64. Mis poderes

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Adam

—Esto es una terrible idea —dije.

—Mi abuela está muerta. Nada malo pasará —dijo Mia.

Ambos caminábamos por el sendero que daba hasta el recinto privado de los Green, mientras estábamos atentos a cualquier movimiento que pudiéramos notar.

—No me dan miedo los Green —dije riendo—. Me dan miedo mis hermanos y mis padres porque de seguro se vuelven locos cuando vean que no estoy. Por suerte, le dije a Will que no fuera porque debíamos descansar.

Ella se detuvo y me miró preocupada, pero a la vez agradecida.

—Gracias por acompañarme —dijo poniendo una mano sobre mi brazo.

—Te dijimos que eres parte de la familia. Además, eres mi amiga ahora.

Mia estuvo muy distraída durante todo el día, pero nadie se había acercado a ella para preguntarle qué le pasaba. No culpo a los chicos porque todos estábamos preocupados por lo del demonio y todo el asunto de Declan, pero aún así me pregunté por qué ni siquiera sus más cercanos amigos la habían ayudado. 

Cuando le pregunté si le sucedía algo, después del ataque del demonio, se descargó conmigo como si fuera su consejero personal o su psicólogo. Se sentía incompetente y débil aun cuando era una de las criaturas más extraordinarias que pudiera existir. También extrañaba mucho a Cora y tampoco había tenido los mejores días junto a Christopher. Me contó que habían discutido mucho y también con sus tíos. No me dijo por qué, pero sí que estaba algo dolida. Aun así se guardó todo eso porque no quería agobiar a nadie con sus problemas en momentos como estos, pero creo que no aguantó por mucho tiempo.

Me contó que estuvo pensando mucho acerca de volver a tomar sus poderes como elemental, pero que no estaba muy segura de hacerlo. La convencí después de un rato porque es lo que ella es y probablemente se sentirá mejor después de eso, así que decidimos venir sin decirle a los demás para que no se preocuparan más. Lo único que esperaba era que nadie se diera cuenta. Le dije a mis hermanos que estaría con Oliver y a él le dije que estaría con mis hermanos, mientras que Mia le dijo a sus amigos que estaría con Tristán y a él que estaría con Christopher.

—¿Tu abuelo aún vive aquí? —pregunté.

—No sé. No tengo ningún contacto con los Green. —Se encogió de hombros—. Tal vez es hora de que me acerque más a ellos porque es de donde mi madre viene. De todo lo que he estado rodeada todo este tiempo es del mundo de Christopher. Me ha traído cosas lindas como todos ustedes, pero también necesito honrar a Cora. Ella lo dio todo por mi, así que haré lo que sea por hacerla sentir orgullosa.

—A veces es importante honrar a nuestros padres, pero también a nosotros mismos —dije—. ¿Has pensado en lo que realmente quieres ser tú?

—Creo que no —contestó frunciendo el ceño.

—Deberías. Todos merecemos una vida, incluso si vivimos en un mundo como este. —Miré hacia todos lados para estar alerta, pero todo parecía normal.

Cuando llegamos al cerco de madera que delimitaba el terreno, Mia se acercó hasta la puerta y la abrió con un leve gesto. Habían personas allí y algunos niños jugando. Todo el lugar estaba adornado con pequeñas luces amarillas, de los árboles colgaban diversos adornos de colores y en el centro del terreno había una larga mesa llena de comida y bebidas. Los dulces destacaban por sus brillantes colores, lo cual llamaba la atención de uno de los niños que miraba con mucho detenimiento.

—¿Es una fiesta? —pregunté a Mia.

—No lo sé —dijo mientras miraba todo maravillada. 

Los Caídos #3 - Ángeles caídosWhere stories live. Discover now