MONSTRUOS VS HUMANOS

capítulo 6

C A P Í T U L O   6

Inicio de la destrucción.

Las bestias destruyeron la cerca a pesar de los intentos fallidos que hicieron Liney y Alcides de hacer la muralla aun mas fuerte, no les quedó de otra que huir, los dos estaban asustados y en sus mentes solo podían imaginar los miles de personas que murieron en las gigantes manos de esos monstruos que los titanes convirtieron en asesinos.

Los monstros comenzaron a matar cada ser vivo a su paso y a destruir a Desilav, para eso ya Liney y Alcides estaban en los bosques cuando se dieron cuenta de que no podían contra ellos lo único que les sugirió a los habitantes de Desilav era que huyeran en pequeños grupos para evitar que los titanes los siguieran e ir lo más lejos de aquella ciudad que poco a poco se estaba disolviendo.

Cuando Liney fue a buscar su padre en la fabrica donde trabaja las bestias ya estaban muy cerca, pero Liney pudo sacar a su padre a tiempo y alarmó a todos con su voz pura y desesperada de que ya estaban llegado, todos corrieron, gritando, asustados y huyendo a ningún lugar mientras que Liney y su padre se iban a los bosques para encontrarse con Alcides y Maicol.

Los titanes, los centauros, alguno de los de los minotauros, los cientos de sátiras caminaban por las calles de Desilav acabando con todos y con todo, pero lo peor aún no había llegado.

Resulta ser que la leyenda del bosque de los titanes que quedaba cerca de Desilav no era falsa, no era una simple leyenda, era mas cierta  que todo lo que estaba ocurriendo en aquel preciso momento, el titán Monomai sabía que necesitaban mas apoyo para destruir a los humanos de aquel pueblo así que descubrió aquel bosque, el mismo fue a darles la noticia de que ya habían destruido uno de los pueblos que más desarrollado estaba y los mismos aceptaron sin saber si lo que había dicho aquel era cierto, pero ellos también estaban llenos de furia, eran crueles y descanso ya había acabado, era la mejor manera de retomar sus labores, aquellos titanes que vivían allá eran tan devastadores que con tan solo mirarlos tu cuerpo comenzaba a temblar o peor te paralizaba sin poder huir ni correr solo quedarte a esperar la muerte, a muchos les había pasado, sus cabezas terminaban dando muchas vueltas por las calles del pueblo que hacia hasta tropezar a los otros que corría por su vida, realmente solo querían un mundo donde habitaran nadie más que monstruos.

La vida que Liney y Alcides conocían dejó de existir, todo lo que alguna vez habían amado con todo su ser había sido destruido y en cada uno habitó un sentimiento de tristeza y dolor que simplemente no se podía comparar, Maicol era solo un chico de 16 años, enfermo muy parecido a Alcides con la diferencia de que tenía la piel mas clara y su cara era mas a la de un niño inocente, casi nunca salía de su casa porque la enfermedad era algo que no lo dejaba vivir a veces lo único que quería era irse a algún lugar donde ya no sintiera mas dolor, por momentos quería verdaderamente conocer la muerte.

Oliver en cambio sentía que entre él y Liney los papeles estaban erróneos porque el no estaba cuidando a Liney ella lo estaba protegiendo a él, por esos momentos en los que huía pensaba en su esposa y en lo decepcionada que estaría si viera el trabajo por lo que estaba pasando su hija, por eso intentó con todas sus fuerzas, salvar a Liney, no lo logró.

De repente un minotauro estaba corriendo detrás de ellos a pesar de la distancia, de los arboles que no los dejaba ver, pero estaba ahí, ellos lo sintieron, de pronto Alcides alzo la mirada y por fin encontró el océano, agarró a Liney mientras ella agarró a su padre y corrió con todo la fuerza que tenía, Liney de pronto tropezó con uno de los arboles del piso y Alcides se encontraba a pocos metros de ella, cuando se dio cuenta, rápidamente cruzaron miradas, ella le dijo que protegiera a su padre, que se fuera, que corriera mientras ella distraía a minotauro, pero él no podía dejarla, corrió hacia ella mientras le decía al Oliver que cargara a Maicol y se lo llevara lejos, que buscara algo donde pudieran atravesar el mar, lo que sea, el minotauro estaba cerca, y corría a ella pero cada vez la sentía más lejos.