Antes de la tormenta

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Me dirigí al comedor junto con Ray, con una boba sonrisa en la cara al pensar que el pelinegro realmente estaba bien, gracias a mi.

—Buenos días, ______, Ray, se os ve más animado -dijo Normal, con su amable sonrisa de siempre, a lo que asentí con energía.

—¡______, Ray! -gritó Emma lanzándose a nuestros brazos, terminando abrazada a mi ya que Ray la esquivó.

Nos sentamos a desayunar y tras el examen, fuimos al patio, Ray y yo con nuestros libros mientras los demás jugaban.

Me senté pegada a Ray con una sonrisa y empecé a leer, a lo que él también, pero por una vez empezó a hablar.

—Hoy estás muy pegajosa, ¿ha pasado algo?

—Solo estoy contenta de que vuelvas a ser el de siempre -dije, mirándole con una sonrisa, a lo que él se sonrojó y giró la cabeza para que no le viera, tapándose con su flequillo.

Le miré, y con cuidado aparté el flequillo de su cara, a lo que él me miró algo confundido. Saqué un clip del bolsillo de mi falda y se lo puse.

—Así leerás mejor, y estás muy guapo -dije con una sonrisa, su cara se tornó roja y se puso el libro en la cabeza, avergonzado.

Me reí por su tierna reacción, a lo que él me gritaba. Dejé de reír, y me quedé embobada en sus hermosos ojos verdosos, tan bonitos y desconocidos.

El tornó su rostro a uno serio de nuevo y también se me quedó mirando, solo nos mirábamos, mientras sin darnos cuenta la distancia se iba acortando entre nosotros.

Estaba cerca, podía sentir su suave respiración encima de mi nariz, el entrecerró los ojos, acercándose un poco más.

—¡wAh! -un grito, seguido de un peso encima nuestro nos interrumpió. Emma corría hacia nosotros para que jugásemos y se tropezó, cayendo encima nuestro.

Rápidamente salió y se disculpó pensando que Ray la golpearía con su libro, pero se quedó algo confusa al ver que el pelinegro estaba rojo como un tomate, tapándose la cara con la manga de su camisa, algo sorprendido.

Tras unos segundos, reaccioné y recordé lo que había pasado, bueno, lo que casi había pasado, y mis mejillas empezaron a arder a conjunto con el.

—¿Uh? ¿Que os pasa? Estáis rojos -dijo Emma, tocando la frente de Ray para ver si tenía fiebre, quien la golpeó con su libro levemente y se fue diciendo que iba al baño.

Intenté olvidarme de eso, no significaba nada, solo nos distrajimos, si, eso es.

"No finjas que no sientes lo que sientes"

Esa frase vino a mi mente, mi subconsciente me la volvió a jugar y solo intenté ignorarlo, aunque de vez en cuando la imagen de Ray de cerca venía a mi, haciéndome ruborizar.

Tras eso, el día pasó, Ray y yo intentamos simular que nada de eso había pasado, aunque el rubor volvía cuando cruzábamos miradas.

Iba de camino a la biblioteca con Phil, ya que me había pedido un libro al cual no llegaba.

Al entrar, me subí a las escaleras para llegar a la parte de arriba, mientras Phil me miraba con asombro.

Tomé el libro y el me aplaudió, mientras yo de forma orgullosa alzaba el libro en pose de victoria, alegrando a Phil, quien se reía.

En un mal movimiento, la escalera tambaleó, y empezó a caer hacia atrás, asustando al menor quien gritó mi nombre.

Me agarré a la escalera, la cual para mi sorpresa se apoyó en la estantería de atrás, el problema es que estaba colgando de la escalera, a una altura respetable.

No quería tirarme y hacerme daño, así que le dije a Phil que buscase a madre mientras me agarraba a la escalera como podía, intentando no perder el equilibrio y que está se cayera.

Tras un par de minutos, la puerta se abrió estrepitosamente y Ray entró corriendo, con Phil detrás.

Me avergoncé de que me viera así y ni siquiera sé porque, logrando mi rubor.

—¡_______! ¿Como has terminado así? -dijo algo sorprendido a lo que solo le miré con un puchero, me dijo que me tirase y que él me cogía.

Se puso abajo mío y me miró, con los brazos alzados. Miré hacia abajo y le vi sonrojado, mirando hacia otro lado.

—¡Pero no mires a otro lado, que no me podrás agarras bien!

—¡Te cogeré bien, confía en mi! -dijo, sin mirarme, aún rojo como un tomate.

—¡Que no, no me fío, mírame!

—¡Que se te ve la ropa interior! -dijo mirándome enojado mientras gritaba, a lo que volvió a ruborizarse al verme y giró la cabeza de nuevo.

—¿¡Q-que!? -me sobresalté y en un movimiento brusco, me resbalé de mi agarre, cayendo encima del pelinegro.

Algo adolorida me levanté, con el torso encima del pecho de Ray. Puse mis manos a los lados de su cabeza para incorporarme, y nos volvimos a quedar embobados morándonos.

Hasta que vino Phil, a abrazarnos contento de que estuviéramos bien, le abrazamos de vuelta intentando simular el rubor en nuestros rostros.

Tras eso, salimos de ahí y volvimos con los demás, mientras Ray me regañaba por ser tan descuidada.

Finalmente fuimos a cenar con todos, platicando alegremente, otro día más.

—Por cierto, _______, tu cumpleaños está cerca, ¿cierto? -dijo Norman, sonriente, mientras Emma asentía con energía.

Ray puso una mueca de dolor ante ese comentario, quise preguntar porque pero madre nos llamó la atención.

—¡Niños! Quería deciros que hemos encontrado una familia para nuestra querida _______ -dijo Madre, con la sonrisa de siempre, la cual llamaba nuestra atención ignorando el detalle de sus ojos, mirándonos con superioridad.


¡Y hasta aquí el cap 4! Perdonad la demora, espero que os haya gustado, si es así dale a la estrellita y comenta, ¡me ayuda mucho!

—Alexia

Hilo Rojo - Ray x Tú - The Promised Neverland.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora