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Las muchachitas salieron del establecimiento y se despidieron regalandose un beso en la mejilla, ahora solo quedaba Jeongyeon y Momo en aquella escena.

Jeongyeon: ¿A dónde irás?
—pregunta, haciendo que la contraria rascara su nuca.

Momo: Supongo que a un hotel, Chaeyoung está con Mina y no me gustaría incomodarlas...

Jeongyeon: ¡No! —niega repetidas veces con su cabeza— puedes quedarte en mi apartamento.

Momo asiente avergonzada y agradece a la rubia.

Encaminaron hacia el apartamento de la rubia pero  Momo reconoció la cabellera de un chico.

Ella lo llamo con su voz, logrando ganarse la atención del otro y éste abrirle los brazos para recibir un abrazo.

La pelirubia asintió y corrió hacia el, pero en vez de recibir abrazo, obtuvo un fuerte golpe en su ojo.

El chico cayó sentado al suelo, gruñiendo del dolor y maldiciendo a la pelirubia.

Momo: Nayeon tiene sida, asegúrate de que tu no tengas
—revuelve el cabello del antes golpeado y se va, dejando al chico en estado de confusión junto a la rubia.

Jeongyeon corre hacia Momo, llamándola repetidas veces.

Jeongyeon: Porque te fuiste sin mi —musitaba con la respiración agitada.

Momo: Oh, lo siento Jeongyeon, necesitaba hacerlo como una escena de película —decia emocionada.

La rubia ríe y prosiguen a caminar hacia el apartamento.

Una vez al frente del gran edificio, ingresan y hacen una reverencia ante los dos porteros de la entrada.

Entraron al pequeño elevador quien las llevo hasta el último piso, abriendo sus puertas automáticamente y mostrando una gran casa.

La pelirubia admiraba con su mirada el gran escenario frente suyo, pero al ver que las puertas del elevador se cerraron oprimió uno de los botones mientras empujaba con fuerza las dos puertas.

Jeongyeon al otro lado, imitó la acción de Momo, y claramente ésta se abrió.

La señorita Hirai cayó encima de la rubia, haciendo que se ruborizara levemente.

Sr. Yoo: Llegas- —paro en seco al ver a las dos muchachitas una encima de otra.

Jeongyeon: N-no malinterpretes las cosas, padre.

Sr. Yoo: E-es muy difícil no malinterpretar la situación
—apreto sus labios.

La pelirubia río en voz baja y se levantó para posteriormente extender su mano hacia la rubia, èsta obviamente correspondió.

Momo: Mucho gusto, señor Yoo —realizo una reverencia y sonrió.

Sr. Yoo: Ah, si, mucho gusto
—dijo enseguida de realizar también una reverencia— usted es una chica muy apuesta, espero y mi hija logré hacerla muy feliz.

Jeongyeon: Padre...—musitó avergonzada.

Momo: S-solo somos amigas —rió.

Sr. Yoo: Hmm, lo dudó —entre cerro sus ojos.

Jeongyeon: Nosotras ya nos vamos padre, duerme apenas termine la novela.

Sr. Yoo: ¡La novela! —gritó— hasta mañana niñas, descansen.

Las dos muchachitas soltaron una cuantas carcajadas, luego la rubia guío a Momo a aquella habitación.

Era jodidamente acogedora, Momo se sintió pobre.

Momo: Es hermosa —admira cada objeto adornado de la habitación— ¿quién es la apuesta señora de los cuadros?.

Al parecer la señorita Hirai era experta preguntando cosas que hicieran desvanecer la sonrisa de la rubia.

Cerro sus ojos y apretó sus labios.

Rápidamente corrió hacia la rubia y la abrazo fuertemente.

Momo: L-lo siento —dice con su voz ahogada ya que su cabeza se encontraban estrellada con el hombro de la contraria.

La rubia agarró de los hombros de la pelirubia y la separó de su cuerpo, quedando sus rostros a centímetros.

Jeongyeon: Tranquila, después de todo no lo sabías —sonrie enternecida.

Las mejillas de las dos se encontraban ardiendo en un rojo intenso.

Luego rieron sin razón alguna.

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- idiot in love // samo [Modificada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora