Capítulo 29: Ollies y Backflips

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DEVON

–Te tienes que ir. –me susurró una Amber que acababa de entrar en pánico.

Yo todavía me encontraba tirado en su cama completamente desnudo, mientras la observaba tomar mi ropa y lanzarla a mi pecho.

Reí con tranquilidad ante su repentino comportamiento.

–Devon, anda ponte la ropa. –me insistió la rubia.

Parecía realmente nerviosa, así que decidí colaborar.

Me senté en la cama para comenzar a colocarme los bóxers y luego los pantalones, mientras observaba como ella iba de acá para allá en su habitación.

Cuando Amber pasó por enfrente mío, la tomé de sus caderas para atraerla hacia mí.

–¿Por qué tan nerviosa? Hace unos minutos estabas a punto de hacerle saber a toda tu familia lo que hacíamos. –bromé mientras la sentaba en mi regazo.

Observé como ponía los ojos en blanco para luego sonreír, mientras sentía como ella me abrazaba el cuello.

–No es buena idea que estés aquí, mi madre puede atravesar esa puerta en cualquier minuto –comenzó a explicarme la rubia–. Y si te encuentra aquí, todas las chances de que mis padres te acepten se desvanecerán.

Su comentario me alarmó por un instante, haciéndome toser. Nunca había conocido a los padres de alguna tía, y era la primera vez que el pensamiento de hacerlo se me cruzaba por la cabeza.

¿Acaso la rubia planeaba presentarme?

–¿A qué te refieres con que me acepten? –le pregunté confundido.

–Tu sabes... que cuando te conozcan le des una buena primera impresión. –me explicó de nuevo.

–Amber, yo no- –comencé a rechazar aquel pensamiento.

Pero ella pareció entender el modo en que yo me lo había tomado, porque reaccionó.

–No estoy diciendo que quiero que los conozcas, tranquilo –me intentó calmar–. Solo digo que.., sí mis padres saben que tengo un tío que ni siquiera conocen en mi habitación, me sacarán de Westview y me cambiarán a la East Academy sin dudarlo ni un segundo. –la escuché hablar con nerviosismo.

Reí ante su repentina inseguridad por lo que yo podría haber llegado a decir, y decidí ablandar el ambiente.

Sin mucho esfuerzo, la quité de mi regazo provocando que se ponga de pie, y yo me levanté de la cama para tomar mi camisa y abrocharme los últimos tres botones.

Amber ahora se colocaba unos shorts deportivos y una sudadera que reconocí al instante.

–Quiero que sepas que, si llega a suceder, no pienso ponerme un traje –me negué mientras me colocaba las botas negras–. Vendré con mi ropa de siempre.

Escuché como Amber bufaba ante mi comentario.

–¿Con tu chaqueta de cuero y esos pantalones negros que parecen estar pegados a tus piernas? –me preguntó ella con ironía–. Si es así, mejor llamo a mi madre ahora mismo para que te encuentre aquí. –comentó Amber con una sonrisa juguetona.

La rubia intentó voltear para comenzar a caminar, pero se lo impedí.

–Hazlo. –la desafié mientras la tomaba de la cintura y la pegaba a mi cuerpo de un tirón.

Su trasero ahora se apoyaba en mi entrepierna y mis brazos la abrazaban por la cintura, pegándola aun más a mí.

–¿Qué cosa? –preguntó ella mientras llevaba su cabeza hacia atrás para enseñarme su cuello, como si rogara por mis caricias.

El heredero de fuego [Terminada]Where stories live. Discover now