Capítulo 10- training

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Cuando los dos chicos entraron a la  cocina se quedaron en un tipo de Shock al percatarse de la alegría que se podía sentir en el ambiente, sobre todo por la actitud que tenía Jongdae esa mañana , ya que desde que lo habían conocido era un chico muy frio, te miraba mal y hasta pareciera que en cualquier momento te atacaría , pero esa mañana él junto con Lay estaban cocinando, jugando y haciéndose bromas entre ellos que causaban la risa del más joven del grupo, mientras que Kris solo los observaba con una sonrisa, los dos chicos salieron de su transe y entraron a la cocina con una gran sonrisa, a pesar de que solo había pasado un día desde que estaba en esa casa las cosas para ellos habían cambiado para bien y eso les agradaba.

-Buenos días- el castaño se adentró a la cocina y tomo su lugar junto al pelirrubio.

-Buenos días-dijeron Kris, Tao y Chen con una gran sonrisa.

-Buenos días Xiumin-Lay se acercó al mayor y dejo otro plato de comida, a lo que él sonrió y miro su plato con ganas de comenzar a comer.

-Hola chicos-el pelirrojo se adentró a la cocina y se acercó a Lay para ayudar con lo que le faltara-Jongdae, toma asiento terminare de ayudar a Lay para comenzar a comer.

-Chen-susurro el pelinegro-díganme Chen.

El pelirrojo lo miro confundido un segundo y luego lo abrazo por el cuello, cosa que al pelinegro le sorprendió, pero ambos se miraron y comenzaron a reír, contagiando posteriormente al resto de los chicos.

El desayuno se pasó rápido, todos platicaban de cualquier cosa, hablaban sobre lo que querían aprender a hacer con sus poderes y muchas de las cosas que decían no tenían ni una pizca de sentido por lo que comenzaban a reír nuevamente.

Después de terminar de desayunar Kris y Tao se encargaron de lavar los trastes que habían utilizado, mientras que Xiumin y Luhan se encargaban de recoger el desastre que habían hecho, y Lay y Chen salían al patio a poner lo que necesitarían para sus entrenamientos. Cuando todos terminaron de hacer lo que les correspondía, se encontraron en el patio para comenzar.

-Entonces... ¿cómo dices que tenemos que entrenar?-pregunto Xiumin un tanto confundido.

-Pues-Kris se enderezo y saco una pequeña libreta del bolsillo delantero de su pantalón-Sooman me dio esto para que en esta semana entrenemos, según me dijo cada semana vendrá a ver nuestro progreso, darnos las instrucciones del entrenamiento de la semana, al igual que traernos alimento y cosas necesarias.

-Bueno entonces hay que comenzar, no tenemos tiempo que perder y aún hay demasiadas cosas que tenemos que aprender-animo el pelirrojo que era el más entusiasmado de todos.

Todos asintieron y se acercaron al más alto para ver qué es lo que tenían que hacer, pronto cada uno comenzó con sus entrenamientos. Las horas pasaban, todos a las cuatro en punto se adentraban a la casa para tomar un descanso y comer algo, después de comer regresaban a seguir practicando, después de unas horas en las que casi no se hablaban porque estaban completamente sumidos en sus entrenamientos la noche comenzó a hacerse presente y fue entonces cuando decidieron que era hora de dejar de entrenar.

-Estoy agotado-el pelinegro se tiró en el sillón mientras echaba su cabeza hacia atrás.

-Realmente fue muy agotador-el más bajo se dejó caer a su lado mientras limpiaba el sudor que se encontraba en su rostro.

El pelinegro se sorprendió al verlo sentado a su lado e inexplicable mente su corazón comenzó a latir velozmente cuando el castaño se giró a mimarlo y le tendió la botella de agua de la cual estaba bebiendo.

-Ten, te vez muy agotado-el castaño le sonrió esperando que el pelinegro la tomara.

-Gra... gracias Xiumin Hyung-el pelinegro se sintió un poco nervioso al recibir la botella del mayor y más sabiendo que los labios de este habían tocado la botella. El pelinegro miro una vez más al castaño que esperaba porque este tomara, el pelinegro re dirigió su vista a la botella y la acerco a sus labios para comenzar a beber, este no pudo evitar sonrojarse al pensar que fue un beso indirecto-gracias Hyung-el pelinegro le devolvió la botella al mayor, este la tomo con gusto y volvió a tomar de esta, acción que hizo que el pelinegro se sonrojara más de lo que estaba y apartara la vista rápidamente.

sin más que obscuridadWhere stories live. Discover now