¡Luces bonito! [ YeonGyu ]

Luces bonito

YeonJun conoció a BeomGyu de una manera poco usual pero sin duda encantadora, y le gustaba pensar que desde ese momento vió algo especial en él, algo mágico. Todo comenzó un día en el centro comercial.

—¿Tú qué dices, Kai?

—Se ve bien.

El chico dejó de mirarse en el espejo para centrarse en el reflejo de su primo, quien estaba detrás de él muy ocupado jugando en su celular. YeonJun sólo lo ignoró, estaba acostumbrado a que el menor sólo lo acompañará para no llegar a su casa a hacer los deberes, así que se pegaba a YeonJun cuando éste mencionaba algo sobre salir. Normalmente, el mayor se dirigía al centro comercial, o básicamente cualquier local de ropa que viera. YeonJun era conocido por tener un gran estilo, le gustaba vestir bien y todos lo notaban. Pero ninguna de sus amistades compartía su pasión; Huening Kai no dejaría sus sudaderas y jeans de mezclilla aunque su banda favorita se reuniera; SooBin nunca dejaría su "comodidad", -YeonJun claramente no entendía este punto, el estilo y la moda pueden ser cómodos-; y Seulgi ni siquiera sabía abrocharse bien un cinturón.

YeonJun nunca los entendería, porque para él verse bien significaba estar bien.

—Quizá deba conseguir uno de esos crop top de colores vibrantes y además transparente.

—Ajá.

—De nuevo no estás escuchando —suspiró, haciendo un mohín después —. Yo nunca usaría eso, es de muy mal gusto.

Continuó pasando prenda por prenda, se miraba al espejo y la dejaba a un lado. Rindiéndose en esa sección, decidió caminar algo más en el interior de la tienda, y al momento de alzar la vista, ahí estaba él.

Un rostro bonito frente a él, ojos grandes con espesas y largas pestañas, una mirada inocente, labios en una minúscula mueca y expresión asustada por haber sido descubierto. YeonJun sintió algo extraño en su pecho, una sensación agradable y cálida, le sonrió ligeramente al niño que se encontraba oculto entre la ropa, al parecer espiándolo desde su escondite.

—Hola —sonrió más al notar lo rojas que se encontraban las orejas del niño —, ¿qué haces ahí?

El niño no respondió, pero parecía paralizado porque tampoco de movía, sólo se quedaba observando como un ciervo bebé asustado por el primer animal ajeno a su mamá que veía.

—¿Te gusta esta ropa? Quizá puedas ayudarme a encontrar algo —intentó hacer plática, pero manteniendo una sonrisa serena y voz suave, se acercó lentamente a las prendas donde el niño se escondía, notando que era la sección femenina —. ¿Te gustan las faldas? Creo que son lindas, pero a mí no me van bien.

Revisó algunas, mirando de reojo al niño que sólo fingía buscar ropa también. Por un momento, YeonJun se preguntó si acaso era una niña, pues aunque no parecía del todo una, el hecho de buscar en esa sección y tener un rostro tan delicado lo hizo dudar. De cualquier forma, no era importante, para YeonJun era tierno de la forma que fuera.

—Hey, mira, este luce bien, ¿no te gustaría uno así? —le mostró al pequeño un crop top, pero a diferencia de los que YeonJun detestaba, éste tenía un bonito color rosa palo, tenía mangas largas y estaba descubierto en la parte de los hombros, unas bonitas costuras ahí haciendo figuras estéticas — Yo lo usaría pero es difícil encontrar mi talla.

Sintió el avance al alcance de sus manos cuando el niño observó la prenda con curiosidad. En su rostro no existía esa mirada juzgadora que YeonJun solía obtener de algunas personas cuando mencionaba su fascinación por ropa que consideraban únicamente para mujeres. A YeonJun no le afectaba, por supuesto, ya era el siglo XXI y la gente tenía que aceptar que la ropa no tenía género, pero a veces era algo irritante.