarse que era su madre la que se encontraba frente a él con el rostro más serio de lo normal se enderezó rápidamente, cuadrando su postura y tratando de fajarse la camisa blanca dentro del pantalón negro, acomodando su corbata y aplacando un poco sus cabellos, todo esto al mismo tiempo con resultados que dejaban mucho que desear.

-¿Qué sucede, madre?- preguntó Zhan, pues su mente era rápida, sabía que no era común ver a su madre vestida a ésa hora de la madrugada; no había pasado mucho de que él mismo había llegado de su noche de tragos y se había tumbado en el sillón para dormir aunque sea un poco.

CangSe le dirigió una dura mirada evaluando la apariencia que su atarantado intento de ponerse presentable había dejado. Zhan al mirarse a sí mismo no pudo hacer otra cosa más que sonreír a su madre a forma de disculpa, sonrisa que en más de una ocasión lo había librado de reprimendas más duras y que CangSe conocía y adoraba de su hijo. Con un suspiro dio la media vuelta -Te explico en el camino, hoy serás mi chofer.

A pesar de haber bebido alcohol, CangSe sabía de la extraordinaria tolerancia de Zhan a este y con toda confianza le lanzó las llaves del auto. En el camino le narró lo poco que sabía de los acontecimientos que habían ocurrido en El Embarcadero.

No Imaginaba (En edición)Where stories live. Discover now