Konosuba: El mundo maldecido por la diosa - Fan Autor

Comparado con antes, solía ser una gallina cobarde... Espera... Mejor olvidenlo

Al principio, pese a que vi por suerte que una de las flechas estaba siendo dirigida a Megumin, dudé. Aunque era deplorable de mi parte, no quería arriesgar mi vida para salvar otra. Era como esas personas que miraban hacia otro lado cuando alguien era golpeado tras un callejón, lo ignoraban y seguían su paso.

Sintiendo el peligro inminente podía haber elegido ayudarla o quedarme quieto.

Sin embargo, ya fuera por fortuna para ella o mala suerte para mi, mi cuerpo se movió por sí solo.

— ¡Chicos a mi espalda!

Grito Darkness.

— ¡Entendido! ¡Sujetate Megumin!

— ¡Kasuma tu mano!

Jale a una anonada Megumin al posterior del cuerpo de Darkness. 

— No hay problema mantente a mi espalda. ¡Eo habla! 

* Maestro no puedo localizar a los atacantes, parece que huyeron, empiezo la regeneración de su mano *

— No. No lo hagas, esto no es nada. 

Deje sacudir mi cabeza para disipar el dolor.

Ignora el dolor concéntrate en el enemigo delante, se rápido e ingenioso. La mano que fue atravesada es la izquierda, es la menos usada y cumplió con su propósito, proteger a mi compañera. ¡Así que eso es todo!

Deje la flecha atravesada en mi mano y vi adelante. 

— ¿Darkness, cómo te encuentras? 

— Estoy bien. Recuerda que soy alguien impenetrable. 

Darkness me regreso una cálida sonrisa, varias flechas chocaron con su armadura pero no pudieron dañar el brillo plateado del casco, también había elevado su espada para proteger su cabeza. 

— Ok.

Alternando mis ojos inspeccione el entorno de la jungla. Lianas, hojas y el sinnúmero de vegetación bañaban por todo el panorama que ataba mis ojos, seguí verificando con mi Enemy Detect. Viendo mi mirada Darkness concluyó. 

— ... Eran goblins. 

— Puede que sea el grupo de avanzada. Esto se está volviendo engorroso.

No quería pensar que aquel grupo que me tomó desprevenido era parte de el enorme grupo del centro de la jungla. Las cosas se estaban poniendo peligrosas. 

— Si, eso pare- ¡Kasuma tu mano! 

Darkness abrió su boca de par en par y se torno muy pálida, miró de forma sombría la tenue hilera de sangre que salía de la perforación de mi mano. 

— Tranquila, esto no es nada. Más bien disculpa chicas debí haber usado ocultamiento, fue mi error los que nos puse en este aprieto. 

Mi calmada respuesta no pude quitar su impresión sobre la herida en mi mano. Ambas miraban aterrorizadas la pequeña flecha de treinta centímetros atorada en la palma de mi mano.  

El dolor era punzante no tenía fin desde que llegó, los dedos de mi mano estaban sueltos, temía presionarlo más porque el dolor sería más potente. Aún así el dolor no se compara al calabozo, era incomparable al poder que lanzó el conejo al destruir la parte de mi abdomen o cuando enfrente al dragón con un arma cambiaforma, el dolor de ahora solo me hacia sentir algo en especial, que estaba vivo.

— Eh... No te preocupes por eso.

— Debemos apurarnos para curar tu mano... ah. ¿Qué debo hacer?