C A P Í T U L O XXIV

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Miró por cuarta vez su celular, angustiada.

Daba vueltas de aquí para allá sin saber qué hacer, consumida por la ansiedad.

«Cariño, soy yo... Tu mamá, en treinta minutos estoy en tu departamento, necesitamos hablar, a pasado mucho tiempo.»

¿Cómo es que sabe dónde vive?

Se sentía triste, después de cinco años, su mamá aparece, no sabía si saltar de alegría o guardarle cierto rencor por dejarla sola junto a su padre, que cabe destacar, era una mierda.

Su progenitor, la vendió a sus amigos y en uno de esos, perdió la virginidad y dignidad, todo. Estuvo en depresión por aquella mierda. Y su mamá, quién sabe dónde estaría en ese momento.

No la culpaba, su papá  maltrataba a su mamá, y por eso escapó, solo que sin su hija, dejándola sola.

Suspiró y se tranquilizó un poco, decidió solamente esperar, eso podía hacer nada más.
Se adentró a la cocina y abrió la nevera para comer algo, era mediodía y no había tomado desayuno, así que, aprovecharía y comería un poco.

Se preparó algo ligero, como un tazón con cereal y leche, tampoco tenía tanta hambre.

No demoró en desayunar, como estaba angustiada, comió tan rápido posible. Se demoró por lo menos unos veinte minutos, ahora, se estaba cambiando, no quería recibir a su mamá en pijama.

Sentía adrenalina, y felicidad, por fin verá a su mamá, luego de tantos años, se encontrarán. Tenía sentimientos encontrados.

Cuando estaba por elegir la ropa que quería ponerse, el timbre sonó.

¿Tan rápido pasaron esos 30 minutos?

Dejó todo en la cama, y sin esperar más, salió de su habitación. Apresuró el paso, y al momento en que estuvo en frente de la puerta, suspiró profundo.

Abrió la puerta.

No le dió tiempo de reaccionar, sintió que presionaban su cuerpo, dándole un cálido abrazo materno, que siempre esperó recibir. Anheló tanto que tuviera a su madre, y ahora, por fin lo hacía, le correspondió el abrazo, ambas quedándose quietas en medio de la puerta.

— Minnie, cariño. — escuchó aquella voz, y sin poder aguantarse, sollozó. Ocasionando que su progenitora, la aprete más contra ella, acariciándole el cabello. — Lo siento, lo siento por todo. — se disculpó, con la voz quebrada. Yeon miró a su mamá.

— Hiciste bien en escapar, pero no fue correcto que me hayas dejado sola. — dijo, luego sonrió cuando la mano de su mamá fue a su mejilla, mirándola con adoración.

— Lo sé, debí llevarte conmigo. — nuevamente la abrazó.

— No importa, ahora estoy cómoda. Y dime, ¿qué estuviste haciendo? — le cuestionó, mientras la guiaba a la cocina, para que comenzaran a charlar mientras comían algo.














《 Crazy 》 | Park Jinyoung ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora