- ¡Voy a cortarte las bolas!
- No soy él único qué perdera, si mis dos perlas se mueren..
- Como pudiste meter a minmin a la lavadora - dijo llegando con un minino mojado y un poco aturdido en sus brazos
- Ups....
¿Qué sucede cuándo te quedas en cu...
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Tenía que apresurarse y llegar a casa. Dejar solo a Jimin sin electricidad de respaldo lo tenía sobrecargado de manera. Esto a causa de que esa estúpida empresa no pasó a llevar el recibo del dinero.
Un sonido de su bolsillo lo sacó de sus pensamientos, sacando el móvil y contestarlo.
—¿ Qué sucede?—preguntó al contestar
—YoonGi apresurarse, mis manos están doliendo—y apresuró de sobremanera sus pasos chocando con algunas personas que pasaban allí.
—Solo un poco más sí.
—Está bien.
Y la llamada terminó. YoonGi quién ya se encontraba corriendo hacía una de las casillas de pagó. Llegando a una de ellas entregó unos papeles y un pequeño cheque.
—Su firma aquí joven— pronunció la mujer detrás del cristal que protegía su seguridad en cualquier caso de brutalidad.— Y tú número aquí
—Claro por supuesto.
Al finalizar su actividades tomó un taxi como método más rápido y efectivo. Tenía que llegar junto a su bebé y abrazarlo tan fuerte. Jimin era una persona demasiado enfermiza,cuándo entraban las épocas de frío no podía descuidarse ni un minuto de él. Recordó esa vez que lo dejó solo por tres horas y apagó la calefacción como una broma que resultó ser casi fatal. Encontró a Jimin en el piso envuelto en sábanas y con la piel llena de ampollas Rojas se asustó tanto que entró en pánico y lo llevó como si fuera el fin del mundo. Y en su realidad sería así. Su fin.
Bajando del taxi se adentró a su hogar. YoonGi era esa persona muy obsesionada con la seguridad y para ingresar a su hogar tenía que escribir y decir su nombre en el aparato electrónico del marco.
—Min YoonGi
—Error.
—Min YoonGi.
—Error.
—Pero esto es una basura. Min YoonGi —repitió nuevamente ya irritado
—Error.
No podría ser verdad no sé atrevería a hacerlo o si. Iba a matarlo si llegó a hacerlo. Se mordió la mejilla interior con enojo y dijo
—El gatito de Jimin.
Y la puerta de su hogar terminó por abrir dejando ver a un Jimin esperándolo con la carita roja.
—Bienvenido gatito.
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