PRIMOS | trueno.

ᵉᵖⁱ́ˡᵒᵍᵒ

•Tres días después•

Hoy era el velorio de Juana, y yo me estaba preparando para eso.

Mi tía decidió que se iba a ir por unos meses no sé a donde, pero que quería hacer algo.

—¿Estas bien? —preguntó mi viejo al verme.

No, no estoy, se murió el amor de mi vida, como mierda voy a estar bien, tengo ganas de cortarme la piña mas o menos.

—Sí, estoy bien —traté de sonreir pero obvio que no pude.

Subimos al auto con mi hermano y nos fuimos al lugar donde estaba ella.

No se como explicar como me siento, solo sé que ya la extraño mucho, extraño sus besos, su sonrisa, su risa, su enojo cuando le venía, extraño todo de ella.

Creo que mi vida no tiene sentido ahora. Las fans se enteraron que ella se murió y algunas sufrían y otras festejaban, no sé que mierda festejan, si es por que fue mi novia y mi prima, obvio esta mal, por que Juana antes de ser mi novia era mi prima y yo así de esa forma también le tenía mucho afecto.

Luego de unos cuarente minutos de viaje, llegamos. Bajamos y entramos al lugar, estaban todos nuestros familiares y la mejor amiga de Juana, que estaba llorando desde que llegó.

Me senté en un banco de color negro, me quede ahí mientras comía un sanguchito y tenía un vaso de coca en mi otra mano, estaba mirando desde aca el ataúd.

—Me llegas a preguntar como estoy y te rompo la cara de piña —le dije a mi mejor amigo.

—Yo te iba a decir que también quería un sanguchito —intentó reír al igual que yo.

—Gracias por venir

—Sos mi mejor amigo obvio que iba a venir, y también me caía bien Juana, no puedo creer que ella...—se detuvo al ver lo que estaba por decir.

—Que esta muerta —dije mirándolo —No necesito que evites esa palabra, a todos nos llega, solo que ella ra muy joven para que le llegara su hora.

Camilo agarro un sanguchito y empezó a comer, estábamos los dos comiendo.

No pensaba ir a verla, por que sabia que iba a llorar y no es que no quiera por que me da vergüenza u otra cosa, simplemente no quiero ir y verla, no quiero que ese sea mi último recuerdo de ella. Mi último recuerdo es la remera con la gorra más la tarjetita que me regalo.

(...)

Habíamos llegado al cementerio, ahora están escabando para poder poner el ataúd bajo tierra. Mi papá lloraba, yo lloraba, mis primas y primos lloraban, todos llorabamos.

Yo pensé que la iba a cremar, pero creo que me equivoque, igual me gusta así por que podría venir hablar con ella cuándo quiera.

Me fui de ese lugar yo solo, quería estar un rato a solas.

Veo que una nenita de como tres años va corriendo no se a donde y la madre le grita para que pare.

Antes de que siga, la agarre a upa y espere a que la madre llegue.

—Gracias —dice agitada —Ahora veni aca mocosa —ríe mientras la agarra a upa.

—¿Como se llama? —pregunté.

—Delfina —dice con una sonrisa.

—Ah, ¿y vos?

—Yo me llamo Juana —me mira —¿Y vos?

—Yo Mateo, un gusto conocerlas, pero ahora me tengo que ir.

—Digo lo mismo, gracias por detener a delfi, es media inquieta —ríe —Deci chau delf.

—Shauu —mueve su manito en forma de saludo. Solo reí.

Las dos me saludan y se van. Yo también me estoy yendo.

Hoy voy hacer lo que me decía mi abuela, que suba al techo de casa y que mire las estrellas, ella me decía que a la primera estrella que veía esa era la persona que se fue.

No puedo decir como va a ser vivir sin ella, pero se que no sera fácil, pero también se que no le gustaría que no haga nada.

Juana marco mi vida para siempre y nunca voy a sentir el mismo amor que sentía con ella, nunca, siempre voy amar a Juana.

Fin

Jeje perdón, es un final que nunca hice en mi vida, y creo que también lo hice para asegurarme de que no haya un Primos 2 JAJAJA.

Seguro que el lunes sale la otra novela.