Capitulo 5 " El tiempo pasa para todos"

1.3K 68 17
                                    

Han pasado ya unos cuantos años desde la llegada de Jack, Victoria, Eric y Eva a la Tierra. Eric ya tiene, nada más y nada menos, que dieciocho años. Es el vivo retrato de su padre, rubio, alto, fuerte, lleno siempre de energía y actuando impulsivamente. Está centrado, o, por lo menos, eso dice él, está estudiando para veterinario, haciendo practicas en clínicas y preparando exámenes importantes, pero muchas veces, lo deja todo por salir con sus amigos. Tiene fama de conquistador, a pesar no haberse enamorado nunca de ninguna chica.

Eva también ha crecido, ya tiene quince años, se parece mucho a Victoria, pero los ojos tan profundos que tiene la hacen única. Tiene la misma figura de cristal de su madre, pero su aura es imponente, como la de su padre. Es solitaria, y algunas chicas,se meten con ella, pero Eva intenta evitar conflictos innecesarios. Eric y Jack están empeñados en emparejarla con Lucas, el mejor amigo de Eric desde la infancia. Es un chico muy simpático, y está claro que siente algo por Eva, pero ella está enamorada de otra persona, una persona que nunca podrá decir en voz alta, y, que a penas se atreve a soñar con él.

Por otra parte, Jack, Victoria y Christian siguen su vida entorno a sus hijos, Jack se vuelca en su hijo mayor e intenta ayudarlo con cualquier problema, y, a la vez, también se reparte las tareas de hogar con Victoria, que intenta acercarse a Eva, pero que, nunca acaba de conectar por completo. Christian viene y va, como siempre, casi siempre está fuera de casa, aunque intenta quedarse el máximo tiempo posible, ya que mantiene una estrecha conexión con Eva.

Todos viven en una casa a las afueras de Madrid, está a unos minutos andando del instituto, y posee todas las comodidades que necesitan: piscina, un prado abundante, columpios y hasta un pequeño huerto, que es la pasión de Victoria. También tienen un perro, Alan, un pastor alemán de tres años que cuida de la casa y es el mejor compañero, para cualquier miembro de la familia, se acerca a todo el mundo, hasta a los desconocidos y les lame enteros, Christian broméa diciéndo que se parece a Jack, pero desde el punto de vista de Eva, se parece más a Eric.

Como cada mañana, Eva se levanta tranquilamente, desayuna una tostada con mermelada y se va al baño a vestirse. Como siempre, tiene que ponerse el aburrido uniforme del instituto, a pesar de ser un instituto público, les obligan a llevar uniforme para que nadie se meta con nadie por la forma de vestir, pero, como en todos los institutos, la creatividad y las ganas de expresarse ganan a las prohibiciones, así que todos procuraban llevar collares, muñequeras, tatuajes, piercings y peinados llamativos, para distinguirse de los demás y no parecer simples copias. Eva es una chica guapa, como su madre, y con unos ojos tan azules como el océano, causando la envidia de muchas compañeras de clase, algunas llegaron a acusarla de llevar lentillas, por suerte, Eva es tranquila paciente, así que casi nunca recurre a la violencia, pero cuando lo hace... digamos que deja marca.

A veces, Eva siente mucha envidia de Eric, ya que todo el mundo dice que es el vivo ejemplo de su padre cuando era joven, en cambio, ella no se parece en nada a Victoria, su madre, una mujer conciliadora, serena y amable, parecida a una diosa por su belleza. Tampoco se parece a Christian, un hombre frío y serio, a la par que protector. Eva es una mezcla de los dos, y eso, a veces tiene sus ventajas, pero la mayor parte del tiempo, le hace sentir como un bicho raro que no acaba de encajar en la familia.

Trás prepararse por completo, Eva coge su vieja bandolera negra y sale de casa, dándole un beso a su madre y despidiéndose de Jack, Eric, como todas las mañanas, siguen en su cama, así que ni se molesta en despedirse de él.

Sale a la calle. El aire frío de la mañana le atiza con crueldad, pero ella está a gusto, siempre le ha gustado estar al aire libre, y eso, más de una vez, le ha costado un resfriado.

Victoria nunca le había contado quien es su padre, pero Eva no es tonta, no hace falta que se lo cuente, aunque, tras muchos años en la familia, hay algo que no acaba de encajar en las historias que su madre y Jack le cuentan. Christian no le habla mucho de ello, lo más largo que le ha dicho es: la nuestra, es una historia de amor poco corriente que ha salido bien.

Hay cierta tensión respecto a Jack y Christian, a veces, desaparecen los dos cargados con algo grande en las espaldas para luego volver unos días después con el mismo objeto en la espalda. Eva ha buscado esos objetos durante años por la casa, y nunca los ha encontrado. Sin duda, sus padres son muy hábiles a la hora de esconder cosas, como los regalos de navidad, que Eric y Eva se pasaban días enteros buscándolos por toda la casa.

A pesar de esto, la vida en familia es entretenida, siempre hay algo que hacer, y las risas inundan los pasillos a cada momento. También hay peleas, pero Victoria siempre les pone fin de un modo pacíficico.

Ya queda poco para llegar al instituto, Eva camina muy rápido, pero no precisamente porque quiere, tiene la sensación de que hay algo que le sigue, no es una presencia molesta, le agrada, le recuerda mucho a Christian, pero se sigue sintiendo observada, y eso no le gusta nada.

Y, para rematar, se encuentra con Marina, Rebeca y sus secuaces. Las dos chicas la odian a muerte. Son prácticamente copias, las dos son rubias, altas y guapas, por el contrario, sus secuaces son chicas gordas y bajas, que les hacen el trabajo sucio a cambio de algo de atención. Seguramente van a saltarse las clases, como siempre, pero es mejor, así las clases serán más tranquilas y Eva podrá centrarse mucho más, además, si con que falten dos de las gordas, parece que la clase es el doble de grande, ahora que se marcha toda la panda, por fin se va a poder ponerse en el sitio que quiera.

Pasa a su lado sin llamar mucho la atención, pero Lucía, una de las secuaces, la más gorda de todas, la empuja y la tira al suelo. Todas se ríen, pero la cosa no acaba ahí, la rodéan y hace que se arrincone contra un muro.

-¿Que te pasa?- Le chilla Rebeca

-¿Queréis dejar de perder el tiempo?- Ruge una voz desde fuera del corro

Eva conoce bien esa voz, es una voz suave, pero con autoridad, le recuerda mucho a la de Christian.

El corro se dispersa a toda velocidad, y solo quedan Eva y Daniel, mirándose hipnotizados.

Daniel es un chico imponente, de pelo negro y  piel blanca y fina como la escarcha. Lo que más impresiona de Daniel son sus ojos, unos ojos profundos, grises con vetas azuladas y manchas ambarinas. Eric le odia, desde muy pequeños, se han peleado sin ningún motivo aparente, y, a pesar de la fuerza de su hermano, Daniel nunca salió mal parado de esas peleas, de echo, siempre quedan igualados, a pesar de que Daniel es unos meses más pequeño que Eric.

Pasado un rato, Daniel aparta la mirada.

-Será mejor que te des prisa y vayas a clase, Lune- Le ordena Daniel

Daniel, aunque se han hablado muy poco, siempre le había llamado así, a Eva no le desagradaba, pero temía que no supiese su verdadero nombre.

La primera vez que se encontraron fue en el despacho del director en el colegio, en el primer curso. Daniel y Eric se habían peleado y esto ya era preocupante. Mientras Jack y Eric hablaban dentro del despacho, Eva les esperaba fuera, sentada en una de las sillas, hasta que llegó Daniel, se miraron y Eva se enamoró profundamente de él.

Eva se levanta del suelo, algo decepcionada por la frialdad del chico y se marcha

Si se vuelven a meter contigo, yo te ayudaré, no te preocupes por nada, Lune.

Fue solo un susurro en la mente de Eva, pero a ella le pareció totalmente real, se giró con suma velocidad, pero Daniel ya no estaba.

Aquella mañana llegó tarde a la primera clase y se vio obligada a irse a la biblioteca, que estaba casi llena. Pero ni ese pequeño incidente, ni la regañina de la jefa de estudios, ni siquiera el echo de conseguir una mala nota, consiguieron que se olvidara del incidente de la mañana.

Memorias de idhún IV. El despertar.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora