PARTE 1 - La Farmacia

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¡Ahhhhh! Solo estaba dormido. El grifo del agua está goteando, mi hermano me recordó arreglarlo, se me olvido, estoy muy cansado, ¿Por qué me desperté? ¿Porque hay tantos gatos en el tejado del vecino? Hacen muchísimo ruido.

Kleine no podía dormir, estaba acostado boca arriba con sus ojos saltones, no podía cerrarlos, y escuchaba al más mínimo ruido de la casa y alrededores; el movimiento de las hojas, la madera crujiendo, la mecedora chillando, y el peor de todos, su perro ladrando a los gatos que peleaban al lado.

Se puso de pie lentamente, se colocó sus sandalias y sus gafas, sobre la mesa de noche estaban las llaves del auto, las tomó, se vio al espejo, se arregló un poco el cabello.

- Da igual – dijo en voz alta con conformismo.

Abrió la puerta de la habitación del frente, su hermano estaba dormido. Eso le molestaba, ¿Cómo hacía para dormir con tanta facilidad? Salió de su casa, la mecedora se movía lentamente, el agua de la fuente del jardín también. EL sueño lo hacía ver cada movimiento en lentitud, y cada sonido amplificado como trompetista de banda tocando a su oído, era atormentador.

Se montó al automóvil, encendió la radio, la música lo aturdió. Apago la radio, salió de su casa, las calles estaban vacías, eran las 3 de la mañana, todos dormían, menos él. Lo molestaba, el semáforo en rojo, lo veía fijamente como si el destello de su color lo ayudaría a dormir, nada.

Entro a la farmacia, se puso de último en la cola. Una chica a su lado masticaba goma de mascar, el sonido era desagradable, hizo una bomba muy lentamente, y su explosión, él la vio también muy mansamente, no sabe porque. Kleine la miro fijamente, ella le hablaba, él no la escuchaba, solo escuchaba el eco de muchas personas hablando en el lugar junto a un zumbido, como el de una abeja posada en su oreja. Ella le peleaba, el, la ignoro. Pidió píldoras para dormir y un pote de agua mineral, el señor fue muy lento a buscarla, se la dio, pago.

Al salir de la farmacia un indigente le pidió dinero, o eso entendió por los gestos con la mano, se lo dio. El señor se reía fuertemente. En el auto se tomó cuatro pastillas, bebió agua, escuchó fuertemente el sonido al tragar.

Al bajarse del carro en el estacionamiento de su casa, paso un auto lentamente por la calle de al frente, le gritaban, el sonido lo aturdía, se agacho, se tapó los oídos, le dolía, se levantó bruscamente y gritó con fuerza.

- ¡Quiero dormir! - miró a su alrededor, estaba solo, respiró profundo –¡Ahhhhh! – volvió a gritar.

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Me gustaría escuchar tu opinión, y crítica constructiva... escribamos juntos... Te Invito a leer "El Hijo de Marduk" Mi obra estelar... Mucha Vida para ti! Déjame tu obra y con gusto la leeré. : )

El Caso de Kleine Levine ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora