5. Cita pt.2

1.1K 103 187
                                    

Aioros se sienta a la mesa, ahora que Saga no estaba, pudo dedicarse a observar con curiosidad lo hermoso que era aquel comedor.

Cuando miró al ventanal, le pareció ver algo moverse tras los arbustos, pero no le dió importancia.

Mientras esperaba, Aioros saca su teléfono y revisa los últimos mensajes que tenía de Saga.
Rió bajito al releer la conversación.

Finalmente, Saga aparece con la comida sobre una mesita auxiliar.
El sagitariano vio una bandeja cubierta, y notaba que el gemelo evitaba tocarla; primero tomó una cubitera con varias botellas frías.

—¿Qué prefieres beber?—, ofrece el mayor.
—Retsina, gracias—, señala el castaño. —Apuesto a que también es tu favorita—, aseguró con una sonrisa encantadora.
—¿Cómo lo supiste?—, el géminis lucía impresionado.
—Lo adiviné—, le guiña el menor.

Aquello le hizo sonreír un poco a Saga, pero aún se notaba inseguro de quitarle la cubierta al plato principal. Su mano tembló un poco y luego la cerró en un puño, suspirando.

—¿Necesitas ayuda?—, se preocupa Aioros.
—Quizás lo mejor sea que ordene algo, después de todo...
Murmura, resignado.

—Claro que no—, insiste de nuevo el arquero, firme.
—Aprecio tu gesto, Aioros, pero, en serio...
Está bien—, le animó su invitado con una sonrisa amable, haciendo ademán de levantarse para detenerlo.
—De acuerdo...

Cuando el moreno finalmente ve el desastre que hizo Saga, se queda algo boquiabierto.
No habría podido identificar qué era ese enorme trozo de carbón, de no ser por la figura de pollo que tenía; lo que supuso eran papas acompañando tampoco se veía diferente...

Saga había observado su reacción, y no lo culpaba para nada. Era conciente del desastre que había creado, por eso insistía tanto en ordenar algo, mejor.

—Aioros...
Lo llamó, haciéndolo espabilar.
—¡Ah! Se ve muy bien—, reía el susodicho.

Saga parpadea, arqueando una ceja. Sabía que estaba mintiendo, y no entendía por qué se empeñaba tanto en comer su "cena" cuando fácilmente podría ordenar comida real y tener una velada normal.

Saga toma el cuchillo para cortar la comida, y a Aioros no se le escapa el siseo que suelta por el dolor en sus dedos. Pone su mano sobre la suya para detenerlo.
—Déjame ayudarte.
Se ofreció, tomando con cuidado el cuchillo.

Saga termina cediendo a la linda sonrisa que le mostraba el moreno.
—De acuerdo...
Sonríe, dejándolo a él a cargo.

Aioros procede a cortar el pollo; estaba tan quemado por fuera que le costó algo de trabajo, pero se sorprendió de ver que el centro del pollo no se quemó.

Primero le sirvió a Saga, luego a sí mismo.
Vio lo nervioso que se veía el de cabello violáceo, mientras esperaba a que comiera primero para ver su reacción.

Se llevó un bocado a la boca.
Justo como esperaba, las papas y las partes más quemadas del pollo eran como comer carbón y cenizas. La parte bien cocinada del pollo, por su parte, estaba reseca y carecía de sabor.

Afuera de la casa, en el jardín, espiando tras los arbustos por el ventanal estaba Kanon, mirando cómo iba la estúpida cita de su hermano sólo para divertirse.

Se había partido de la risa con el trozo de carbón que le sirvió al sinvergüenza de Aioros. Desde afuera no podía oír lo que decían, pero le bastaba con ver los gestos del invitado.

—¡Ja ja ja! Pobre idiota, seguro con esto se va a buscar a otro tonto para cortejar.
Reía, viendo la mueca que no pudo reprimir el sagitario al tomar un bocado en especial rostizado, apostaba a que fue como morder una piedra.

2. AFTERMATHWhere stories live. Discover now