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QUAKCITY
Las mañanas eran horribles después de atender a tanta gente que venía en busca de solo un cafe camino al trabajo o estudiantes comprando un sándwich para su hora del almuerzo me dejaban jodidamente estresado y no pasaban de las 9 de la mañana seguramente
Como buen augurio después de las 10 era muy raro que nos saturamos de gente en el café así que eso ya podía sobrellevarlo con más calma y tranquilidad
Asi que cuando la campanilla de la puerta sono a las 12 del dia yo ya estaba lo suficiente tranquilo para dar un buen servicio
—Buenos días, que desea ordenar
Levante la mirada de la libreta y bolígrafo que preparaba estando listo para tomar la orden para encontrarme con un cabello lacio y castaño, unos ojos oscuros y profundos que me miraban como perdidos ¿Tengo algo en la cara?
—¿Hola? ¿Te puedo ayudar en algo más que no sea tomarte el pedido?
Mi segunda pregunta finalmente saco al chico de la mesa de su trance y en automático me dedico una sonrisa
—Un café, solo un café...~
Asentí con una sonrisa amable y me dirigí a la barra cerca de la cocina para pasar aquella orden del chico o ese era el plan hasta que sentí su mano tomarme de la muñeca
En mi ingenuidad me giré con una sonrisa pensando que seguramente se le había olvidado algo más para ordenar esperando a que prosiguiera en silencio
—Y si te es posible... Tal vez tu nombre
Ahí mi sonrisa se borró por completo mientras por reflejo mis ojos se rodeaban en una clara mueca de fastidio
—Okay. Solo es el café
Hable más seco y soltándome suavemente de su agarre retome mi camino a la cocina, definitivamente al parecer la jornada iba a ser tediosa.
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