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¡ 𝐏𝐀𝐍𝐈𝐂𝐎 ! ━━━━━━━━━━━━━━ ❝Si ser raro es ser diferente, entonces todos somos raros ❞
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Holmes Chapel, 23 de Noviembre del 2017
El viaje había sido muy largo y, en consecuencia, agotador, vaya que mentía si decía lo contrario. Había estado sentada más de cuatro horas seguidas en una furgoneta no muy cómoda por demasiado tiempo y las nalgas me dolían como el infierno. Y por si fuera poco, cuando comenzamos el viaje eran las cuatro de la mañana y ahora apenas se estaba asomando el sol.
Que alguien me mate, por favor.
No es que me encantara el sol, pero cuando decía que Holmes Chapel es una ciudad demasiado fría, no mentía. El aire estaba heladísimo y yo, como la tonta que era, no traía conmigo lo suficiente para abrigarme. Mis pies estaban muy fríos y no aguantaba el clima de porquería.
La única persona que viajaba conmigo y quien había conducido era mi primo Ellier. Él y yo no éramos los primos más cercanos ni nada por el estilo, pero mis padres y los suyos creyeron que, como nos gustaban las artes, debíamos estar ambos en el mismo departamento pues iríamos a la misma universidad. Para ser sincera, la situación me ponía de lo más incómoda y nerviosa, pues él era prácticamente un completo desconocido para mí y yo lo era para él. Pero con tal de estar en una buena universidad como lo era Holmes Chapel Ronald's Art Institute, estaba dispuesta a estar con un primo al cual sentía un extraño.
Al salir de la furgoneta el aire golpeó mi rostro y removió bruscamente mi cabello. Por inercia me abracé a mí misma con la intención de entrar en calor, aunque sabía muy bien que eso no era suficiente para estar a una temperatura medianamente decente.
Odiaba este clima. Si bien el frío era lo mío, tampoco era para tanto. Estábamos, según mi móvil marcaba, a menos tres grados centígrados. Vamos, que no es la gran cosa ciertamente, pero la falta de sol y las constantes corrientes de aire, lo hacían parecer menos diez.
Miré la calle detenidamente y vi un poste con el nombre de esta en una placa azul rey de metal, en letras despintadas de blanco se leía «Postner St» y abajo de esta, de color rojo, estaba puesto de forma casi invisible «Silence St», parecía que esta última estaba hecha con grafiti pues las letras eran muy extrañas y estaban casi borradas por completo gracias al tiempo.
