Capítulo 20: Jugando con agua

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AMBER

Un brusco movimiento proveniente del cuerpo que tenía al lado me hizo sobresaltar, Devon ahora se movía inquieto en su sueño, parecía estar sufriendo una pesadilla.

Lo escuché mascullar por lo bajo palabras sin sentido y al intentar tranquilizarlo, noté que su cuerpo se encontraba sudando e hirviendo.

Casi no podía tocar su piel por el calor que emanaba, así que decidí hablar para intentar despertarlo.

–¿Devon? Devon, despierta –comencé, pero mis palabras parecieron alterarlo aún más–. Devon, me estas asustando, vamos, despierta.

–¿Amber? –lo escuché llamarme por lo bajo mientras se quejaba y se revolvía entre las sábanas.

Noté como su cabello morocho ahora se humedecía con su propio sudor, y unas gotas que comenzaban en su frente recorrían su rostro.

Parecía estar sufriendo, y ya no soportaba verlo luchar, así que decidí hacer algo irracional.

Tomé de él y me apoyé en el respaldo de la cama para abrazarlo como pude, mis brazos se quejaron por el calor de su cuerpo desnudo, y sentí como la camiseta que yo llevaba puesta se empapaba de su sudor.

–Tranquilo, no es real, es solo una pesadilla. –le susurré al oído, intentando meterme dentro de su sueño.

Luego de unos pocos minutos, sentí como sus quejidos cesaban y sus músculos se relajaban.

–Tranquilo, aquí estoy –dije, en un intento por tranquilizarlo–. Te tengo.

Luego de hablar, sentí como Devon alzaba su cabeza para mirarme y separarse de mi cuerpo al instante antes de ponerse de pie.

Él ahora me miraba con temor.

Permanecí inmóvil, esperando a ver si decidía decir algo, pero no lo hizo, sino que se dedicó a analizarme y desviar la vista hacia su ventana.

–¿Estas bien? Estabas teniendo una pesadilla. –le pregunté luego de entender que no tenía planes de hablar.

–Eres tú. –dijo por lo bajo mientras volvía a encontrarse con mis ojos.

–Si, soy yo. –contesté con una sonrisa, sin realmente entender a lo que se refería.

Noté como él sacudía su cabeza, como si intentara deshacerse de un pensamiento, y luego se dirigía hacia la ventana para comenzar a analizarla.

Devon giró la perilla y la abrió, dejando que una fría brisa nocturna se colara con fuerza hacia el interior de la habitación.

–¡Devon! Hace frío. –me quejé para luego salir de la cama, a su encuentro.

Me coloqué detrás de su robusta espalda y lo abracé por detrás, colocando mis manos en su pecho desnudo.

–Anda, cierra la ventana, vamos a dormir. –susurré desde atrás.

El morocho me obedeció y bloqueó el agujero que nos exponía a la fría noche, para luego tomar mis manos y voltear a enfrentarme.

–¿Te quieres bañar conmigo? –me preguntó, repentinamente alegre.

–Devon, es la mitad de la noche –me quejé–. No sé ni qué hora es.

–Son las tres de la mañana. –me informó con seguridad.

Caminé por la habitación en busca de mi celular -que lo había arrojado por algún lado la noche anterior- y lo encontré en el suelo, escondido debajo de mi blusa.

El heredero de fuego [Terminada]Where stories live. Discover now