79. Destino

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Mia

Aparecí inmediatamente en el pasillo de una de las academias y esperé que nadie me viera porque sería bastante extraño dado que el portal no se parecía en nada a los típicos portales de los Hunter. Por suerte, no había gente allí, así que suspiré agradecida.

Escuché un par de ruidos y murmullos proveniente de una de las habitaciones de almacenamiento de material escolar de la academia y pensé que podía ser alguna amenaza o algo parecido, así que me acerqué lentamente a la puerta y tomé el pomo.

A penas abrí, lo que vi me dejó en shock y si hay algo peor, entonces eso. Dentro de aquella pequeña habitación estaba Oliver sin camiseta, abrazando por detrás a Adam que de igual manera estaba sin camiseta. Le daba besos en la espalda, mientras que le acariciaba el abdomen. Adam, por su parte, tenía agarrado a Blas de la cintura, mientras le acariciaba la espalda y le daba un apasionado beso en los labios.

—¡Dios mio! —exclamé tapándome los ojos.

—¿Mia? —preguntó Blas sorprendido.

—Si no lo veo no es real —dije dándome la vuelta.

Escuché que la puerta se cerró y al cabo de unos minutos, volvieron a abrir y salieron de allí.

—Mia, perdón. Debimos ser cuidadosos —dijo Adam avergonzado.

Tenía el pelo alborotado y los labios rojos e hinchados, lo cual me pareció muy gracioso. Blas estaba casi igual, excepto que vi diversión en su mirada más que vergüenza. Oliver tenía las mejillas rosadas y sonreía travieso.

—¿Ustedes...están juntos? —pregunté.

—Aja —dijeron los tres al mismo tiempo.

—¿Los tres? ¿Juntos juntos? ¿En una relación? —pregunté sorprendida.

—Sí, creo que todos ustedes están muy conscientes de eso —mencionó Blas riendo.

—¿Desde cuando eres gay? —pregunté a Blas.

No es que me molestara o lo juzgara porque si él era feliz, entonces yo también, pero sí me sorprendía mucho.

—Creo que...desde siempre—dijo.

—Dios mio, lo siento, de verdad —dije riendo.

—Mia, debes relajarte un poco y disfrutar más. —Oliver rio y luego miró a sus novios.

—Espera —dijo Blas—, pensé que te habías cortado el cabello. 

Abrí los ojos de la sorpresa y no supe qué decir. De pronto una energía potente me azotó haciendo que cayera al suelo unos cuantos metros más allá y no hice más que maldecir mentalmente. 

—¿Pero qué diablos? —susurré.

—Sí, qué diablos —dijo alguien.

Me puse de pie y mi otra yo estaba allí, mirándome furiosa. 

—¿Mia? —preguntó Blas mirándola a ella y luego a mi.

—¿Qué es esto? —preguntó Adam.

—Lo mismo me pregunto yo —dijo ella.

—Soy Mia —dije.

—No, yo soy Mia. Tú eres una impostora.

—Claro que no...—dije.

No me dejó terminar porque con su mano me lanzó una masa de viento potente, la cual detuve con la mano. Ellos me miraron sorprendidos, especialmente ella porque de ser una impostora, no tendría los mismos poderes que ella.

Los Caídos #3 - Ángeles caídosWhere stories live. Discover now