Los primeros rayos de luz de la mañana entraban por mi ventana por lo que me despertaron con sigilo y molestia; abrí mis ojos con lentitud y ardor por haber dormido poco gracias al concierto de anoche, pero me encontré con el rostro de Tom cerca del mío, tenía fruncidos su ceño y labios y parecía que pronto despertaría así como yo.
—Tommy, despierta. —Toqué levemente su mejilla con mi dedo y esto causó que Tom se removiera dándome la espalda.
—No quiero, papá. Cinco minutos más. —Lo sacudí esta vez pero parecía no querer ceder por lo que tuve que aumentar la velocidad de las sacudidas. —¡Está bien! —Por fin logré que despertara pero estaba molesto, aunque me parecía tierno que se comportara de esa forma.
Caminó hacia la cocina y solamente hasta que se sirvió la taza de café se dio cuenta de que no estaba en casa. —¡¿Dónde carajos estoy?! —Exclamó sobresaltado y tal vez con el corazón al mil por hora.—Tommy, estás en mi departamento. —Contesté, me levanté de mi cama y caminé hacia a él para abrazarlo fuertemente y darle un beso en sus hermosos labios.
—Por eso creí que mi papá me despertaba... —Susurró más para sí mismo; lo miré confundido y él entendió mi expresión por completo. —Oh, mi papá me llamaba Tommy.
—¿De verdad? —Pregunté muy interesado; Tom casi nunca hablaba de su familia y cuando lo hacía era imposible callarlo, por eso disfrutaba tanto escuchar aquellas historias.
—Sí, aunque mi madre nunca le gustó que me llamara así, —tomó una nueva taza para servir café en ella —al parecer un tal Tommy de la Quinta Avenida la molestaba cuando era joven. —Me dió la taza de café y él se dispuso a hacer el desayuno, no sin antes colocar otro disco de vinilo en el tocadiscos que él había colocado justo a lado de la estufa.
—¿Y lo denunció?
—No. —Dijo mientras buscaba los utensilios para cocinar el desayuno.
—¿Y por qué no lo hizo si la acosaba? —Le pregunté después de darle el primer sorbo a mi taza de café.
—No la acosaba, le hacía bromas tontas y mi madre se molestaba, pero había veces que se lo merecía. —Tomó un sartén de la alacena y encendió la estufa para después poner el sartén, esperó unos minutos a que el utensilio estuviera lo suficientemente caliente y dejó caer un poco de aceite en este. —Mi madre es tan imprudente a veces... —Susurró. Padres, quién lo diría; pensé de repente, luego recordé que hoy iría a ver a mis padres como acostumbraba cada fin de mes.
—Oh oye, creo que olvidé decirte que iría a ver a mis padres hoy. —Contesté un tanto nervioso, pues todos los fines de semana los pasábamos juntos y como aún no discutíamos presentarnos oficialmente como pareja a nuestros padres... Podría resultar en complicaciones.
—Oh, que gusto. —Contestó neutral, eso me preocupó un poco ya que si no contestaba con su característica alegría y sátira eso indicaba que le ocurría algo. Tom sirvió dos platos con huevos estrellados en la mesa, uno para cada quién y comenzó a juguetear con su comida.
—¿Ocurre algo? —Pregunté, él suspiró y me mostró una sonrisa demasiado natural, tanto que llegaba a sentirse falsa.
—Estoy bien. —Mientes, pensé de inmediato. Tomé sus manos y las acaricié, haciendo círculos y líneas invisibles en ellas, luego las acerqué a mi boca y las besé con ternura y amor.
—Lo preguntaré otra vez, ¿ocurre algo? —Sentí cómo contuvo la respiración por unos momentos y luego la soltó con pesadez, su tristeza y melancolía eran evidentes así que tomé sus manos con más fuerza para que sintiese mi calor y cariño en ese agarre.
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Haughty Queen
RomanceCaminando por los barrios bajos con luces de neón lo vas a encontrar, riendo, charlando y siendo un narcisista sin igual. Canta y baila por la acera sin temor, ríe y da consejos como un sabio sin dejar de ser un soñador... Eras un bailarín exótico r...