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"Supe que era un asesino
la primera vez que le vi,
me pregunto a cuántas chicas habrá amado
y dejado atormentadas.
Pero si él es un fantasma."
Cuatro.
Henry al abrir los ojos ve a Florence dormir sobre su pecho. El sonrie besando su mejilla mientras la chica solo se abraza a el con fuerza. Esta medio vestida y debe tener frio. así que la cubre mejor con las mantas sosteniéndola con fuerza por la cintura.
Cuando fue a orinar encontró un pequeño rio que le servirá para bañarse aquel día, no quería llegar a la pequeña ciudad luciendo como un maldito vagabundo.
- Deben ser como las nueve de la mañana- susurra- Ayer encontré un pequeño rio ¿quieres bañarte?
- Seria agradable- sonrie ella viéndolo- me siento pegajosa
- Toma ropa, no queremos que te enfermes e iremos.
La chica asiente poniéndose de pie y siente un pequeño dolor de muslos. Henry comienza a vestirse con su ropa sucia y la espera afuera con el bolso que ella cargaba para llegar a la pequeña ciudad. Solo deben caminar por cerca de dos horas más.
Camina hasta las ramas que junto ayer y prende una pequeña fogata para cuando volver tener donde desayunar.
- Estoy lista- dice Florence caminando lentamente
- Bien vamos- responde el cargándola entre sus brazos
- Bájame- ríe ella viéndolo
- Cállate o vendrán lobos a comerte – sonrie el besando su mejilla- tengo en ese bolso pasta dental y también cosas necesarias, estará bastante fría así que debemos ser rápido ¿claro?
- Como usted diga soldado
La chica asiente y sonrie cuando es llevada hasta una pequeña cascada. Ambos se desnudan y ella comienza a temblar rápidamente por el cambio de temperatura, eso era una maldita tortura. Henry saca un pequeño bote de shampoo que sería suficiente para mantenerlo limpios. Se mete al agua sin problema para luego cargar a Florence y llevarla con él.
