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Ya estaba todo preparado para la ceremonia. Jungkook ya estaba vestido acorde a como sus padres querían y ya estaba el cochero esperando a la familia en la puerta.

—Recuerda Jungkook, debes ser muy amable y servicial. Necesitamos que Taehyung te escoja —vuelve a repetir su madre en cuanto entran al carruaje.

—¿No creéis que esto es injusto para mi? —pregunta el de cabello azabache sin apartar sus ojos de la ventana.

—Lo sabemos hijo, pero será lo mejor para tu futuro. Quedarte en el pueblo con nosotros solo hará que tengas una mala vida —responde su padre en un intento de consolarlo.

—Está bien —accede resignado para no hacer sufrir a sus padres. Es cierto que su situación económica era penosa y si conseguía quedarse con Taehyung, podría asegurarse un futuro más próspero que junto a sus progenitores.

Al llegar al enorme palacio, los tres bajan del carruaje y entran siendo guiados por un mayordomo. Apenas entran en la gran sala, ven a numerosas familias de todas partes que venían con el mismo objetivo que ellos: conseguir que sus hijos formasen parte del harem del príncipe Taehyung.

Pero la verdad es que Jungkook intentaría evitar que aquello pasase, por lo que trataría de esconderse y desaparecer para evitar así que el mayor le echase el ojo.

En cuanto Taehyung entró en la sala, todos los presentes callaron y se dedicaron a admirarlo, quedando todos impactados por su belleza, incluido Jungkook. En cuanto despertó de su ensoñación, se escabulló entre las personas hasta que consiguió salir al jardín.

No pensaba someterse a la voluntad de ningún príncipe engreído, mucho menos dejarse usar sexualmente para complacerlo. Prefería condenarse a vivir como todo un mediocre junto a su familia.

Cuando por fin se creyó libre, la voz de su padre le paró los pies en seco.

—Prometiste que no ibas a escaparte —le recuerda apenas termina de bajar las escaleras.

—No me estoy escapando, solo estoy tomando aire. Hay demasiada gente ahí dentro.

—Si el príncipe no te ve, es imposible que te elija. Vuelve a entrar, por favor —pide acercándose a su hijo hasta que agarra su muñeca.

—Solo dame cinco minutos —suplica soltándose de su agarre.

—Está bien, pero cumple tu palabra —le advierte antes de volver a entrar en busca de su esposa.

Jungkook suspiró agobiado y siguió caminando entre las numerosas flores hasta que llegó al lago que había junto al palacio. Toda la zona era preciosa, así que en el peor de los casos podría pasarse allí todos los días escondido del príncipe.

—¿Quién eres?

—¿A ti que te importa? —gruñe Jungkook sin molestarse en mirar al dueño de aquella grave voz.

—Vaya... veo que no te importa mucho que sea de la realeza —ante aquellas palabras, Jungkook se giró bruscamente, maldiciéndose a sí mismo por haber sido tan grosero.

—Disculpa, no sabía que eras tu... quiero decir usted —hace una leve inclinación con la cabeza, extrañándose cuando el contrario le dedica una sonrisa tan amable —¿puedo saber qué hace aquí fuera? Ahí dentro hay muchas personas esperando a que las elijas.

—¿No es lo mismo que estás esperando tú? —pregunta alzando una ceja.

—Si... aunque agradecería si no me eligiese —aparta la mirada para no ver la cara de decepción del contrario.

—¿Por qué?

—No me quiero acostar contigo —susurra avergonzado y alejándose un poco.

Tras unos segundos en silencio, Taehyung suelta una carcajada sin poder resistirse. Le resultó muy gracioso que el contrario estuviese tan aterrado porque lo eligiese simplemente por eso. Cuando finalmente consigue calmarse, quita las lágrimas de sus ojos y recupera su postura inicial.

—No vamos a acostarnos si no quieres. Que seas de mi harem solo significa que me harás compañía —le explica poniéndose a su lado para que ambos paseasen juntos —tal vez quiera leer un tiempo contigo o salir a pasear como ahora. Y si no quieres, no te obligaré a ello. Me gusta que mis chicos sean felices, no que se sientan como si estuviesen presos —la expresión del castaño cambió completamente tras escuchar aquello, al igual que sus pensamientos hacia el príncipe.

—Yo pensaba que... disculpa —niega avergonzado y cubre su rostro con sus manos —como verás soy bastante poco cuidadoso a la hora de hablar.

—Me gusta la gente sincera —vuelve a sonreírle y dirige su vista hacia el guardia que venía a buscarlo.

—Alteza, la gente se está impacientando.

—En seguida voy —avisa antes de volver a girarse hacia Jungkook —¿vendrás?

—Supongo —esboza una leve sonrisa y observa cómo el contrario entra al palacio dispuesto a volver a su trono. Ahora que conocía lo que verdaderamente pasaba respecto al harem del príncipe, no le desagradaba la idea de formar parte de él. Aunque ya le había dicho que no quería, por lo que sus posibilidades eran nulas.

Entró poco tiempo después y buscó a sus padres, cumpliendo así su palabra.

Taehyung observó a todas las personas presentes en la sala con detenimiento. Algunas personas estaban hablando entre ellas, otras estaban observándolo atentamente y otras pocas estaban tratando de retocarse o llamar su atención. Sonrió ladino cuando por fin encontró al castaño, por lo que se levantó de su trono y se dirigió hacia él con paso decidido. Poco a poco las personas fueron guardando silencio, expectantes de lo que ocurriría.

—¿Te gustaría ser parte de mi harem? —propone en voz baja, de manera que sólo Jungkook, sus padres y algunas pocas personas más lo escucharon.

—¿Yo? ¿estás seguro? —pregunta sorprendido, mirando a sus padres y luego volviendo a mirar al rubio.

—Si —le ofrece una cálida sonrisa y estira su mano hacia él.

Todos los presentes miran la escena impactado, sobretodo sus padres. Jungkook finalmente agarra la mano y camina hasta que está un poco más cerca del contrario.

La mayoría de personas presentes en la sala estaban molestas por la elección del príncipe. Algunos incluso estaban llorando por no haber sido los elegidos y que en su lugar un simple y pobre aldeano formase ahora parte del harem.

Taehyung se dirigió de nuevo a su trono únicamente para despedirse de todos y agradecerles haber venido. Todo ello sin soltar la mano de Jungkook hasta que ambos salieron de la sala.

Aquello jamás había pasado. Taehyung nunca había elegido a alguien tan rápido y mucho menos había abandonado la sala sin más. Él siempre se tomaba la molestia de hablar con todas las familias y se quedaba un largo tiempo observando a los chicos, por lo que su repentina decisión dejó a todos en blanco.

Pronto, los guardias comenzaron a despejar el palacio guiando a las personas hacia la salida.

Jimin, quien se había colado en la ceremonia, volvió a la parte del palacio destinada a los chicos del harem para informar a sus compañeros del nuevo elegido. Varios parecían decepcionados, aunque la mayoría -los más veteranos- fueron impasibles ante sus palabras. Jimin por su parte fue de nuevo en busca de Taehyung para darle la bienvenida a Jungkook.

Harem 13 «Vharem/KookTae»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora