Capítulo 14: Un chico cualquiera.

734 61 11
                                    

Un pequeño especial de 2 partes para un pequeño extra.

.

.

Tachibana Makoto era un adolescente de 17 años cuando sus padres murieron en un accidente automovilístico.
Él junto a sus 4 hermanos menores se vieron obligados a mudarse con sus abuelos.

Dejó atrás la casa donde creció, la escuela, amigos y muchos deseos incompletos.

Me hubiera confesado.

—Onii-chan, ¿Nunca más volveremos a casa?

—¡No seas tonta Kana, claro que volveremos!

—Pero...

—Chicos, no hablen tan fuerte en el autobús.

Makoto tuvo que intervenir antes de que se emocionaran más.
Sus hermanos eran demasiado pequeños para lidiar con todos los cambios en los últimos días.

Kana era la menor con solo 5 años.
Naoki quien tenía 7 años.
Touya de 11 años.
Ren con 15 años.

Con él mismo eran los 5 hermanos Tachibana.

Sinceramente no pensó que volverían, ni siquiera sabía si la casa había sido vendida o no.
Los más frustrante fue su edad, si el accidente hubiera ocurrido en unos pocos meses... no, lo mejor habría sido que no pasase el choque.

—Estaremos bien chicos, ¿Verdad, nii-san?

—Si, Touya tiene razón. Todo estará bien.

.
.

Era un sitio muy rural, no lo llamaría "campo" pero tampoco era metropolitano.

—Hemos tocado fondo.

Makoto no esperaba que la fase adolescente de Ren lo apuñalara por la espalda.
Tampoco era que esperara un comentario positivo.

.
.

Las primeras noches no fueron fáciles para ninguno.
Fue una suerte que la vieja casa de sus abuelos tuviera dos cuartos además del que usaban.
Mientras él compartía dormitorio con Touya y Ren con Naoki, Kana dormiría sola en un lugar demasiado pequeño para llamarlo habitación y más grande que un armario.

Sus ojos se tornaron rojos mirando a la pequeña niña que se escabullia a su cama desde hace algunas noches.
Él lo sabía, como Naoki lloraba por las noches, el insomnio de Ren provocado por las pesadillas y como Touya reprimia sus emociones.

—Soy un desastre de hermano mayor.

.
.

Un año después Makoto tuvo su graduación.
Sabía mejor que nadie su destino, la universidad no era una opción accesible para él.
Una academia vocacional era lo máximo a lo que podría aspirar, por lo que ingreso a la sociedad.

Recibió un regalo, a los 18.

—¡¡Feliz cumpleaños Onii-chan!!

—¡¡Nii-chan, tenemos pastel!!

—Felicidades, nii-san.

—Feliz cumpleaños, hermano. Te tenemos un obsequio.

—¡Yo hice la tarjeta! —pidió elogios la pequeña.

—Y la abuela trae la cena. —le sonrió una apacible anciana —Con tus favoritos.

Vacaciones En Ryozanpaku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora