「❛ ━♡Hwang's Kitten - hhj + yji♡ ❜」

015; Final♡ ˎˊ

Las sábanas oscuras de la cama haciendo contraste con la completa y perfecta piel desnuda de Jeongin; desparramado allí casi en una forma artística esperando por él y nada más que él.

Ambos comparten besos lentos primero, como si no tuvieran la eternidad que tienen para probarse y memorizar cada parte del contrario. Hyunjin repasa delicadamente con la punta de sus dedos desde el pecho de su novio hasta su bajo vientre, generándole gimoteos y escalofríos al pasar el mismo toque delicado en la entrepierna del mismo. Sus dedos se envuelven con aquella suavidad en la punta mientras observa con deleite y adoración las facciones de su niño cubiertas en placer con sólo esos pequeños toques, queriendo ver ya que sucederá con su precioso rostro cuando el juego realmente empiece.

El cuello de leche de su bebé de pronto se le ve desatendido, por lo que con la lascivia de poder dejar las marcas que quiera en él decide empezar a besarlo y morderlo sin detener el movimiento de su mano allá abajo, causando en él otro otra serie de gimoteos bajos y agudos, junto al leve golpetear de su cola gatuna en la cama.

Hyunjin baja por su pecho, ansioso de poder probar como quiso desde un inicio los bonitos pezones de Jeongin; y así lo hizo, jugueteando con su lengua en uno sin perder el contacto visual que mantiene con su niño. Una punzada va directo a su erección cuando nota claramente como el azabache posa su pequeña mano en su pezón que no está siendo atendido por él, y sacándole un gemido de satisfacción al saber que le gusta la sensación que le da aquello. Pero claro, su lado posesivo quería ser el único que le diera lo que quisiera esa noche, así que con la mano algo húmeda en preseminal que jugaba con el glande contrario, sacó la más pequeña de la protuberancia propia de su Jeonginnie y empezó a hacer círculos alrededor de la misma con su dedo corazón. El pequeño sin poder evitarlo cerró sus ojitos y posó ambas manos en los hombros de su amo, instintivamente queriendo sacarlo de sus pezones aunque esté amando el contacto de la sinhueso contra ellos.

— N-no. — logró formular entre sus pequeños gimoteos, alarmando a Hyunjin quien rápidamente subió la cabeza hasta su altura, sacándole un suspiro de queja por la falta del fricción. Hyunjin lo miraba atento y con algo parecido al miedo — Esos son p-para bebés, amo...

Y realmente se sorprendió al ver a Hyunjin riendo leve entre enternecido y aliviado. Este bajó la cabeza sonriendo y rozando ambos labios.

— Mi niño, mi hermoso niño. Esta noche no quiero que pienses ¿si? — susurra bajo aún en los labios del menor con una sonrisa en el rostro al sacarle un adorable jadeo cuando volvió a usar su zurda para jugar con el pene del azabache — Tampoco quiero que te contengas. Si quieres hacer algo, hazlo. Si algo te gusta o no, dímelo. Amo hoy sólo va a hacerte sentir bien.

Finalizó con un beso en el dorso en la mano más cercana de Jeongin; para luego posar sus labios con hambre y pasión en los contrarios. Instintivamente en medio del beso coloca su mano libre en el cuello de leche de su bebé, absteniéndose de poner presión allí pues, aunque sea algo que quiera hacer, quería que su primera vez juntos sea algo romántico. Llamenlo anticuado o lo que sea, pero planea ser de lo más delicado; ya luego le enseñaría más sobre el arte de hundirse en placer y fiebre a su manera.

Separó su rostro al mismo tiempo que aumentaba el movimiento de su mano izquierda, para poder ver más que en alta resolución el rostro excitado de su Jeongin; labios húmedos e hinchados entreabiertos por el reciente beso y algunos jadeos que salían de ellos. Tampoco dejaba de gustarle el rubor que se esparcía no sólo en sus mejillas sino también en su cuello y hombros, dispuesto a subirle el volumen a los sensuales y tiernos jadeos al empezar a besar y morder su hombro derecho.

Sintió una pulsada salir de Jeongin mientras aún lo masturbaba, dándole a entender que su sensible y primerizo bebé estaba a nada de correrse, y definitivamente eso no debería de ocurrir aún. Pero aún así no pudo detenerse al escuchar el gemido largo y delirante que salió de la garganta del híbrido, sonando más como un maullido; y queriendo escuchar más de lo mismo saco su diestra del cuello contrario para usarla en caricias posesivas en el pálido pecho consiguiendo lo que quería junto a el mismo retorciéndose del placer en las sábanas. Finalmente con un beso demandante y tragándose los gemidos ajenos frenó.