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"ESTOS SERÁN UNOS BELLOS CASI CUATRO MIL AÑOS"

El castillo se encontraba más que iluminado aquella noche, las mesas gigantescas que se encontraban tupidas de exótica y deliciosa comida era  posiblemente lo que más llamaba la atención de los invitados que llegaban por montones y que cruzaban aquellas enormes puertas para ser testigos de la gran ceremonia que se llevaba a cabo en aquel lugar.

Los soldados llegaban por tierra, subiendo con sus esposas e hijos aquellos infinitos escalones para llegar a las puertas abiertas del castillo sobre los aires. Los jefes de guerra llegaban en pequeños botes que navegaban por las nubes pasando tormentas espantosas y una que otra buena vista desde las alturas.
Los dioses por su parte llegaban volando con ofrendas entre sus piernas y atadas sobre la cabeza para ser arrojadas hacía el techo del lugar; siendo muy bien recibidos por la "comandante".

- comandante es bueno verla de nuevo, han pasado años!- menciono el anciano con tez azul frente a la presencia de aquella imponente mujer, portadora de su poder y de muchos otros más.

- espíritu de la lluvia!, el placer es totalmente mio- dijo mientras hacía una pequeña reverencia para dejarlo pasar junto a los otros dioses olmecas que lo acompañaban y saludaban felizmente a los demás invitados que llegaban.

Mientras la mujer veía llegar aquellas canoas desde los cielos jugaba nerviosamente con sus dedos al no ver a su hijo por ninguna parte, el tiempo corría rápido y no podía permitirse nuevamente la ausencia de su preciado niño que ya no lo era del todo.

- Meztli!- grito la mujer al ver llegar a su hijo un poco herido a aquel lugar que era tan recurrente y bien visto por todos.

- madre- dijo sin expresión alguna mientras algunas pequeñas heridas se hacían notar en su cuerpo.

- pero que te paso!, pensé que te había quedado claro lo de esta noche, ¿cuantas veces debo decirte que no entrenes en esas circunstancias?- le susurro en voz baja al más alto para que los invitados no notaran aquella escena que podría ser juzgada fácilmente.

- como sea, ni si quiera me agradan estas fiestas, son solo una perdida de tiempo, podría estar ahora mismo combatiendo contra los renegados o acabando con los farsantes, en cambió estoy aquí en una ceremonia dirigida solamente a ti- Meztli se quito aquella capa que llevaba puesta para dejar su espalda totalmente descubierta y entrar por aquellas puertas repletas de soldados que charlaban y lo saludaban con respeto.

- ve entonces- dijo desde su lugar aquella con el sobrenombre de "comandante" Meztli giro su cuerpo y con un movimiento simple de cabeza corrió fuera del lugar saltando desde el cielo hacía las tierras verdes de nuevo.

Un hombre frio y oscuro, algunos murmuraban que no poseía un corazón y que esa era la razón del por que podía matar con sus manos sin sentir dolor o resentimiento alguno sobre sus hombros. Temido y respetado por todos, amante de la guerra y del combate, un semi dios en todo su esplendor.
Dificilmente podrías ver a Meztli sonreír o incluso dirigirte la palabra o notar tu presencia. Meztli mejor conocido como "el comandante del inframundo".

Durante cientos de años su único deber a sido comandar a lo más despiadados ejércitos creados por los dioses para destruir a sus enemigos, destruyendo la maldad de su tierra, de su mundo y de la existencia misma.

- Meztli!- grito una mujer a las espaldas de aquel hombre que puso si mirada en ella en cuanto escucho aquella voz.

- yali!- dijo con igual entusiasmo para recibirla con un gran abrazo que fue correspondido al instante por la chica que portaba un corto vestido y largo cabello junto a unos hermosos ojos verdes que podían reflejar la luna.

SUEÑO CONTIGOWhere stories live. Discover now