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Por alguna razón muy dudosa había accedido a acompañar a Paulo a la plaza, se iba a juntar con amigos y la verdad no entendía cómo no había aprendido el día de su cumpleaños. Bien sabía que no encajaba, ¿por qué seguía insistiendo?.

Mientras los amigos ajenos tomaban mates y hablaban literalmente de cualquier cosa que no entendía, él estaba tratando de inventar una buena excusa para irse. Había pasado una semana de que los había visto por primera vez y para ser sincero no tenía ganas de volver a verlos, pero Paulo le había pedido otra oportunidad y dijo que sí.

Parecía que accedió inconscientemente para confirmar que seguía sin poder llevarse bien con ellos. Al menos no era el grupo de amigos invasivo, era el de la cocina que al menos lo habían tratado un poco mejor.

Pero ahora no podía pensar en eso mientras intentaba entender todos esos chistes internos y seguir esas conversaciones sobre libros. Mierda, no entendía nada. No podía ni siquiera opinar.

Encima no quería sonar perseguido, pero estaba sospechando que uno ahí no paraba de halagar en todo a Paulo, ¿se lo estaba imaginando?. Pero se supone que eran amigos, de hecho el mayor estaba como si nada, no cambiaba su conducta con ellos, pero igual. Aunque vio que lo hacían reír, ojalá él pudiera hacerlo reír así. No tenía en realidad más que conversaciones serias y tristes, no podía ni en sus días más alegres hacerlo reír así.

No se iba a quejar, la risa de Paulo lo tenía enamorado, no lo negaba de ninguna manera.

-"Che, tu novio te está mirando como Mauro". Escuchó que alguien dijo, refiriendose a un amigo de Paulo, y luego fuertes carcajadas.

-"Amo que 'como Mauro' sea una manera de mirar". La chica después de eso abrazó al chico que tenía a su lado.

-"Nació con ojos de enamorado, no es su culpa". El pobre chico estaba más que rojo, no quería pensar la vergüenza que sentiría para tener ese color en el rostro. Pero cuando estaba por sentirse compasivo con él vio cómo miró a Paulo. Los ojos se le habían suavizado tanto que si pudieran suspirar, lo harían.

No sabía si lo estaba imaginando o era su mirada por defecto, pero no le gustaba, nada de nada.

Ya se sentía fuera de lugar con todas sus conversaciones sobre las cosas que leían en la facultad, todos sus amigos hablaban haciendo referencias a libros y una parte de él quería entender, quería darle sentido. Eran personas hablando sobre cosas que estaban leyendo todos al mismo tiempo básicamente, pero si había una forma de alejarlo mentalmente de Paulo, era ésta.

Por lo que no pudo participar, ya no quiso de todos modos.

Su celular sonó y lo sacó casi con carpa para poder ver quién era, su amigo le había mandado un mensaje.

'no sbia ke te junta con chetitos'

Frunció el ceño extrañado, miró a todos lados pero no vio a su amigo.

'so boludo, veni al kiosko'

'el del kartel rojo'

-"Ya vengo". Le dijo en el oído al mayor quien lo miró extrañado. "Voy a ver una cosa y vuelvo". Se levantó lo más tranquilo posible mientras cruzaba toda la plaza y después la calle, fue al kiosco del cartel rojo y esperó ahí, ¿dónde estaba el tonto de su amigo?.

-"Ahora te juntás con chetos". Se volteó ante la voz y sonrió de lado mientras negaba con su cabeza.

-"No, no, nunca".

-"Mirá que andar en la plaza con éstos te va a traer problemas allá si te ven". La diversión en el tono del mayor trató de tapar la seriedad de lo que estaba diciendo, pero no le importaba, nunca se metía en problemas.

Kcyo ▪ PaukiOnde histórias criam vida. Descubra agora