"¿Un último baile?" {Nayeon x Tn}

Capítulo 1.

—Narrador omnisciente—

Luego de la confesión hacia Momo, llega el fin de semana y con el la incomodidad de T/n.
Momo aún no abandona el apartamento lo cual no es molesto, si no que al cruzarse en el con T/n no intercambian ni una sola palabra.
Los días pasan en silencio, separadas por habitaciones.

Momo no quiere mirarla a la cara.
Simplemente, limita su dolor hasta la madrugada, cuando sabe que T/n no podrá oírla llorar.

Por otro lado Nayeon no ha dejado su cama y no piensa hacerlo. Su mente se ha encargado de lastimarla todos los días, haciéndola sentir culpable de todo lo que pasó. Ella se había ganado el acoso de Jaebeom por ser una zorra, merecía que la violasen una y otra vez, o eso creía ella.

—T/n's Pov—

—No es necesario que te apresures, Momo... puedes tomarte el tiempo que necesites. Es más si te sientes muy incómoda conmigo aquí puedo irme, pasar días en un hotel... —Dije apoyada desde el otro lado de la puerta, de la que era nuestra habitación.

Haciendo caso omiso a mis palabras, Momo abrió la puerta haciéndome tambalear un poco, para luego salir de la habitación con un par de bolsos, los cuales contenían sus cosas.

—No. —Me dirigió la palabra luego de 4 días.

—¿P-Pero donde te quedarás? Aún no hay lugares en venta... de verdad, no es molestia. —Insistí.

—Jihyo y Daniel me dejaron quedarme en su casa. Es más, ya están abajo.

—¿Quieres que te ayude a bajar tus cosas?— Dije tomando una de sus maletas.

Sin embargo Momo reaccionó con un empujón hacia mi, para alejarme de ella.

—¡No! ¡Déjame sola! —Elevó la voz un poco.

—Está bien... lo siento. —Respondí apenada por mi actuar.

Momo tenía razón, debía dejar de insistir y tratar de enmendar las cosas, después de todo el daño que le había causado ya estaba hecho y nada podría arreglarlo.

Sin aguantar un segundo más a mi lado, tomó sus bolsos y maletas como pudo y cerró la puerta detrás de ella.
Una vez estuvo abajo la ví saludar a Jihyo y a Daniel, quienes con amabilidad la ayudaban a cargar sus cosas en el auto.

Al verla marcharse sentí como las ganas de llorar se apoderaban de mi nuevamente.

—Lo siento Momo...—Susurré contra el cristal del balcón. —Lo siento mucho...

Entre mis sollozos me dejé caer sobre la que había sido alguna vez nuestra cama. Donde Momo con dulzura me abrazaba todas las noches al dormir, donde entre sus brazos y caricias encontraba el consuelo múltiples veces... ahora no es más que una cama gigante para un corazón vacío.

—Días después —

Intenté regresar a trabajar con toda la normalidad posible, sin embargo no fui capaz de pisar la misma sala que Jaebeom sin querer romperle la maldita cabeza.

Al parecer en su ser no había arrepentimiento alguno. Se le veía de lo más normal, rodeado de sus amigos, quiénes no deben tener idea de toda la mierda que hizo, riéndose con ellos... me repugnaban.