Dominante

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Dominante

Llevaba días sin verlo. Lo cual se le hacía bastante extraño puesto que hacía un tiempo se habían vuelto inseparables. Si bien cada uno había puesto sus reglas y que el hecho de dedicar su vida enteramente al servicio de la humanidad los había limitado bastante, tenía derecho a saber la verdad acerca de la vida afectiva del otro. Él le había dicho que tenía demasiado trabajo que hacer, mas no estaba del todo segura que así fuera. No sabía por qué pero pensaba en que quizás le sucedía otra cosa. Normalmente su cabeza divagaba en muchos temas a la vez, sin embargo, gracias a eso solo había podido pensar en una sola cosa. Levi. Nunca había estado así de pegada con nadie, cosa que ya llegaba a interrumpir sus tareas y su vida diaria. Necesitaba saber qué pasaba por la mente de ese frío soldado. Si no sabía qué era lo que en realidad lo había tenido tan distante, no podría volver a dormir con tranquilidad. Por ello, decidió seguirlo ese día. Formaban parte de dos escuadrones diferentes. Él tenía a cargo a varios jóvenes de élite con los que salía a realizar sus exploraciones. "Tengo derecho a saber con qué clase de gente se trata, ¿verdad?" pensó, mientras caminaba casualmente por el sitio en donde descansaban las tropas de aquel capitán. Algunos la saludaban al pasar, puesto que ella era una muy reconocida científica y soldado también. Al llegar cerca del recinto que ocupaban ellos, algo llamó su atención. Una chica de corto cabello rubio, de cuerpo pequeño, que había ingresado por el portal.

Siendo que él jamás la había mencionado, sintió que debía investigar por su cuenta. Por ello, decidió acercarse un poco más. Estando allí dentro, los guardias que cuidaban la entrada le dieron la bienvenida. Luego de dedicarles una amable sonrisa, prosiguió a mirar para poder divisar en donde se encontraba esa chica que estaba buscando. El lugar poseía paredes de ladrillo rasado, los pisos eran de una madera oscura muy fina. Varios soldados se encontraban descansando y charlando sobre banalidades dentro, donde había varias mesas rectangulares con asientos incorporados. Finalmente, detrás de una barra, en lo que parecía la zona de la cocina, pudo por fin hallarla. La vio colocar agua hirviendo en una tetera, por lo que se acercó de forma sigilosa. En el instante en que ella se dio vuelta para buscar algunas tazas de la alacena, al no haberla oído para nada, dio un salto y emitió un grito de sorpresa. Por su parte, Hange simplemente le hizo una mueca alegre, mientras cruzaba las manos por detrás de su cuerpo en un gesto simpático. En cuanto la chica se recuperó, al ver la vestimenta de aquella otra mujer, hizo el saludo militar, con un puño sobre su pecho, algo nerviosa todavía por el susto.

-¡Señora! –espetó, manteniendo una postura seria, temiendo cómo podría reaccionar aquella mujer ante su evidente falta de respeto anterior.

-Ah, no te preocupes, no necesitas ser tan formal conmigo. Me llamo Hange Zöe, soy líder de escuadrón. ¿Tú cómo te llamas? –respondió, con amabilidad.

-Soy Petra Ral, formo parte del primer escuadrón de operaciones especiales –respondió, un poco titubeante ante la actitud aparentemente amigable de la otra soldado a quien no conocía.

Inmediatamente, se detuvo a examinarla unos segundos. Su rostro era precioso, no podía negarlo. Luego bajó hasta su figura, la cual le pareció de lo más bella, a pesar de que la ropa militar no dejara apreciarla completamente. Su cintura era pequeña, sus pechos de un tamaño mediano, proporcionado con el resto de su cuerpo. Sin ninguna duda la consideraba muy hermosa. Sin notarlo, había estado observándola muy de cerca de una manera un tanto siniestra para el agrado de Petra. Viendo que lo que estaba haciendo estaba causando cierta incomodidad en la joven, Hange decidió detenerse, para después soltar una estridente risa, confundiendo a la otra un poco más todavía.

-¿Ese té es para Levi, verdad?

-Es para todos mis compañeros también –dijo, un poco apenada, mientras tomaba de manera bastante torpe algunas tazas de la alacena.

Destinos que llevan a un mismo lugarWhere stories live. Discover now