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La peliroja sentó en una de las mesas, observó el menú y espero a que alguno de los empleados procediera a atenderla.

Soobin: Bien, atenderé a la chi...

Momo: ¡No! —lo detuvo con su mano— yo iré.

El pelimorado asiente con una mueca de confusión en su rostro.

La muchachita va con lentitud hacia la peliroja, quien se entretenía con sus manitas.

Momo: Buenos días, ¿qué desea la señorita?.

La señora Minatozaki al darse cuenta que era la chica que la había sacado de un prostíbulo, no dudo en pararse de su asiento y abrazarla.

Sana: ¿Cómo te encuentras?.

Momo: Bien, gracias por preguntar —dedicándole una leve sonrisa sin dientes.

Sana: Deseo dos tazas de té, por favor —dijo mientras volvió a sentar.

La pelirubia asintió levemente y se dirigió de nuevo a la cocina.

Yeonjun: Estás muy activa hoy, Momo, ¿a qué se debe eso?

Momo: Estoy enamorada Yeonjun —suspiró— y mucho.

Yeonjun: ¡Felicidades! —sonrió— yo también lo estoy.

Momo: Lo sé, lo sé —guiña su ojo y se va.

Colocó los dos vasos de porcelana en la mesa de madera.

Sana: Oh, ¿pedí dos posillos? —la pelirubia asintió— no recordaba, ¿gustas de tomar el té junto a mí?.

Realmente la peliroja si se acordaba e incluso solicitó las dos bebidas a propósito, ella quería tomar el té acompañada de la pelirubia.

Momo volteo a ver a Soobin, quien las observaba con sus brazos apoyados en la mesa de la caja. El asintió.

Emocionada asentó en aquella silla.

Las dos muchachitas bebían en silencio, no se presenciaba ninguna tensión ni incomodidad.

El sol se adentraba en las ventanas de el establecimiento.

Cálido, todo muy cálido, acogedor y una sensación de que todo estaría muy bien.

Hasta que Sana se atarugó con un sorbo de té.

La pelirubia reaccionó al instante, dando suaves palmaditas en la espalda de la contraria.

Eso no sirvió de nada, lo que debía darle era un fuerte palmadon.

Realmente temía golpearle muy duro, y más con la mano que ésta tenía.

No lo pensó mucho y la golpeó, escuchando un largo suspiro de la otra.

Sana volvió a abrazar a la pelirubia quien solo se encontraba a unos centímetros de ella, temblando y susurrando en su oido infinidad de gracias.

¿Se enfermara?, de un momento a otro empezó a notarse su piel más pálida de lo que ya se hallaba.

Las ojeras empezaron a hacerce notar y sus dientes superiores empezaron a chocar constantemente con los inferiores.

Momo empezaba a preocuparse con aquella muchachita, atrayendola más a su pecho y sobando su cabezita.

Deseaba llevarla a su casa, recostarla de nuevo en su camita y darle sus medicinas, pero no podía salir así de la nada de su trabajo, eso causaría que automáticamente la pelirubia fuera echada.

Dió un fuerte suspiro.

Momo: Ve a casa, rápido, en algunas horas saldré e iré para allá —la mira a los ojos— por ahora recuestate en tu cama y duerme.

La peliroja asintió y con lentitud de dirigió hacia la puerta, antes de salir Momo la llamo y le entregó su saco.

                            🌻

Preocupación, esa jodida preocupación la invadía por todos lados, ni siquiera podía servir una taza de café.

Esperaba que ese maldito reloj marcara las seis en punto pero nada, no eran ni las cinco de la tarde.

Es que no había ningún cliente por atender, ya habían lavado los platos, barrido, trapeadó y limpiado todas las mesas.

El pelimorado se encontraba hablando con el de cabello mantequilla.

La pelirubia estaba junto a ellos pero ni siquiera les prestaba una pisca de atención a la conversación, realmente ella se hallaba muy inquieta.

Soobin: ¡Momo! —chasqueando sus dedos en la vista de la pelirubia.

La muchachita volteó a ver al pelimorado, haciendo una onomatopeya con la letra m.

Yeonjun: Noona, estás muy perdida, ¿qué sucede?.

La pelirubia niega y cierra sus ojos por un momento.

Momo: La chica con la que hace unas horas estaba se encuentra muy enferma, le dije que cuando terminara mi turno iría allá pero aún falta mucho para salir —bufó y cogió su frente.

El pelimorado rodo sus ojos y agarró a la pelirubia de los hombros, sacudiendola varias veces.

Soobin: ¡¿A caso olvidaste que podíamos cubrirte?!, ¡corre por ella!.

La de cabellos rubios asintió levemente y rápidamente dejo el delantal junto a la gorra en el colgadero y salió disparada de aquel lugar.

Una vez llegó a la casa de la peliroja, golpeo y al instante abrió una muchachita con los cabellos desordenados y una manta cubriéndola.

Se veía de lo más adorable, realmente eso hizo que la señorita Hirai se enamorara muchísimo más de lo que ya se encontraba.

Momo: Ven —se adentró al lugar e hizo sentar a la peliroja en el sofá— haré sopa.

Se dirigió a la cocina y agarró todos los condimentos y vegetales necesarios para disponerse a realizar la sopa.

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La peliroja veía el televisor, dónde pasaban aquella película de los muchachitos que se ahogaban en el barco.

Momo llegó con el plato, se sentó a un costado de la contraria y la miro atentamente.

Acercaba la pequeña cuchara a la boca de la peliroja, ésta la abría lentamente.

Le ponía mal verla así, pero le alegraba poder cuidar de ella. Una pequeña novia resfriada.

Las dos veían el televisor, una acurrucada en el pecho de la pelirubia.

Para la pelirubia era tan especial ese momento, le hacia recordar la primera vez que tuvieron contacto aquellas dos.

Observaban la escena donde aquellos personajes se daban besos y demás en ese carruaje negro.

La señorita Hirai se percató de que algo estaba rozando con su cuello varias veces, quizá era un molesto mosquito.

Llevo su mano a su cuello, pero al ver que no eran ningún animalito si no unos suaves labios dando castos besos en su cuello, abrió sus ojos como platos.

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- idiot in love // samo [Modificada]Where stories live. Discover now